PERO EL GORILA SOY YO

EDITORIAL

Había una vez, un país que, a finales del siglo XIX era el país más rico del mundo

Por Walter R. Quinteros

Era el país más poderoso del planeta, en términos económicos, por encima de Estados Unidos, Alemania, Reino Unido y las potencias habituales. Para el año 1895 Argentina tenía un PBI per cápita de 5. 786 dólares, seguido por Estados Unidos y Bélgica en tercer lugar.

La pregunta es, amigos lectores:

¿Qué nos pasó para ser hoy el séptimo país con la inflación más alta del mundo?

Dice Bloomberg que la respuesta es sencilla: un proteccionismo exacerbado, acompañado de una buena dosis de gasto público, estatización y, en definitiva, socialismo.

El abogado y escritor venezolano Emmanuel Rincón señala que en aquella época, Argentina tenía una de las economías más liberales del planeta. Lo que permitió que los argentinos comenzaran a trabajar en el campo y a exportar materia prima a Gran Bretaña, que durante años fue su principal socio comercial y que el presidente Julio Argentino Roca fue quizás el mayor artífice del crecimiento económico argentino.

Durante la Segunda Guerra Mundial Argentina alcanzaba un excedente comercial de 1,7 mil millones de dólares acumulados. Pero entonces llegó al poder Juan Domingo Perón.

La primera etapa peronista se caracterizó por mantener un exacerbado gasto público que justificaba con “redistribuir el ingreso hacia los más pobres” y empezar a intervenir con fuerza en la economía. Juan Domingo Perón empezó a imponer fuertes aranceles. De hecho, los cuatro principios fundamentales de su discurso fueron: “mercado interno”, “nacionalismo económico”, “rol preponderante del Estado” y “papel central de la industria”. Bajo estas premisas procedió, en 1946, a nacionalizar el Banco Central de Argentina. También fueron estatizadas, entre 1946 y 1948, todas las líneas férreas del país que antes pertenecían a empresas británicas y francesas.

Empezó a construir un discurso populista de índole nacionalsocialista, inspirado en los tiempos que vivió de cerca el fascismo de Mussolini en Italia y el nazismo alemán de Hitler. De hecho, Argentina fue acusada durante la era Perón de recibir y hacer negocios con los nazis. 

Bajo estos “principios económicos” también se lanzaron las “20 verdades peronistas”, que se convirtieron en mandamientos bíblicos para gran parte de los argentinos. 

Algunas de las “verdades” más preponderantes en su Gobierno eran las siguientes:

-Ningún peronista debe sentirse más de lo que es ni menos de lo que debe ser. 

-Cuando un peronista comienza a sentirse más de lo que es, empieza a convertirse en oligarca.

-Para un peronista de bien no puede haber nada mejor que otro peronista.

-Los dos brazos del peronismo son la justicia social y la ayuda social. Con ellos, damos al pueblo un abrazo de justicia y amor.

-Como doctrina económica, el justicialismo realiza la economía social, poniendo el capital al servicio de la economía y esta al servicio del bienestar social.

-Constituimos un gobierno centralizado, un Estado organizado y un pueblo libre.

Pero —finaliza Emmanuel Rincón desde el sitio panampost.com—, la historia argentina es muy triste y lamentable, quizás solo superada por la catastrófica historia política y económica venezolana. Pero esa ya es otra historia.

La actualidad dice que: 

La vicepresidenta cobra unos 4.100.000 pesos (el ex abogado de ANSES, Alejandro Chichi, sostuvo: "El artículo 5 de la ley prohíbe el cobro de dos asignaciones vitalicias. Que cobre jubilación y pensión, además de inmoral es ilegal").

Los jubilados en nuestro país perciben una mínima de 37.000 pesos.

La inflación internaual puede oscilar entre el 76 y el 90%.

Cualquier funcionario pedorro tiene un sueldo que roza o supera los 500.000 pesos.

El trabajador agrario cobra 69.714 pesos.

Se necesita 107.000 pesos para no ser pobre.

La hora de las empleadas domésticas es de 437 pesos. (La chica que limpiaba aquí se fué, a pesar de que se le pagaba 500 pesos la hora, le conviene —nos dice— "ser responsable y levantarse temprano para ir a anotarse en los planes del Anses". Cobraría mucho más que venir aquí y, al quedarse en su casa, puede "cuidar" a su bebé).

Segun un informe de Forbes Argentina, al 6 de junio de este año había unos 141 planes en la Argentina. Señalamos algunos, tal vez, los más conocidos.

-Plan Nacional de Seguridad Alimentaria. 

-Plan Nacional de protección social.

-Plan Nacional de Primera Infancia.

-Plan Mi Pieza.

-Becas Progresar.

-Titulares de Pensión Vitalicia a Veteranos de Guerra del Atlántico Sur.

-Programa Hogar.

-SUMAR.

-Incluir Salud.

-Pensión no contributiva por vejez.

-Monotributo social.

-Empleo Jóvenes con más y mejor trabajo.

-Trabajadores desocupados o con problemas de empleo.

-Seguro de capacitación y empleo.

-Fomentar Empleo.

-Seguro de Desempleo. 

-Jubilaciones y pensiones.

-Pensión universal adulto mayor (PUAM)

-Asignaciones y Programa Alimentar.

-Asignación universal para protección social (hijo con discapacidad).

-Asignación mensual por cada hijo menor de 18 años (hasta 5 niños).

-Asignación embarazo para protección social.

-Asignación familiar hijo/ hijo con discapacidad.

-Asignación familiar prenatal.

-Programa Alimentario de PAMI.

-Potenciar Trabajo. 

-Hacemos Futuro. 

-Proyectos Productivos Comunitarios.

-Programa Alimentar.

Una piquetera fue entrevistada el día de ayer en la protesta contra el gobierno:

— "Nosotros siempre trabajamos de esto, (cortar calles) a cambio de los planes, no es justo que ahora tengamos que salir a trabajar por la misma plata". (Vídeo TN)


En un artículo fechado el 29 de abril en Infobae, Damián Di Pace asegura que los "Programas de asistencia estatal" son 182 los vigentes y 25 millones los beneficiarios, y señala que el Estado, en su rol de generador de ineficiencias, es el único ganador de un modelo económico no sustentable que forjó dependencia y logró que la mitad de la sociedad vea a los subsidios como un estilo de dependencia de vida y no como lo que verdaderamente son: programas creadores de pobres.

Crearon unos monstruos vagos, muy vagos.

Los habitantes de la Argentina somos 47 millones, los que aportamos somos 9 millones.

Pero por informar esto —sepan—, el gorila soy yo.



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