PANQUEQUE

EDITORIAL

La sinceridad nunca ha figurado entre las virtudes políticas y las mentiras han sido siempre consideradas como medios justificables


Por Walter R. Quinteros

La política es uno de los reinos predilectos de la mentira; aquel donde intervienen con mayor frecuencia las triquiñuelas, manipulaciones, falacias y engaños de todo tipo. Así lo señala Hannah Arendt en las primeras páginas de "Crisis de la República". (Editorial Trotta 1972)

En otro lugar añadirá que "la política es el lugar privilegiado de la mentira en la medida en que se considera un instrumento necesario y legítimo para el político y el estadista".

Hay, en nuestro país —y en el mundo entero—, una infinidad de dichos y contradichos, afirmaciones y desmentidas, enemistades irreconciliables y arreglos amistosos sorprendentes.

Cero moral, cero ética, poca hombría. 

El valor de la palabra de un político vale, nada. La mentira política es entonces, la mentira dirigida a los propios ciudadanos que dicen representar.

Ellos mismos saben que mienten, ellos saben cuál es la verdad. Es probable que hasta tengan  la intención de decirla, de cometer un "sincericidio", pero si en su horizonte está la perspectiva de obtener mayores beneficios, entonces mienten y vuelven a mentir.

Los que descreemos de las voces políticas, tratamos siempre de conocer sus argumentos. Precisamente, porque buscamos en sus palabras, aquellas que tenga algún impacto o despierte el interés de su público.

Si mal no interpreto a Maquiavelo, me parece que éste no recomendaba el uso de la mentira del gobernante, pero les proponía "sugerentes palabras" como, "le conviene", "usted debe" y "es preciso que diga" o, que haga gestos públicos que demuestren su conformidad aún, con los actos que pueda llegar a despreciar. (Un abrazo para la foto, por ejemplo)

Pero no los quiero aburrir con esto.

Usted, como yo, sabe que todos los políticos solo demuestran ambición.

Y así, se convierten en "panqueques".

Para muestra alcanza un botón, dice el dicho popular. O en política, para muestra alcanza con Sergio Tomás Massa, actual presidente de la Cámara de Diputados, que nació en abril de 1972 en San Martín, Buenos Aires y, un "integrante" del Frente de Todos.

Massa es fundador y líder del Frente Renovador. Según Wikipedia, en su juventud militó en la UCeDé, partido de ideología liberal. Después, en 1990, pasó al Partido Justicialista. En el 2013 abandonó el Partido Justicialista para crear el Frente Renovador. 

En la campaña presidencial hacia 2019 apuntaba hacia la expresidenta Cristina Fernández viuda de Kirchner al asegurar que si no tuviera fueros parlamentarios, ella "ya estaría presa".

Y una serie de frases tomada de iProfesional del 2015 que justifican su mote de panqueque.
-"La gran derrotada de la elección del domingo fue Cristina".
-Aníbal Fernández "es el Herminio (Iglesias) del siglo XXI".
-"Perdió Cristina, perdió La Cámpora, perdió la soberbia".
-"Cristina es la principal derrotada por más que esté escondida".
-"Mientras Scioli no sea el líder de su fuerza política no puede gobernar nada".
-"Scioli tiene que dejar de ser empleado de Cristina".
-"Cristina se tiene que ir. En diciembre es una jubilada, una ex-presidenta".
-"No hay que endiosar al presidente, porque damos cheques en blanco y después terminamos llorando".
-"Yo voy a ayudar a Vidal a que le vaya bien"
-"Se termina la Argentina de los excesos desde el poder. Algunos creyeron que con el voto escrituraban el Estado".

En Twitter: año 2015:
-"La gente nos quiere ver arremangados peleando contra la inseguridad y la pobreza, no hablando de cuestiones del poder".
-"Queremos una aerolínea de bandera fuerte, como es Aerolíneas Argentinas. Queremos trabajadores de Aerolíneas y no ñoquis de la Cámpora".

Y así, seguramente, aparecerán miles de "panquequeadas" más que por razones de espacio no las vamos a recordar. Hasta en un almuerzo con Mirtha Legrand, le sirvieron panqueques de postre. No se le movió un músculo de la cara.

Para muestra de la calidad de nuestros políticos alcanza con Massa. Ahora, en su ambición, es casi un hecho que sea "bendecido" como el nuevo ministro de Economía.

​Maquiavelo señalaba que "es necesario tener gran habilidad para fingir y disimular". 

Porque para nuestros políticos, "los hombres somos tan simples y nos sometemos hasta tal punto, que quien nos engañe encontrará siempre que nosotros nos dejaremos engañar".

Massa, es la última bala que le queda al gobierno, en la guerra contra la inflación.

Y él busca —como todo ambicioso—, el mando total de los batallones "planeros".
Solo para que le cuelguen una condecoración en el pecho que diga "Massa 2023".

Sale con dulce de leche.

(© Walter R. Quinteros / LA GACETA LIBERAL)


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