JUNTARSE POR CONVENIENCIA Y NECESIDAD

OPINIÓN

No resuelven los problemas

Por Rubén Lasagno 

La proximidad de las elecciones 2023 y la inminencia del lanzamiento de la campaña política en Santa Cruz, trae un reacomodamiento de los sectores en pugna que dejan más dudas que certezas.

El oficialismo juega dos cartas fuertes y otras de relleno, en caso de continuar con el modelo de Ley de Lemas. ellos son: Pablo Grasso, un virtual desconocido políticamente en la provincia pero a quien le están poniendo todas las fichas (y los fondos) y otro que aguarda agazapado y sin definición es el intendente de El Calafate, Javier Belloni.

Grasso tiene como contrapartida o contrapeso político, su dilatada trayectoria como Presidente del IDUV, como intendente de Río Gallegos y unas cuantas denuncias por corrupción, debido a sobreprecio en la obra pública y cartelización, dando continuidad al modelo inaugurado por Lázaro Báez y Néstor Kirchner, donde la danza de millones de licitaciones preadjudicadas (con nombre y apellido), caía siempre en manos del mismo o los mismos, quienes retornaban dinero blanqueado a las billeteras de funcionarios de gobierno en calidad de “coimas”, “retornos” o “sobornos” que se repartían en bolsos y se ensilaban en bóvedas.

Solo basta ver cómo licita y adjudica Pablo Grasso las obras desde que asumió en la presidencia del IDUV y luego en la municipalidad de Río Gallegos, para darse cuenta que el mecanismo de la corrupción en la obra pública de Santa Cruz, sigue vivo. Pero, claro, se siente respaldado por los organismos de control que no controlan y una justicia lenta o inexistente que no condena y ni siquiera investiga a “los compañeros” quienes por tantos años han saqueado y saquean, los dineros públicos en Santa Cruz.

Grasso no es el único que quiere, pero es prácticamente el único que concentra el interés de la gobernadora; todos los demás, si es que se mantiene la Ley de lemas, serán contribuyentes para que el intendente de esta capital llegue al poder tan deseado por él y que le quita el sueño desde hace muchos años.

Javier Belloni es una incógnita. Las fuentes han ratificado que si hay Ley de Lemas el intendente de El Calafate no jugaría, pero teniendo en cuenta su peso político nada parece ser así. Suponiendo que no quiera competir con un sublema, para no transferirle sus votos a otro, como sucedió con Alicia en el 2019, es importante destacar que en los últimos actos políticos en El Calafate se lo vio apoyando decididamente la candidatura de Pablo Grasso, cuando el intendente de Río Gallegos visitó la ciudad turística haciendo campaña.

Juntos y revueltos

En la vereda de enfrente la UCR, el Pro, Encuentro Ciudadano y CC-ARI juegan un partido decisivo, que los somete al juzgamiento de su propio electorado, toda vez que elaboran y analizan si resulta oportuno o no, aliarse con el SER de Claudio Vidal, el cual está para cualquier alianza posible, aún con el propio gobierno provincial que dice “combatir” (en el discurso) y esto no es un análisis subjetivo ni una opinión personal, sino resulta de las palabras del propio diputado provincial de Claudio Vidal, José Luis Garrido.

El SER busca alianza y no importa con quien. Puede ser Juntos por el Cambio como el kirchnerismo. Esto resume una idea: no tiene ninguna barrera “ideológica” que lo limite; parece no existir desacuerdo con nadie, pero ni bien se repasan las declaraciones de los distintos actores, de uno y otro lado, se torna difícil para el elector, pensar que hablan seriamente y no nos están engañando una vez más.

Dentro del radicalismo, Roxana Reyes ve amenazada su candidatura con la aparición de Vidal en el espacio electoral que ha conformado la UCR con los otros partidos provinciales, porque el petrolero lo ha dicho (y Garrido lo afirmó): quiere ser gobernador.

Los radicales están tentados por el número de votos que sumarían, sin saber que en realidad una posible alianza con el SER a ellos no les significará suma de votos sino que será Claudio Vidal quien absorberá parte del electorado de JxC.

Nunca un elector del SER votaría a la UCR o al CC-ARI. Los votantes del SER son en su mayoría de procedencia peronista/kirchnerista, en general disgustados con la forma de proceder político de Alicia Kirchner, pero nunca pondrían un voto por el sector de Eduardo Costa; en tanto, los de Juntos por el Cambio, son de origen más independientes y más plausible que migren su voto a una propuesta distinta.

En este marco desde el SER blanquearon la búsqueda de alianzas y desde la UCR Daniel Roquel, quien siempre fue reticente a mezclarse con el kirchnerismo/peronismo provincial, ahora no ve con malos ojos juntarse con el partido de Vidal, aunque deba taparse la nariz (o tal vez no).

A la luz de las puertas que abrió Roquel es sus últimas declaraciones, sumando a Vidal en alianza, cualquier votante radical o de JxC podría preguntarse cuánto hubo estos años de cierto en el mensaje crítico del hijo de “Pirincho” y cuánto de mentira en su aparente posición crítica al kirchnerismo?.

Sin duda y como las fuentes se lo confirmaron a OPI Santa Cruz, la orden de formar alianza con el SER, proviene de Rodríguez Larreta, quien habló con Vidal y Costa y cuenta con el apoyo de los hermanos Carambia, los mismos que no dudaron en traicionar a su partido, una vez electos, uno como intendente de Las Heras y otro como diputado. Sin embargo Larreta está devaluado políticamente a nivel nacional y en la provincia, nada le asegura a la UCR que una alianza estratégica con un kirchnerista/peronista, le permita coronar en el 2023 y de hacerlo, gobernar.

La partición en tres tercios del electorado en las últimas elecciones legislativas, no es la realidad que deben ver y considerar los candidatos para las elecciones generales. El voto cambia y juntarse solo por conveniencia y para ganarle al kirchnerismo en Santa Cruz, no sirve y es nuestro deber hacerlo conocer de esta manera, por cuanto desde ningún medio se analiza la contrariedad de estas alianzas de oportunidad a cuyos actores los une solo el espanto de quedar fuera de la gobernación en el 2023.

El discurso de los candidatos que buscan aliarse sobre “coincidencias programáticas y la búsqueda de lo mejor para la provincia”, es palabrerío suelto, oportunista, inconsistente, lábil y sin sustento. Lo real es que no existen coincidencias de ningún tipo entre ellos y si, en cambio, enormes egos que se reprimen durante las elecciones y reaparecen con fuerza cuando deben gestionar y allí es el momento donde todo se rompe y se pulverizan las esperanzas de un cambio, especialmente para el elector que les creyó y confió en el discurso forzado de quienes han vuelto a engañar a la gente, precisamente, elaborando su plataforma sobre la premisa de que el pueblo no vuelva a ser engañado.

Está ampliamente comprobado que las alianzas no sirven para gobernar. El electorado santacruceño debe estar muy alerta al cambio de opinión de los distintos actores que dicen ser distintos, han estado políticamente en veredas diferentes y un día, gracias a la magia que impone la demagogia política y permite que las mejillas no se les pongan coloradas, aparecen aliándose con sus opositores ideológicos para hacer un frente común y ganarle al “enemigo político”, en este caso al FPV; sin embargo, es el propio votante que al poco tiempo descubre que el enemigo convive entre ellos mismos, es esa suerte de fórmula maniqueísta que eligió, engañado de que se unían para construir algo mejor y distinto. 

(Agencia OPI Santa Cruz)


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