CON USTEDES: LA DIGNIDAD

SOCIEDAD 

Un ejemplo sobre la cultura del trabajo
Por Nicolás Sanz

Una historia peculiar llamó la atención de todo Mendoza hace apenas unos días, se trata de un hombre mayor que montó un emprendimiento particular en el Parque Central: la venta de aviones de papel.

Aprovechando las vacaciones de verano y la necesidad de los chicos de salir al parque, se dispuso a vender este producto. “Si, muchos saben hacerlos, pero él seguramente necesita los $100 más que cada uno de nosotros”, dijo un usuario de la red social Twitter. Es que por ese dinero se pueden llevar tres aviones.

El señor parece estar empecinado con hacer las cosas de forma correcta, y así lo dejó en claro otro usuario: “Él vive por ahí cerca, lo he visto pasar ratos laaaargos probando aviones, haciendo que crucen la calle y enojarse cuando uno no vuela bien”, contó también en la red social del pajarito.

De este accionar se desprende la necesidad de analizar la situación, porque cómo a alguien se le puede ocurrir salir a ofrecer un producto cuya demanda es nula y creer que le puede ir bien. Parece que este hombre de todas formas hizo el intento.

Por suerte recibió mucha ayuda, pero no fue algo azaroso. Nadie necesitaba esos aviones de papel, pero lo curioso es que igual puede venderlos, y es allí donde pasa el centro de la situación.

Probablemente no tenía otro producto para ofrecer, porque como ya se ha podido observar, otras personas con edad avanzada salen a vender marcadores y cuadernos para pintar, por ejemplo, pero el orgullo le ganó y prefirió generar un nuevo mercado antes de salir a pedir limosnas.

Este es el tipo de persona que no renuncia a su dignidad y no pide plata, se la gana. De forma humilde y acertada produjo una demanda insólita entre los mendocinos, que ante la imagen de un hombre que probablemente pasa alguna necesidad decidieron adquirir el llamativo objeto.

Personas como este señor son las que hacen falta en la provincia para generar crecimiento. Gente que se gana la vida trabajando, sin mendigar, sin pedirle al Estado lo que incluso el Estado quizá le debe.

¿Qué pasaría si cada uno de los desempleados con los que cuenta la provincia lograra tener el ingenio de este hombre? Mendoza sería una potencia, claramente no gracias al Gobierno, pero si a la habilidad de gente que tiene la posibilidad de ponerle el pecho a las adversidades.

Es notorio como muchos buscan ganarse la vida desde incluso lo más paupérrimo, desde lo más precario, sin pedirle limosnas a nadie. Existen miles de historias de personas que tuvieron que reinventarse, sobre todo después de la pandemia, siempre con la frente en alto y caminando hacia adelante.

La diferencia con este hombre es que probablemente no cuente con la posibilidad de revender productos que primero deban ser adquiridos, a duras penas si puede invertir en papel y ganarse “el pan del día”.

El ejemplo de este hombre es el que debe tener cada uno de los ciudadanos, la cultura del trabajo y el esfuerzo, incluso en una instancia de su vida en la que debería estar descansando.

Es aquí donde se puede notar el profundo contraste entre la indiferencia de un Estado ausente y la necesidad de una persona de salir adelante por sus propios medios. Donde se expone la mentira de que “el Estado te salva”.

Por eso, en boca de todos, hay que agradecerle a este hombre. Gracias por demostrar que siempre se puede salir adelante, que a pesar de la falta de oferta en el mercado laboral se puede trabajar igual.

Se insiste, experiencia hay miles, gente que apostó a emprendimientos y trabajan para sí mismos: repartidores, revendedores, limpiadores de vidrios y veredas, artistas callejeros, y ahora, fabricantes de aviones de papel. Todo un hito.

(Tribuna de Periodistas)


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