NO HAY NADA NUEVO BAJO EL SOL, EN CRUZ DEL EJE

EDITORIAL

Los políticos tienen fama de traicioneros, oportunistas, que no honran sus palabras, y que solo obran en beneficio particular

Por Walter R. Quinteros

"La institucionalización de la mentira y el relato en la política, es el peor de los mundos posibles". 
Dr. Carlos Alberto Díaz

Sobre eso he venido escribiendo en estos últimos editoriales. Sobre el escaso valor de la palabra de los políticos, es como si, al asumir un cargo, por el que tanto apostaron, perdieron la memoria, la moral, la dignidad.

Un caso emblemático es nuestro actual presidente Alberto Fernández. De nada sirve ya recordar todo aquel montón de palabras emitidas en contra de su actual vice y que puso una sobre otra, o en fila, para difamarla, a ella y a su gobierno.

Le prometieron un  cargo, se calló la boca y perdimos todos. Indigno.

Ni hablar de quién es hoy el nuevo ministro de Economía, Sergio Massa, el "ventajita". Otra batería oral y escrita en contra de la Cámpora y el kirchnerismo y, ahí lo tenemos. Vamos creo, camino a perderlo todo.

Lo que desde este espacio podemos hacer, es pedirle que ponga en práctica su parafernalia mediática en tiempos electorales, ahora que tiene —de arriba—, la posibilidad de ejecutarlas.

La institucionalización de la mentira —como podemos apreciar—, algunas veces les ayuda a ganar elecciones, a juntar voluntades circunstanciales, como lo son estas "coaliciones", que en nada han contibuído al bien común de los argentinos.

Asi, tenemos con que "Cambiemos" y "Frente de Todos", fracasaron. Pero como gobierno, porque económicamente, los políticos que acedieron a cargos, se salvaron.

De ahí es que estoy claramente convencido que la política no es otra cosa que una actividad sin códigos, desvergonzada y costosa. Los "regalos" pre electorales son una clara muestra, y van desde las promesas de trabajo —con dinero ajeno—, hasta regalos como chapas de cinc, cemento, puertas, ventanas, electrodomésticos, alguna ropa, calzado y bolsones con comida. Como si el locro y el choripan fuesen la patria.

Nos quieren hacer creer que eso está bien, que ese mal necesario está muy bien. Y sonríen para la foto —para parecer menos malos que su eventual contrincante—. Y hablan de cambios, de mejoras y de "transformar" y —en algunos casos—, aún perteneciendo al mismo signo político que gobierna. Desmemoriados y cero ética los personajes.

Y fundamentan todo como si hablaran con niñitos de salita verde —con perdón de los niñitos de salita verde, o azul de los jardincitos pre escolares—. 

Han transformado la política, cuyo concepto sería algo así como el conjunto de decisiones y medidas tomadas por determinados grupos que detentan el poder, "en pos de organizar una sociedad", en un negocio donde participan como socios, personas inescrupulosas.

Tenemos entonces que todos son ávidos de poder, que todos tienen una gran tendencia a lograr cierta notoriedad. A estar en boca de todos. No les importa de qué se los tilde.

No sirven para otra cosa que no sea "trepar" en política.

Los ejemplos mas notorios se encuentran en el gobierno nacional. En las cámaras legislativas. En los gobiernos provinciales, ni hablar de los municipales. Si, de eso les quiero hablar.

Me sobran los dedos de una mano para nombrar honrosas excepciones. Ustedes debieran ayudarme a encontrarlas.

Los políticos tienen fama de traicioneros, oportunistas, que no honran sus palabras, y que solo obran en beneficio particular. Y eso se debe a ciertas imperfecciones que les confiere este sistema democrático. La interpretación de la leyes para con ellos, y la dudosa independencia judicial.

No pido tampoco que ante cada promesa incumplida haya una bala justiciera, pero si, un castigo ejemplar de que nunca más se presenten a una elección. O, a ocupar un cargo. Nada de volver a Jurar por Dios y la Patria. En democracia, la verdad y la transparencia, deben ser la razón y el estilo de vida de los funcionarios electos. 

Mirando desde la ventana hacia la calle, creo en que hay que salvaguardar el bienestar público.
Lo debemos hacer cada uno desde su puesto, opinar es el mío. Porque nuestros políticos locales tienen como gimnasia diaria, mentir.  

Ahora puntualmente me voy a dedicar al caso de los partidos mayoritarios locales:

Un candidato reparte locro, a gente que sabe, no lo va a votar, y bajo el lema "Cruz del Eje de oportunidades". Este señor subió a su auto y visitó el canal de TV y todas las radios. Nadie le preguntó por una, una sola de esas "oportunidades". 

El otro se saca fotos, sonríe para mostrar sus blancos dientes, cuando nunca antes lo hizo. Y, tiene como Currículum que desde su banca de concejal desaprobó toda iniciativa opositora, aunque esta favoreciera al pueblo y, lo que es peor, no se le conoce un solo proyecto a favor de los ciudadanos, tiene como lema "Transformemos Cruz del Eje".  Se acordó demasiado tarde, siendo parte.  Visitó a todos los medios y nadie le preguntó sobre eso.

Ninguno de los dos, ha golpeado la puerta de La Gaceta Liberal. Usted ya sabe por qué.

Porque van camino —ambos—, a que la mentira se establezca como una constante en esta ciudad también. Una oportunidad no es un plato de comida regalado. Y mostrar que se lava los dientes todos los días no significa que va a transformar esta ciudad. Ni qué significado le da a la palabra. En realidad no es otra cosa que más castillos en el aire, cero equipo conformado. Cero credibilidad.

Tal cual como la credibilidad que ostenta el actual intendente, cuya irresponsabilidad en el manejo de las cuentas, en la anomia de su gobierno, y que las casi cien editoriales publicadas por quien esto escribe, a él, lo describen. La ciudadanía le ha perdido toda confianza. Esa confianza perdida no es que sea más escasa, es una realidad percibida, una realidad que hasta se puede medir. Y él lo sabe.

Lo sabe por sus escándalos, por la falsedad de sus dichos, por el engaño contínuo y eso, ha creado un vacío de confianza, dejando en muchos de nosotros, la certeza de lo escasa que parece ser la verdad en la palabras y en los actos de todos nuestros políticos.

Mirando desde la ventana hacia la calle, creo en que hay que salvaguardar el bienestar público.
Repito, lo debemos hacer cada uno desde su puesto, y opinar es el mío. Porque nuestros políticos locales tienen como gimnasia diaria, mentir. Seguir mintiendo.

No hay nada nuevo bajo el sol, en Cruz del Eje.

(© Walter R. Quinteros / LA GACETA LIBERAL)

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