LA AUTÉNTICA DECADENCIA DEL GOBIERNO

EDITORIAL

Maduro, un poroto

Por Walter R. Quinteros

Semana aciaga para los argentinos.

El presidente Alberto Fernández confirmaba en esta semana para el olvido, que el Gobierno nacional impulsará normas para "regular el uso de las redes sociales" para que "deje de circular el discurso violento y del odio".

¿Un presidente democrático puede llegar a decir esto?

"Eso es lo mejor que podemos hacer como sociedad, porque nadie quiere que le pase a otro lo que le pasó a Cristina".

¿Y las miles de personas que pasan por la inseguridad diariamente en Argentina, qué? 

"No podemos minimizar diciendo que fue un grupo de loquitos, es muy grave lo que le pasó a Cristina. Esto no está pasando solo en Argentina, los discursos del odio están pasando en todo el mundo, pero en Argentina llegó al extremo de que alguien le gatille sobre la cabeza de la vicepresidenta".

¿Y dónde está el Estado que debe proteger a las personas comunes también?

Para este gobierno decadente, el mundo gira alrededor de Cristina, después viene la clase política, sus adláteres, y nosotros seríamos la clase X, Y, and Z. Al fondo, a la derecha. La que solo paga impuestos y no tiene derecho a opinar, menos quejarse. Porque es odio.

Somos los que no tenemos la heladera llena como ellos. Ni hablar de la inseguridad. De la desastrosa economía, de sus contínuos desaciertos. No. Eso es discurso del odio.

Por educadito que uno trata de ser, escribí "contínuos desaciertos", porque recuerde que Alberto Fernández acaba de confirmar lo que hace una semana se había visto obligado a desmentir —lo que escribe con la mano lo borra con el codo—. Y donde la vocera presidencial Gabriela Cerruti había salido a desmentir publicamente las declaraciones del senador kirchenrista José Mayans, el que había anticipado que el Frente de Todos analizaba impulsar una nueva ley de comunicación para "regular los discursos de odio".

Pero lea esto: "Los discursos del odio no solo ocurren en Argentina, sino que ocurren en todo el mundo, eso es aprovechado por sectores reactivos; a veces de izquierda, a veces de derecha, pero parecen prevalecer los de derecha y promueven un discurso confrontativo y de odio que a veces penetra en la cabeza de mucha gente", y puso como ejemplos la legislación que regula las redes sociales en otros países, sin nombrarlos. 

No aguantó, y tiró su odio a los de "derecha", mientras tocaba la guitarra con Mark Plati.

"Las derechas que promueven el odio y violencia no deben tener cabida en el mundo".

¿Vio? Ése es un discurso de odio. Y olvidó mencionar que "las vecinas chismosas y las amigas que cuentan cosas llenas de odio, envidia y violentas para separar parejas, son de derecha".

Tome, ahí tiene un auténtico decadente, ahora tiene que demostrar que las izquierdas son puro amor. Lo escuchamos.

La decadencia, es la pérdida progresiva de la fuerza, intensidad, importancia o perfección de una cosa o una persona. Dice el diccionario. También es el período histórico en el que un movimiento artístico o cultural, un estado, una sociedad, etc., va perdiendo la fuerza o los valores que lo constituyen y se debilita hasta desintegrarse.

¿Cuáles son los países que regulan las redes sociales? Adivine.

Nicolás Maduro dijo que: "el mundo conocería una noticia que lo dejaría turulato" y que tenia que ver con el lanzamiento en el país de una red social propia bajo completo control estatal.

Al más puro estilo chino. Con su "deslumbrante" democracia. La izquierda te saluda, turulato.

Chau contactos venezolanos, a chatear desde Colombia.

¿Es ese el modelo que busca este desgobierno para la Argentina? 

¿En serio que para esto los hemos votado? 

Cuando Mariano Moreno creó "La Gazeta de Buenos Aires" el 7 de junio de 1810, les hizo saber a todos que: "El pueblo no debe contentarse con que sus jefes obren bien, debe aspirar a que nunca puedan obrar mal". Pobre Mariano Moreno y sus "discursos de odio".

El Artículo 19 de la Declaración de Derechos Humanos señala: "Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión".

Nuestra Constitución habla sobre "la garantía de la libertad de expresar sin censura las ideas por la prensa" y de la "libertad de imprenta". Y recordemos un claro fallo de la Corte que amplió a todas las formas de la expresión cuando, por ejemplo, aparecieron estas redes sociales. 

Hablando de odio les voy a recordar una noticia ya demasiado vieja porque es de junio, pero en ese mes y con fuente de la Dirección Nacional de Estadísticas del Sector Externo y Cuentas Internacionales. El stock de deuda externa bruta total, con títulos de deuda a valor nominal residual al 31 de marzo de 2022, se estimó en US$ 274.355 millones, US$ 6.488 millones mayor respecto al trimestre anterior. Sume a eso, todas las veces que le prestaron al ex ministro Guzmán 4.100 millones de dólares por mes, más, lo que trajo ahora el ministro Massa. Sume. 

¿Y la pobreza? ¿Y el desempleo?

¡Eso es un discurso del odio!

El Indec no publicó más nada. Violín en bolsa. Hablemos de amor, como por ejemplo qué bien visten nuestras damas que nos representan en el exterior.

El tema del odio es un "verso". No hace falta recordar la quema de Iglesias, ni del ataque al diario La Prensa, ni del alambre de fardo para colgar a los gorilas, cinco por uno, no va a quedar ninguno. No, este gobierno no tiene moral para hablar de "discursos del odio".

O si quieren un resumen completo los invito a leer un artículo de Jorge Tisi Baña en el grupo La Gaceta Liberal por Facebook donde nos recuerda estas hermosas y delicadas frases de amor que son un canto a la vida, como "Perón sí, curas no", y "Haga patria, mate un cura".

Si apelan a la memoria —porque archivos matan relatos—, debieran permanecer calladitos la boca con eso de "regular nuestra libertad de expresión".

A ver, para que se entienda mejor le pongo un ejemplo: Usted está sentado en la tribuna del estadio de fútbol más grande de sudamérica, (River Plate) juegan dos equipos. Uno del gobierno y otro de ciudadanos comunes laburantes. El equipo del gobierno pierde por goleada, pero usted ni nadie en las tribunas puede festejar los goles. Nos pusieron una cinta pegada en la boca y tenemos las manos atadas al asiento.

Eso es lo que quieren. Así nos quieren.

Bien dice el periodista Carlos Mira: "la Constitución fue escrita para proteger a los ciudadanos del gobierno y no al gobierno de los ciudadanos".

Veremos ahora que tan digna es la oposición que tiene enfrente, a estos auténticos decadentes, desesperados por poner jueces amigos ampliando la Corte. 

No quisiera despedirme sin recordarle una frase de nuestra vicepresidente: "Un Gobierno elegido por el pueblo no puede ser considerado una asociación ilícita". 

¿Usted votó alguna vez a Lázaro Báez y compañía?

¡Ah! Me olvidaba decirle que aumenta el cable, internet y la telefónía celular. Tome.

Qué semanita aciaga ¿no?




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