CANCIÓN DEL AMOR DE SIEMPRE

CULTURA

Marino Fabianesi y su homenaje a las madres

Viste cuando tenés entre tus amigos a unos tipos que vale la pena nombrar, de señalar, bueno, este tipo se llama Marino Fabianesi. 

Vive en San Pedro, provincia de Buenos Aires.

Poeta.

Y qué importa qué más.

Ponele que es un tipo para leer, que te hace pensar, que te dibuja un paisaje. De esos que le das la mano, que no querés soltar.

Canción del amor de siempre...

Mi Madre era un telar de paloma y luz
brillaba como una siesta, naranjo en flor.
Andaba siempre esperando, brazos en cruz
sobre una parva de ovillos, aguja y sol.

La noche era un carretel, de ternura y pan
hilaba como una rueca sueños de miel.
Hablaba siempre de oficios, cielo y afán
con un montón de pájaros sobre la piel.

La vida era un cobijo bajo su voz
y a quien miraba decía, ya somos dos
Su casa era trinchera, luna y panal
y entre sus brazos nunca dolía el mal.
Su voz era un pañuelo de amanecer
un manantial de trigo, sobre el ayer.
Su cocina era un cielo de albahaca en flor
que siempre estaba ardiendo como el amor.

que siempre estaba ardiendo, como el amor
Mi Madre era un hermoso cielo de abril
su sala, olía a llegada como un andén
cuando ella me llamaba, yo solía ir
como un niño que corre a esperar el tren.

Mi Madre regaba soles en su balcón
y un telar de aventuras, era su ser.
Tenía siempre un pasaje en el corazón
con un montón de puertos, por conocer.

(Marino Fabianesi / Facebook)

Comentarios