CUANDO LAS RATAS HUYEN

OPINIÓN

Cuando el barco se hunde, las ratas huyen, o se quejan, o desconocen al gobierno del que son parte y ayudaron a llegar

Por: Ruben Lasagno

Cuenta la tradición que cuando las ratas huelen que una tragedia se cierne sobre el barco en el que se han hecho fuertes ocupando sus bodegas (lugar en el que se guardan las provisiones a cuyo olor acuden), inmediatamente abandonan éste, anunciando a la tripulación con su huida que un grave peligro se cierne sobre la nave. El naufragio se hace entonces inminente, pues dicen los marineros más veteranos que el sentido especial de estos animales les hace buscar la muerte antes que vivir la tragedia, define la escritora española Mercedes Rojo y cuyo fundamento usamos corrientemente los argentinos, para describir a la clase política en general y a los gobiernos en particular, cuando tras el fracaso, sufren la diáspora de sus propios responsables.

Dólar a $326, inflación de casi 200% en tres años de gobierno, la carne de 340 pesos en el 2019 a $ 1.700 en la actualidad, sin actividad financiera ni comercial, un país con riesgo de 2.800 puntos, el 55% de pobreza, con importaciones cerradas, corralitos por todas partes, un déficit histórico, el narcotráfico y la narcocriminalidad asentada y organizada en Santa Fe y el conurbano y los que, a la vista del desastre al que nos han arrastrado, se abren del núcleo y pretenden salvarse a como de lugar, atacando el propio monstruo que crearon, intentando cortar cabezas en el serpentario en se ha transformado el denominado Frente de Todos.

Los Brancatelli pidiéndole a su gobierno “Póngase a laburar y hagan algo para detener esta catástrofe”, porque tuvo que cerrar el mercadito y entendió que no es fácil laburar en serio y arriesgar capital, es la foto de un país donde ellos mismo alientan a los planeros, mantenidos y sostenidos con apenas 6 millones de laburantes que aportan para más de 25 millones.

“Algunos gauchos acá estamos dispuestos a dejar nuestra sangre en la calle para que no siga habiendo hambre en la Argentina” dijo el guevaracapitalista Juan Grabois, quien cuida a los pobres, porque si se terminan se le achica la billetera. El remate de este vividor fue “Prefiero hablar ahora y no cuando empiecen los saqueos” ¿Y qué sino incentivar el caos y los saqueos, hacen sus tropas en la calle amenazando la institucionalidad de un presidente sin poder, como el que ellos pusieron?

Esteban Castro, Belliboni, el propio Grabois y el PO, aprietan el cuello del presidente que ellos llevaron donde está y salen a la calle a pedirle plata. La amenaza es directa y para nada velada: “o abrís la billetera o te vamos a cargar un muerto”, es el displicente mensaje extorsivo que manejan estos multiplicadores de pobres, vagos y vividores.

Y ahora, cuando las papas queman, después que las ratas corren por la cubierta del Titanic con el salvavidas puesto, tratando de encontrar una salida, el gobierno mentiroso, soberbio, autócrata, dibujado y que todavía a 3 años, le sigue echando las culpas a Macri por el desastre que ellos han provocado, tiene la estúpida idea de convocar a la oposición para hacer un acuerdo.

Un grupo de personas sin criterio, ni plan, ni idea de gobierno, con objetivos que han ido y van en contra de la sociedad argentina, promoviendo solo la modificación de los tribunales para asegurarse la impunidad, derrochando populismo trasnochado y profundizando los graves problemas que ya tenía el país, hoy, desesperados, convocan a la oposición pero al mismo tiempo no paran de ahondar la grieta porque su existencia es irremediablemente confrontativa y de naturaleza negativa y perversa.

Muchas de las ratas huyen, otras, como la fábula de la rana y el escorpión, pretenden subirse al lomo de otros para cruzar el río, aún sabiendo que en la mitad del trayecto, responderán a su naturaleza destructiva y tratarán de matarlos, aunque perezcan. 

(Agencia OPI Santa Cruz)

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