LA GRAN DECEPCIÓN ARGENTINA

EDITORIAL

Nos cuesta tanto controlarnos ante esta situación


Por Walter R. Quinteros

La decepción es una emoción dolorosa que se despierta en una persona al incumplirse una expectativa construida. De esta forma, una decepción siempre ocurre tras esperar algo concreto y depositar ilusión en ello y cuando esa expectativa no sucede o sí que sucede, pero de diferente forma. Lo dice Elena Mató, especialista en Psicología.

Decepción es el pesar causado por un desengaño; un sentimiento de insatisfacción que surge cuando no se cumplen las expectativas sobre un deseo, hecho, o una persona. Se forma en unir dos emociones primarias, la sorpresa y la pena. La decepción, si perdura, es un desencadenante para la frustración y más adelante, la depresión. Es una fuente de estrés psicológico. Señalan desde el sitio Wikipedia.

Por eso, y tratando de interpretar lo que es la gran decepción argentina, me tengo que remitir a los nombres de quienes juraron representarnos. 

1) Alberto Ángel Fernández, abogado y profesor que hoy no sabe qué función cumple en presidencia. Son incontables la cantidad de mentiras expuestas por el presidente durante su campaña y, lo que es peor, durante su presidencia. Es más, me queda la duda si es el presidente.

2) Cristina Elisabet Fernández viuda de Kirchner que tiene en claro salvarse de ir presa. Habla sobre ella, le importa solo ella.

Nos cuesta tanto como argentinos controlarnos ante esta decepción. Nos cuesta aceptar que las personas a quienes elegimos para gobernar-administrar nuestra Patria, no son ni se comportan como nos dijeron que eran para que los votemos. Y la lista sigue...

Ellos actúan según sus propios valores, les importa un bledo los nuestros, nuestras tradiciones, nuestro trabajo, nuestros aportes, nuestras necesidades, nuestras libertades, nuestra Constitución. Nosotros. 

Son una mentira total. Los reyes del fracaso. El manual explícito para que odiemos a los políticos.

En democracia, las elecciones son una especie de pacto. En ese pacto se genera el vínculo y la confianza entre quienes votamos, y las personas elegidas a través del voto. La expectativa para creerles entonces, son muy concretas, muy definidas. 

Pero no, este gobierno es una mentira total.

Esta gran decepción argentina, nos ha llevado a vivir en una especie de eterna frustración.
A no tener ningún tipo de expectativas.
A deambular en la tristeza.
En el enojo.
Con bronca. 

Vivimos en una pobreza total, económica, moral, institucional, y carente de todos los valores que a un humano se le pueda pedir. 

Son una mentira total.

La decepción que sufrimos, como dije, tiene nombres, y es ocasionada por estos fraudulentos que se llaman Alberto y Cristina.

Pasarán a la historia por sus falsedades.

Ni siquiera son capaces de arrepentirse.

Desconocen la franqueza.

No tienen dignidad.

Se creen tan superiores a nosotros, que ni se hacen cargo de sus cagadas.

O de última, hacer las valijas y escapar por los tirantes como las ratas.

Es que, seguramente, algo debe quedar en la lata.

Por las dudas, prepárese a defender su propiedad privada.

La moneda está en el aire.

(© Walter R. Quinteros / LA GACETA LIBERAL)



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