LA OBSESIÓN

OPINIÓN

El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner (porque ella es la dueña del gobierno) no está preocupado por la situación del país: la única preocupación del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner es la situación de Cristina Fernández de Kirchner

Por Carlos Mira

Mientras el dólar en la calle tocaba la marca de 301 pesos el presidente inauguraba una rotonda en la localidad de Pila, en la Provincia de Buenos Aires.

La imagen es un perfecto resumen que delata la inconmensurable distancia que hay entre el gobierno y los gravísimos problemas que tiene la Argentina.

Pero hay una constatación aún más grave que esa: el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner (porque ella es la dueña del gobierno) no está preocupado por la situación del país: la única preocupación del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner es la situación de Cristina Fernández de Kirchner.

En ese contexto, de nada sirve recordar que el peso argentino es la moneda más devaluada de la región (medida por cualquier tipo de cambio que quiera tomarse): En lo que va de 2022, el peso argentino fue la moneda que más perdió frente al dólar estadounidense en Sudamérica. Entre el 1 de enero y el 19 de julio, el tipo de cambio oficial aumentó 24,7% mientras que el blue lo hizo en 46,1% y el MEP en 50,1%.

Esto contrasta con los movimientos de las demás monedas de la región, donde la devaluación promedio respecto al dólar fue de 7%. Incluso hay monedas que, respecto a su valor a principios de enero, incluso registraron una apreciación o estabilidad, como son los casos de Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay, Perú y Uruguay.

Tampoco vale la pena recordar que el actual presidente se rasgaba las vestiduras cuando el dólar estaba a $40 o que el Financial Times hable sobre “la ruina financiera que está al acecho” en un país que debería estar “disfrutando” de las consecuencias que la invasión de Rusia a Ucrania trajo en el mercado de precios y que, en realidad, “se está dirigiendo a los tumbos hacia una de sus colapsos periódicos”: alta inflación, dólar blue en disparada, presión de la deuda y desconfianza de los inversores”.

Todo eso es papel pintado para la vicepresidente. Tan pintado como el dinero que ella misma manda a imprimir sin ningún respaldo. Ni siquiera que las reservas líquidas netas del BCRA sean negativas la conmueve.

Su única obsesión es lo que le espera de aquí a poco: una condena de casación a la cárcel.

Cuentan algunos que su punto de explosión se dio cuando una cámara de apelaciones sobreseyó a Macri en la causa por espionaje a los familiares del ARA San Juan: parece que le dijo a su pelotudo predilecto, Oscar Parrilli, “a vos te parece, yo condenada y Macri sobreseído… Te das cuenta que este tipo es un inepto de mierda”. (No creo que haya que aclarar a quien se refiere la señora).

El diseño que sueña Kirchner es la eliminación del poder judicial. Un marginal del kirchnerismo (como suele ocurrir en estos casos) lo adelantó hace un tiempo a cara descubierta.

Se trató en aquella ocasión de Mempo Giardinelli, que dijo que el “poder judicial debía ser eliminado y reemplazado por un ‘servicio de justicia’ para que los problemas se resolvieran en la Argentina”, exponiendo, por primera vez de modo explícito la tesis que Kirchner manifestó este fin de semana: la culpa de que los argentinos se mueran de hambre la tienen la Corte y la Justicia.

La vicepresidente, por supuesto, no se detiene en la mentira y jamás dejaría que la verdad se interpusiera en el camino de sus fines.

En esa inteligencia, en su última parrafada tuitera, dejó entrever un supuesto contubernio que involucra al juez Maqueda con recursos que el magistrado tendría pendientes con el Dr Carlos Stornelli: el fiscal salió ayer a desmentir de plano ese delirio y confirmó que no tiene ningún recurso pendiente en la Corte. El magistrado desmintió, también, conocer a Maqueda y aclaró que el juez no está imputado en la causa por supuestas irregularidades en la obra social de la Justicia.

Pero para Kirchner este es el asfalto que pavimenta su camino a acusar a todo el foro de “lawfare”, de “mandaderos de Clarín” de los “medios hegemónicos” y de los “poderes concentrados” que se asocian y abroquelan para perseguir, proscribir y encarcelar a los líderes populares.

¿Qué mierda es un “líder popular”? Máxime cuando esa cucarda se la cuelgan los propios personajes que se auto titulan “líderes populares”.

¿Desde cuando se creen los dueños del Estado? ¿Quiénes son?

La señora Kirchner está dispuesta a todo: a ver morir de hambre hasta el último argentino con tal de salvarse ella y su familia (en ese orden) si fuese necesario.

Para quien está dispuesto a llevar la situación a esos extremos quemar todo para derribar solo a un puñado de señores de toga, es solo un mero detalle.

(The Post)


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