LA TRISTEZA DE PALITO

EDITORIAL 

En sus películas donde es el primer actor, representa -o finge- ser un tipo alegre y feliz, personaje que en la vida real no es así


Por Luis Illuminati

Leyendo algunos textos en los medios que comentan sobre Palito Ortega y su supuesta mala onda: “la peor de las ondas". Así, hallamos comentarios del siguiente tenor y título: Los memes por las actitudes del cantante en La Voz Argentina”. Ortega se sumó a dicho espacio televisivo con el fin de asesorar a los participantes que integran el equipo de Ricardo Montaner. Sus expresiones llamaron la atención de los usuarios de las redes sociales. Ramón Ortega participó del reality-show. Sin embargo, su cara no parecía indicar que estuviera contento de estar ahí. Entre los memes también usaron la imagen viral de Marcela Tinayre junto a la frase “voy a ir, pero voy a ir con la peor de las ondas” y otros personajes cuya cara de poco entusiasmo hacía recordar a la del cantante..."

Vi por primera vez a Ramón "Palito" Ortega en 1958/59 por televisión blanco y negro en "Guitarreadas", el programa del Padre Gardella. Luego lo vi en el "Club del Clan" cuando surgió a principios de los 60 la inocente movida musical de "la nueva ola". Violeta Rivas, Johnny Tedesco y otros; yo ya tenía 9 años. Me fui a vivir en 1962 a la ciudad chubutense de Comodoro Rivadavia y cuando volví a Buenos Aires, Ramón Ortega seguía con la misma cara de antes. La seriedad personificada. En sus películas donde es el primer actor, representa -o finge- ser un tipo alegre y feliz, personaje que en la vida real no es así, lo mismo que Sandro o Roberto Sánchez.

Pasó el tiempo. Llegó el 10 de agosto de 1990 -Día de la Fuerza Aérea Argentina- y estuve con mi padre invitado por el jefe de la Guarnición Aérea al acto donde estaban presentes una larga lista de personas que ya no están, como mi padre. El presidente de la Nación (Carlos Menem), el Gobernador de Córdoba (Eduardo Angeloz), el Intendente de la Ciudad, el presidente del TSJ (Roberto Loustau Bidaut). Cuando llegó la conferencia de prensa que brindó Carlos Menem, recuerdo que entre los periodistas que le hacían preguntas estaba Jorge "Petete" Martínez.

A toda la concurrencia nos llamó poderosamente la atención la presencia de Palito Ortega, que inmutable se mantuvo todo el tiempo al lado del presidente. Terminada la conferencia, pasamos al amplio comedor donde estaba preparado el lunch y el vino de honor. En esa oportunidad me acerqué a Palito Ortega y lo saludé y éste muy cortante me devolvió el saludó con un movimiento de cabeza. Hablé yo solo en esos pocos minutos pues Ramón estaba con su habitual seriedad. Yo no pude disimular porque me pareció que le hablaba a la pared y con franqueza le dije: "¿Por qué Palito es usted tan antipático? Yo de chico lo imitaba y cantaba alegremente sus canciones "Despeinada" y "No quiero media novia" y tarareé una parte de la letra, desafinando de una forma que lo hice reír un poco a Ramón. Y me dijo como para disculparse que él era serio ya por naturaleza y que no sabía fingir para agradar a la gente y que él era tan franco como yo en decir las cosas y dándome un apretón de mano se alejó porque un secretario de Menen le dijo que éste lo llamaba.

Más tarde ya en mi casa me puse a pensar que yo estaba equivocado. Palito Ortega no era antipático ni creído, sino que era cabalmente un hombre triste, con una pena en su alma que no es pena sino un dolor secreto que como un rictus o un gesto se refleja en su rostro sin fingimientos ni simulaciones como los políticos. Una tristeza metafísica del hombre auténtico, el existente que buscaban Diógenes Kierkegaard y Heidegger. El ser que se pregunta por el ser, no un maniquí, un títere, no el que habla por hablar y sin sentido. Es un muchacho sencillo, honrado y preocupado, contemplativo como Nietzsche, como José Hernández y Martín Fierro, como Martínez Estada, en fin; triste y serio, metido en sus pensamientos como un callado filósofo para quien la vida no es una broma sino una herida abierta que obliga al hombre que no es un vulgar mascarón de proa o un papamoscas alegre que no advierte como dice el poeta T.S.Eliot... "parece que algo sucedió, que nunca antes había sucedido, aunque no se sepa cuándo o por qué o cómo o dónde. Los hombres han abandonado a Dios no por otros dioses, dicen, sino por ningún dios" (Séptimo Coro: La Roca). Un hombre serio no sujeto superficial, banal y parlero. Un hombre serio no es "un mala onda" ni un pesimista amargado sino un hombre que piensa, un optimista cuya experiencia le ha enseñado que el mundo es triste porque los mercaderes del templo, los hombres huecos han apestado la tierra, vocingleros que con su tenaz palabrerío nos han vendido un falso paraíso que en realidad detrás del telón es un confuso infierno. Pensé entonces que él no era un hombre para meterse en la sucia política, ni para gobernar la provincia de Tucumán, ni para acompañar ser compañero de fórmula de Menem o de Duhalde ni de ningún aventurero. Pero no por falta de capacidad o idoneidad suficientes, sino que su integridad moral no le hubiera permitido transigir con la impostura y la traición a sus valores y creencias. Creo que Dios lo salvó y preservó de muchos disgustos y malos ratos.

Lo que a Ud. le pasó Palito, me sucedió también a mí alguna vez. Le aclaro que, si hay elecciones, esta vez me voto a mí mismo que es en el único en quien confío y sé muy bien lo que haría si yo fuera presidente. Pues lo mismo que a Leopold Bloom -don Poldy- el personaje de James Joyce del "Ulysses" que soñaba con ser el alcalde de Dublín, yo también soñé algo igual.

(© Luis Illuminati / LA GACETA LIBERAL)


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