TRISTE, SOLITARIO Y FINAL

EDITORIAL

Alberto, derrotado por la crisis, terminó por encumbrar a Massa, que tiene más sombras que luces

Por Walter R. Quinteros

Triste, solitario y final, es una novela del escritor Osvaldo Soriano, que fue publicada en el año 1973. La historia comienza cuando Stan Laurel (el actor cómico de la famosa serie del Gordo y el Flaco) acude al detective Philip Marlowe (el personaje creado por el escritor Raymond Chandler), también en el ocaso de su esplendor, para que averigüe por qué ya nadie lo llama para trabajar. Le tomo el título.

No había "planes" en ese momento. No se le ocurrió eso a Soriano.

Pero Alberto Fernández ha quedado triste, solitario y cercano al final. Porque le "rearmaron" el gabinete, y eso, es producto de las crisis que hoy atraviesa el país. El Frente de Todos acedió a los pedidos caprichosos de uno de sus socios y ahora, expresidente de la Cámara de Diputados, Sergio Tomás Massa.

Alberto ha quedado debilitado por esta "ola de cambios" que incluso, llevará a la eliminación de ministerios. Todavía puede haber algunos cambios más, pero ya se desmoronó el castillo de naipes que era este gabinete de "científicos". 

Al cierre de este editorial, solo le quedan muy pocos "amigos" al presidente, Santiago Cafiero, Claudio Moroni y Matías Lammens. Pero no les puedo asegurar por cuántas horas, o días.

Vamos por parte en esta historia de renuncias y rajadas. 

La exministra de Desarrollo Territorial y Hábitat, María Eugenia Bielsa.
La exministra de Justicia Marcela Losardo. 
El exministro de Salud Ginés González García.
La exministra de Seguridad Sabrina Frederic.
El exministro de Ciencia y Tecnología Roberto Salvarezza.
El exministro de Defensa Agustín Rossi.
El exministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas.
El exministro de Economía Martín Guzmán.
El exsecretario de Asuntos Estratégicos Gustavo Béliz.
El exministro de Agricultura Julián Domínguez.
Seguramente hay más, pero ya no tengo ganas de bucear en los archivos. 

Un caso que no puedo dejar pasar por alto, Béliz le escribe al presidente: "Dios lo guarde".
Conclusión, no eran "científicos".

La mecha encendida que activó el detonador para que explote esta bomba, sin lugar a dudas, fue la renuncia de Guzmán. Eso hizo que el presidente besara la lona casi al borde del nocaut. Estuvimos 48 horas sin ministro de economía. Sergio Massa, el chico caprichoso, se hacía cargo de Economía si solo accedían a sus exigencias. Y designaron a Silvina Batakis. 

El mundo nos mira.

Batakis viste como las chicas de San Marcos Sierras y así, fue a "negociar" con  el FMI.
Duró 24 días en el cargo.

La corrida cambiaria, la guerra perdida contra la inflación, la batalla perdida contra la propiedad privada de quienes trabajan el campo, el pedido de los gobernadores para que modifique el rumbo, influyeron definitivamente para que Alberto, asfixiado, accediera a las exigencias de Sergio Massa. 

¿Quién está atrás de todo esto?
Cristina. La que tira la piedra y esconde la mano. 

Ha quedado demostrado entonces que el Frente de Todos nunca tuvo un programa claro. Carece de ideas y lo que es peor de ética. Miremos algunas "formas".

A Felipe Solá lo renunciaron arriba de un avión. Papelón.
A Silvina Batakis la renunciaron a punto de subir al avión. Vergonzoso.
A Eduardo Hecker, mientras entregaba tarjetas Mineras en Catamarca. Calamitoso.

Canta Dyango una canción que se llama "Señor Muñoz", y dice algo como...
"Bravo, señor Muñoz,
medalla de honor 
por sus años de labor". 

El guitarrero, cantor y presidente les dijo: "Gracias por los servicios prestados".

Cambios y enroques a las apuradas.

A Daniel Scioli, lo sacaron de la embajada de Brasil, 44 días después, lo mandan de vuelta.
A Mercedes Del Pont de la AFIP, y pasa a la secretaría de Asuntos Estratégicos.
A Silvina Batakis le dan el Banco Nación, donde reemplazará a Eduardo Hecker.
A Carlos Castagneto la AFIP, donde reemplazará a Mercedes Marcó del Pont.

¡Aguante la dignidad!

Joven argentino, si usted tiene más de 60 años, sabe como yo, que ya estamos cansados de vivir en la incertidumbre, de soportar estos tristes desmanejos. Tanto usted como yo, queremos que aparezca alguien que logre sacar adelante la economía de nuestro país.

El presidente ha quedado solo, triste y esperando el final. 

Cristina, sin munición en la recámara, plancha la bandera blanca ante la Justicia.

Sergio Massa, con sus pocas luces, si descuenta el marcador con un gol en la goleada que estamos sufriendo, si acomoda las cargas, se puede perfilar para ser el candidato del Frente de Todos el año que viene. Si fracasa, con todas las sombras que tiene en su mochila, sombras de panquequeadas y traiciones, se queda para siempre, sin futuro político.

Lo peor de todo esto, es que nosotros seguiremos esperando el ómnibus, para ir a trabajar.

(© Walter R. Quinteros / LA GACETA LIBERAL)


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