LA CÁMPORA SE BAJA, HASTA DESPUÉS QUE HABLE CRISTINA

POLÍTICA

Del llamado para respaldar a “la jefa” en su cruzada contra el “lawfare”


Por Brenda Struminger

Desde la semana pasada, sectores sindicales y sociales vinculados al kirchnerismo, como la CTA de Hugo Yasky, el ala moyanista de la CGT y del movimiento de Juan Grabois, arengaban una movilización para defender a Cristina Kirchner el próximo viernes, cuando la Vicepresidenta presente personalmente sus alegatos en la causa Vialidad, en el tercer día de su defensa. Se pensaba en una marcha similar a la que tuvo lugar hace tres semanas frente a su departamento, en Recoleta, durante la cual hubo incidentes y un abierto enfrentamiento político con el jefe de Gobierno porteño y referente de Juntos por el Cambio, Horacio Rodríguez Larreta. Hasta el fin de semana, La Cámpora no cerraba las puertas a una convocatoria, pero ayer desde el entorno de Máximo Kirchner confirmaron que no harán un llamado formal para respaldar a “la jefa” en su cruzada contra el “lawfare”.

Los paños fríos que puso la cúpula del kirchnerismo sobre las arengas de espacios afines muestran la cautela con la que quieren manejar el caso Vialidad, el tema que más preocupa a la ex presidenta. Cristina Kirchner se encuentra abocada, hace semanas, junto a sus abogados, a la preparación de los alegatos que empezaron a presentarse el lunes en la voz de uno de sus letrados, Carlos Beraldi, ante el Tribunal Federal Nro 2, que lleva la causa. Y los dos últimos mensajes por Twitter de la dirigente se enfocaron exclusivamente en ese tema.

Por lo pronto, prefieren mantener la defensa en el ámbito institucional. Pero no descartan una movilización “después de que hable Cristina”, o bien para la fecha en que se aproxime o se haya conocido el fallo de la Justicia en el caso. “Más adelante se verá, hoy no está planeado”, sostuvo un camporista de alto rango.

La negativa a la iniciativa propuesta por espacios filo-K se produce mientras el kirchnerismo insiste con el llamado al diálogo a la oposición a raíz del intento de magnicidio contra Cristina Kirchner, que inició el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro; ratificó la propia Vicepresidenta durante una charla en el Senado frente a curas villeros; y mantuvo vigente el viernes Oscar Parrilli durante una declaración radial. A pesar de la reticencia de JxC, la iniciativa se mantiene vigente, según aseguran en los despachos más importantes del núcleo combativo del Frente de Todos, aunque el domingo, durante una entrevista con el canal LN+, Mauricio Macri pareció ponerle coto, aunque sin una negativa directa.

El primer paso en público a favor de una marcha lo había dado el dirigente de Camioneros, Pablo Moyano, triunviro de la CGT últimamente alineado con el kirchnerismo. Pero sus declaraciones a favor de “respaldar a la Vicepresidenta” provocaron escozor al interior de la central sindical, donde Héctor Daer y Carlos Acuña, más cercanos a Alberto Fernández y Sergio Massa, preferían mantenerse ajenos a cualquier expresión contundente, callejera, sobre la situación judicial de la vicepresidenta.

También en los movimientos sociales del “albertismo”, muchos de ellos reunidos bajo el paraguas de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (Utep), distinguieron entre la misa por la paz posterior al ataque a la vice y una protesta para acompañarla por una causa de corrupción. Hasta ayer preferían mantener la distancia y dejaron saber que no se plegarían.

“No hay marcha”, confirmó ayer por la tarde un hombre del entorno más cercano de la titular del Senado. “Nunca hubo convocatoria”, agregó un importante funcionario nacional y referente de La Cámpora. “Lo que teníamos que demostrar de apoyo a Cristina ya se vio en Recoleta (durante la marcha hace tres semanas). Hoy no es un objetivo político”, sostuvo.

En el espacio duro del Gobierno enfatizan que desde 2016, con aquella marcha a Comodoro Py el día de los alegatos de Cristina Kirchner, nunca hubo un llamado “orgánico” a defenderla judicialmente en la vía pública. Y consideran que la importante concentración del último fin de semana de agosto en la intersección de Uruguay y Juncal, donde vive CFK, fue espontánea. “Hoy les estamos pidiendo a las bases que no vayan, que no es el momento”, dijeron a este medio.

Después de la definición en contra de los duros, en la CTA relativizaron la convocatoria que habían esbozado días atrás. “No hay ninguna convocatoria”, dijeron cerca de Hugo Yasky. En el entorno de Grabois aseguraron no tener información al respecto. Mientras que Pablo Moyano les comunicó a sus colegas cegetistas que no participará, aunque se haga, cosa que hoy parece muy improbable.

Mientras tanto, el Presidente, que se encuentra en Estados Unidos para participar de la Asamblea de la ONU, esperaba instrucciones de Cristina Kirchner o de su círculo para decidir cómo avanzar el viernes 23. Ese día, Alberto Fernández, que viaja el jueves, ya estará de regreso en Buenos Aires. La semana pasada, al escuchar los rumores sobre una marcha, había ordenado a sus colaboradores que se pusieran a disposición de la vicepresidenta para la organización o el apoyo en la eventual manifestación. Mientras se encontraba en Nueva York recibió la novedad de que el propio kirchnerismo había bajado cualquier intención de movilizar ese día.

(Infobae)


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