PEDICULUS HUMANUS CAPITIS

EDITORIAL

En cualquier momento nos llevan los piojos

Por Walter R. Quinteros

No se exactamente, cuándo comienza nuestra catástrofe. Probablemente, en el exacto momento en que Belgrano exigía la renuncia inmediata del virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros y French y Berutti repartían cintas incitando a la población a la creación de un nuevo gobierno allá por el 25 de mayo de 1810. O fue cuando Liniers fue fusilado por Juan José Castelli cumpliendo una orden de Moreno. O fue cuando mandan a matar a Mariano Moreno en alta mar. O cuando el Triunvirato desautoriza a Belgrano por la creación de nuestra bandera. O cuando Rivadavia sacó un préstamo a pagar en cien años. O cuando Viamonte, un general que bien administró y acomodó las finanzas, fue prácticamente expulsado a Montevideo por las fuerzas de Rosas.

A lo mejor fue por culpa del cura Ladislao que se enamoró de Camila O' Gorman, se juntaron, se escaparon y finalmente fueron fusilados con un argentinito por nacer en el vientre de Camila.

Pero hagamos un salto, mas aquí en el tiempo, quizás la culpa la tuvo Alem y eso lo llevó al suicidio. Quizás fueron las encendidas palabras de Alfredo Palacios. Tal vez, el pacto entre Uriburu y Perón para derrocar a Irigoyen. Quizás Irigoyen mismo.

¿Quién hizo mal las cosas? ¿Qué pasó con el granero del mundo?

¿Qué pasó con la red más grande de tendidos de líneas ferroviarias de sudamérica?

Pero ahora voy a hablar de nuestra primera moneda llamada El Real. Fue la moneda corriente de Argentina hasta 1881. Desde 1822, fue subdividido en 10 décimos. 

Quizás aquí comience todo nuestro mal. O tal vez como nos describe Charles Darwin en su "Diario del viaje de un naturalista alrededor del mundo" de 1839, donde nos cuenta que en estas tierras "la policía y la justicia carecen de eficacia. Si un hombre pobre comete un asesinato y cae en poder de las autoridades, va a la cárcel y tal vez se le fusila; pero si es rico y tiene amigos, puede estar seguro de que no se le seguirán graves consecuencias. Es curioso que hasta las personas más respetables del país favorecen siempre la fuga de los asesinos; creen, al parecer, que los delincuentes van contra el gobierno y no contra el pueblo"."Casi todos los funcionarios públicos son venales. El presidente mismo y su primer ministro se confabulaban para estafar al Estado. La justicia cuando entra en juego el dinero, no puede esperarse de nadie". Tome.

¿O son las "Campanas de Palo" que Viamonte describe para que a la generala Madre de la Patria, doña María Remedios del Valle, le paguen la digna y merecida pensión?

O la culpa a lo mejor la tiene José Hernández con su Martín Fierro, donde también tiene un verso que dice que son campanas de palo las razones de los pobres.

A lo mejor la culpa de este desmadre la tienen los hermanos Reynafé que mataron a Facundo Quiroga. O quizás los amores y desamores de nuestros caudillos y las pasiones de sus luchas.

Los Federales y los Unitarios. ¿Y la Patria? Los destinos de La Patria, ¿en manos de quiénes y por qué?

O quizás haya sido porque tuvimos otra moneda llamada El Sol y era igual al Real, mientras el Peso valía 8 reales y el Escudo valía 16 reales. Los "soles" serían llamados así como emblema independentista, y actualmente es la moneda del Perú. Los reales españoles coloniales circularon hasta 1813, cuando Argentina comenzó a emitir sus propias monedas. En 1854, las monedas se dividieron en centavos. Sin embargo, la decimalización no ocurrió hasta 1881, cuando el real fue reemplazado por el Peso Moneda Nacional con una proporción de 8 reales a un peso. 

Puede ser que la culpa de esta escaséz de soberanía y patriotismo hayan llevado a estos apellidos que a continuación escribo a que "adoremos al dólar".

Son los ministros de Hacienda y/o economía desde que nací, o sea, mire desde el año 1955 a esta parte me tomo el trabajo de recordarles —jóvenes argentinos—, que Folcini, era el Ministro de hacienda de Lonardi, cuando yo llegaba al mundo y fue presidente del banco central con Menem. ¿Leyó bien? Empezó con Lonardi y estuvo con Menem. Sigamos: 

Que Verrier, fue ministro hasta que se peleó con Aramburu. 

Que Krieger Vasena, de aquel 13 de marzo de 1967 donde la Argentina concretaba un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que dio marco definitivo a un plan que se fue implementando desde enero de ese año y que, contrariamente a los que se denominan como “ajustes”, hasta 1969 cuando “El Cordobazo” tumbó al ministro de Economía, Adalbert Krieger Vasena, siendo presidente de facto Juan Carlos Onganía, y yo estaba embarcado en las aulas del primer año de la Escuela Técnica.

Que Del Carril, a instancias de Frondizi, fue el primero en firmar un acuerdo con el FMI en 1958.

Que Alvaro Alsogaray se declaraba partidario de la economía social de mercado contrario al peronismo, al punto de haberlo comparado a veces con el nacionalsocialismo, y a todas las formas de socialismo y populismo. Se le objetaba a Alsogaray su economicismo, marcado por frecuentes pronósticos negativos sobre el curso de la economía nacional. Mi padre me decía: "Dice Alsogaray que hay que ajustarse el cinturón, no malgastes tu dinero, niño".

Que Roberto Alemann, había sido asesor del Ministro de Economía Emilio Donato del Carril, a partir de mediados del 58. Luego, subsecretario de la misma cartera en abril de 1959. Luego asesor de Méndez Delfino, que fue secretario de Finanzas, y cuando negociaba los acuerdos del Club de París. Del Carril lo lleva a Washington como consejero financiero en septiembre de 1959. En abril de 1961 el presidente Frondizi lo llamó para ofrecerle el Ministerio. Y lean esta perlita: Recuerdo que en 1959 hicimos el primer stand by, crédito contingente de los bancos comerciales europeos y de EE.UU, para la Argentina, que, según recuerdo, fue el primero que algún Banco Central hubiera hecho jamás historia en esas condiciones. Reunimos a un número bastante grande de Bancos en EE.UU y Canadá, y luego en ochos países europeos, para lo cual tuvimos que ir en gira a las capitales y los centros financieros de esos países a hablar con los banqueros, con las tesorerías, con los Bancos Centrales, para convencerlos de que prestaran en conjunto 150 millones de dólares a dos años al Banco Central de la República Argentina para sostén de reserva.

¡Europa se estaba reconstruyendo de la barbarie de la Segunda Guerra Mundial y nosotros salimos a pedirle platita prestada!

Que Coll Benegas, era aquel que criticaba la política oficial de inflación controlada de la presidencia de Frondizi, consideraba, que se debía congelar los salarios, anular los subsidios a las empresas del estado y modificar el sistema de créditos.

Ahí viene Wehbe, que fue ministro de Frondizi, Guido, Lanusse y Bignone. Le tocó refinanciar la deuda externa, tenía la certeza de haber encaminado la economía. Fue elogiado por su sucesor, Grinspun.

Y ahora Pinedo, el Plan Pinedo constituyó el último intento integral de continuar con el fomento de las exportaciones como motor económico del país. A pesar de contener medidas orientadas al fomento de la construcción de viviendas y la industria, el Plan es definido por su concepción exportadora y, en consecuencia, la adapta a los problemas del comercio exterior argentino creados por la guerra. En sus propias palabras, Pinedo no cree "que vaya a restaurarse íntegramente el comercio exterior, piedra angular de la economía argentina" para luego reiterar: "La vida económica del país gira alrededor de una gran rueda maestra que es el comercio exportador. Nosotros no estamos en condiciones de reemplazar esa rueda maestra por otra, pero estamos en condiciones de crear al lado de ese mecanismo algunas ruedas menores que permitan cierta circulación de la riqueza, cierta actividad económica, la suma de la cual mantenga el nivel de vida de este pueblo a cierta altura". Pero me voy a detener aquí porque el Plan Pinedo en Australia dio efecto. Aquí no.

Veamos por qué. Paradójicamente, en la vereda opuesta se ubicaron quienes limitaban su visión estratégica a no modificar el sempiterno modelo agroexportador puro y reducir los gastos de la administración como medio idóneo para compensar la escasez de divisas. Señalaba en aquel entonces el diario La Prensa. Con encendidos discursos en defensa de la libertad económica y el bolsillo de los consumidores contra la economía dirigida e inflacionista que "proponía" el Plan, radicales, demoprogresistas, socialistas, buena parte de los gremios, los sectores rurales agrupados en Carbap y buena parte de la prensa, se opusieron. El Senado logró aprobar la iniciativa pero fracasó en diputados, donde la mayoría radical se negó a tratar el proyecto. Fue otra oportunidad perdida, como lo señaló Juan J. Llach: "El Plan fue derrotado políticamente. Este fracaso no fue el producto de las virtudes o defectos del Plan, ni de sus evidentes vacilaciones, ni de nada que le fuera intrínseco. Por el contrario, fue el elevado precio que la elite gubernamental debió pagar por su incapacidad para forjar en su momento una alianza social y política más amplia y capaz de dar respuestas más tempranas a las dificultades de tipo estructural que afrontaba el desarrollo de la economía argentina". Por la misma época, Australia afrontaba un desafío semejante pero a diferencia de la Argentina, logró introducir cambios estructurales que forjaron su gran desarrollo posterior.

Insisto, no se exactamente donde comienza nuestra catástrofe. Pero permítame, amigo lector, escribir el título de esta nota nuevamente: Pediculus Humanus Capitis

Y siguen : Méndez Delfino, que también fue presidente del Banco central.

Martínez de Hoz, El plan económico del 2 de abril de 1976 en sus primera medidas fueron congelar los sueldos de los trabajadores, que quedaron bajo el control de la Nación. “El salario real ha llegado a tener niveles excesivamente alto en relación con la productividad de la economía” afirmó el ministro en 1976. Esa política provocó que el ingreso de los trabajadores cayera un 40 % entre 1976 y 1980.

Eugenio Blanco, que durante su gestión se desarticuló todo el sistema implementado por el peronismo. Pero —aquí lo raro—, muere repentinamente y asume Pugliesi, que también, asume cuando escapa Sourruielle con una inflación de 200%.

Y pasa Jorge Salimei, y Dagnino Pastore, Moyano Llerena, Ferrer, Quilicci, Licciardo, Ber Gelbard, Gómez Morales, Rodrigo, Corvalán Nanclares, Bonani, Corvalán Nanclares, Cafiero, Mondelli, De las Heras, Martínez de Hoz, Sigaut, Alemann, Dagnino Pastore, Wehbe, Grinspun, Sourrouille, Pugliese, Rodríguez, Rapanelli, González, Cavallo, Fernández, Machinea, López Murphy, Cavallo, Capitanich, Frigeri, Lenicov, Lavagna, Miceli, Peirano, Loustau, Fernández, Boudou, Lorenzino, Kicillof, Prat Gay, Dujovne, Caputo, Guzmán, y llegamos a manos de tijera Massa.

Cada uno vea, Cavallo uno a uno con el dólar. Boudou, un estudio de grabación de música en su despacho. Capitanich: ”Clarín miente”. La lista sigue...

Y usted también puede memorizar ¿Pero quién de estos nos hizo adorar al dólar por encima de nuestra moneda?

¿Y si le nombro los presidentes desde el '55 a esta parte?

Perón, Lonardi, Aramburu, Frondizi, Guido, Illia, Onganía, Levingston, Lanusse, Cámpora, Lastiri, Perón, Martínez de Perón, Videla, Viola, Galtieri, Bignone, Alfonsín, Menem, De La Rúa, Puerta, Rodríguez Saá, Caamaño, Duhalde, Kirchner, Fernández de Kirchner , Macri y Fernández con Fernandez viuda de kirchner.

No, no haga apología del delito. No insulte. Mantenga la compostura. No odie.

¿Que pasó que perdimos trece (13) ceros en nuestra moneda re contra devaluada?

¿Quién de todos estos es el abanderado apátrida que le dio más importancia al dólar?

Para cerrar este recordatorio de fracasados, hago pública esta carta: Señores responsables, ante quién corresponda. Me dirijo a ustedes a los efectos quieran tener a bien utilizar la figura del "Pediculus Humanus Capitis" en nuestro próximo billete. 

Porque en cualquier momento, nos llevan los piojos.

(© Walter R. Quinteros - Quiénes & Por Qué / LA GACETA LIBERAL)


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