¿PARA QUÉ SE POSTULAN?

EDITORIAL

No se si los gobiernos tienen la obligación de brindarle a la sociedad la oportunidad de tener una vida digna, de prosperar. O la de salvarse ellos


Por Walter R. Quinteros

¿Pero se dieron cuenta que ningún candidato político dice nada en materia económica?

¿Ni de estabilidad social? Me parece que es pedirles demasiado.

Tan burros nos hemos vuelto (y que me disculpen los burros) que cuatro desequilibrados agarran un micrófono y griten ¡Qué quilombo se va a armar! y realicen cortes de calles. Amenacen. Impresentables.

Según un informe, la Oficina de Presupuesto del Congreso indica que en lo que va del año el Ejecutivo destinó $4.500 millones en prestaciones sociales. 

Para que nadie hable de esto, el presidente lanzó un mensaje mafioso. Entonces estos números pasaron a otro plano, al fondo, cerca de la página de "obituarios".

Pero de ese total hay que saber que  más de $3.000 millones se repartieron entre jubilaciones y pensiones, $507.552 millones fueron a asignaciones familiares, $233.206 millones a Potenciar Trabajo, $179.061 millones a políticas alimentarias y $50.982 millones a Becas Progresar.

Nos dice Alexis Montefiore desde Tribuna de Periodistas que la Fundación Éforo desarrolló un informe en el que analiza datos públicos sobre las transferencias monetarias en el marco de programas sociales vigentes en Argentina. La información se centra en los años 2007, 2009, 2015, 2019 (fines de períodos presidenciales) y 2020 (último año del que se disponen datos de cierre anual). 

En Argentina, el gasto en Seguridad Social va en aumento de forma progresiva y continua desde 2007, independientemente del contexto económico y de la gestión de gobierno, concluye el trabajo.

A ver candidatos, tómese su tiempo, analice cada pregunta y conteste desapasionadamente.

Si en nuestro país el gasto en Seguridad Social viene en aumento desde 2007, más allá del gobierno de turno. Y solo de Potenciar Trabajo están registrados 1.300.000 beneficiarios, pero hay muchos otros programas que se implementan.

¿En política no queda otra alternativa para "proteger" a la población pobre y vulnerable que no sean los subsidios, planes, etc.?  

Entre enero y julio de este año, la Nación registró un déficit primario de $1.500 millones, 71,0% superior al del mismo período del año anterior y los ingresos totales tuvieron una caída de 0,4% real mientras que el gasto se incrementó 7,7%.

¿Cree que esa "contribución" en dinerillo o alimentos impulsa algún crecimiento económico para la sociedad?

Sabemos que entre 2019 y 2020, el porcentaje de recursos asignados aumentó un 33%, pero la cantidad de beneficios otorgados aumentó un 48%, por lo que existe un desfasaje entre los recursos del Estado y las políticas de seguridad social.

¿Reconoce que estos "planes" han causado un efecto negativo sobre la población, unos producen, mientras otros esperan en la puerta de los bancos? 

Además se observó que el crecimiento de los recursos públicos asignados a la Seguridad Social es menor que el número de personas beneficiadas.

¿A cuántas personas alcanzan los beneficios? 

Si, recién ahora y —como medida antipopular—, desde el Ejecutivo anunciaron la realización de una auditoría que llevarán adelante universidades nacionales.

¿Cómo se controla? ¿Cuándo? ¿Será algo parecido al fracaso del censo?

Las becas y ayudas sociales pasaron de representar el 0,8% del PBI (2007) al 4,2% (2020). 

Se otorgaron 23 millones de beneficios (2020) entre la Asignación Universal por Hijo (AUH), el Salario Social Complementario (SSC) solo por los programas Hacemos Futuro y Progresar.

A partir de la pandemia por COVID-19, el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), la Tarjeta Alimentar y Potenciar Trabajo, que representa un 0,4% del PBI ya otorga 540.000 beneficios.

De este informe se destaca que se otorgaron 23 millones de beneficios (2020), 16.7 millones más que en 2007.  O sea, la suba fue de 265%. ¿Cuál es su estrategia para reducir estructuralmente la pobreza?

Si el objetivo es regularizar la distribución y alcanzar una mayor transparencia mediante el control en la administración de los recursos. ¿Cómo va a transformar las capacidades que tienen nuestros desocupados, sin caer en el facilismo de esperar cuándo paga el Anses los planes? 

Pero no, no diga lo mismo que —a lo largo de la historia y cada vez que necesitan votos dicen—, "que estamos estudiando la posibilidad de la inclusión productiva, relacionada con el mercado laboral local y etc .etc. Es decir, demasiados bla, blá".

O que "estudiaremos la forma de aplicar los instrumnetos y herramientas como la intervención del Estado en conjunto con la iniciativa privada etc. etc. y bla blá".

O que "vamos a promover el espíritu empresarial a través de la capacidad de expansión de los mercados aprovechando el capital humano etc. etc. y bla blá".

Es decir, por más que leamos estas probables respuestas —que forman parte del manual político—, ya sea de adelante para atrás o, viceversa, nadie va a entender nada, las palabras sonarán bonitas, pero inconsistentes. No habrán contestado nada. Nada  de nada.

Les sugiero que empiecen por suplantar el; "Vamos a tratar", "vamos a estudiar", "promoveremos". Por palabras como, "haré" o, como les gusta decir, "haremos". (Plural)

Debe haber algo, que solo ustedes saben.  ¿Para qué se postulan?

¿Nos van a hablar de que tienen las condiciones para fortalecer e incentivar la actividad productiva que tiene nuestro país mediante la provisión de etc. etc. blá, blá?

¿Que proveerán de estabilidad política, jurídica, de bienes, infraestructura  y servicios acordes que redunde en nuestro beneficio general?

Para serles sincero. Las empresas para competir, demandan de cierta capacidad en la mano de obra, bien, en base a eso, calculo, necesitan de la buena formación y educación que el Estado debe proveer, y eso es una de las soluciones estructurales para que se instalen grandes empresas. Saber que hay gente capacitada para ocupar cada puesto.

Lo que quería decirles es que, en vez de hablar "del quilombo que se va a armar", hablen de pequeñas esperancitas. De la reducción de la pobreza. De construir la estructura que sostenga una inclusión productiva. Con licitaciones limpias, claras, rápidas y efectivas. Algo para todos, algo que nos haga dignos. 

De instruir para que la sociedad agarre libros y herramientas como para ir practicando, antes de salir a gritar ¡Que quilombo se va a armar! Porque en este quilombo ya armado, nos metieron ustedes, los políticos y los que practican política solo para salvarse. 

Algunos, utilizando el paraguas de los "fueros".

(© Walter R. Quinteros / LA GACETA LIBERAL)


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