RAMIRO RASCHETTI, EL HOMBRE DEL MOMENTO

 OPINIÓN

Y los que se sacaron la careta

En esta semana aciaga desde el punto de mi salud, escribo desde la comodidad —para ciertas cosas— que ofrece la cama, e incomodidad que proporciona la misma cama para escribir esta nota, que sale a las apuradas y en pleno proceso de mi recuperación, a fuerza de pastillas y otras calamidades recetadas al efecto. Pero es que deseo expresar mi eterno agradecimiento al señor Ramiro Renato Raschetti, empresario cruzdelejeño y actual secretario de Turismo de la vecina localidad de Serrezuela.

Su vocación puesta de manifiesto en saber escuchar, en su deseo de cada día aprender más y más, en poner al servicio de la comunidad su vocación, sus ganas, ha llevado a la consideración nacional, las potencialidades que ofrece nuestra región y todo el noroeste cordobés.

Quiero destacarlo por sobre todas aquellas personas con las que tuve el placer de conversar sobre temas variados que nos afectan como sociedad en general y, en forma particular, por quiénes hacemos periodismo independiente, sin pautas de ninguna clase y adherirme a los otros, a los que viven de ellas.

Solo una persona cabal en todo concepto, puede decir; "Cuénteme", como lo hizo Raschetti.

Le pedí que nosotros debíamos ser reconocidos.

Desde los que somos buenos en periodismo hasta los mediocres que deambulan en las redes. sociales. Todos.

Como son reconocidos los artistas. ¿Son reconocidos los artistas locales?

Como lo son los deportistas. ¿Son reconocidos los deportistas?

Si, cuando sos campeón de algo. Antes no te dan ni un vaso de agua. Foto. Demagogia.

¿Cuál es el goleador del torneo del año pasado de la Liga de fútbol? ¿Lo reconocieron por el espectáculo brindado al inflar las redes contrarias con sus goles?

¿Y en Salud?

¿Y en Educación?

Lo que quiero decirles es que el señor Ramiro Raschetti supo escucharme y le brindó a TODO el periodismo y comunicadores sociales un oportuno reconocimiento a la tarea que desarrollamos por esta tierra de locos. 

Lo hizo el 7 de junio, Día del Periodista, en las instalaciones del Hotel Posta de las Carretas de Cruz del Eje. 

Homenaje y reconocimiento por el que bregué —solo—, durante tres años en sendas editoriales destinadas al insensible gobierno local y donde hasta apelé a ciertas organizaciones para que nos acerquen el merecido reconocimiento.

No pude ir. 

Las cuestiones que hacen a las obligaciones que me imponía el cargo de director de este medio, La Gaceta Liberal, me lo impidieron. Hay quiénes saben de qué se trata.

Es probable que no todos estén de acuerdo con mi pedido, pues los hay quiénes desinforman, o hasta malinforman, pero. ¿Por qué se aplaude a un político por volver con la misma promesa de seis años atrás? ¿Por qué a ellos los premiamos con nuestro voto cuando en realidad nos mintieron? ¿Podemos aplaudir entonces al testarudo e ingenioso que por una pauta escribe o dice por la radio estupendas gansadas como si fuésemos inocentes criaturas?

Hombre gentil Ramiro Renato Raschetti, que en el poco tiempo que llevo de conocerlo, me ha demostrado poseer una alta cuota de responsabilidad, que siempre está dispuesto a escuchar, que hasta reconoce sus defectos, sincero y detallista que toma las cosas importantes con seriedad y, lo fundamental, se lo ve dispuesto siempre en ayudar a los demás.

Es difícil componer un texto narrativo desde la comodidad de la cama, pero convaleciente, y todo lo que eso implica, quiero poner de manifiesto desde mi ángulo de observación sobre tal acontecimiento que el mismo me llenó de satisfacción. 

Los hechos de esta naturaleza deben ponerse en conocimiento para resguardo de las capacidades demostradas por los hombres de bien, como lo ha demostrado Ramiro Raschetti.

Pero me lleva al análisis del cuadro de los presentes en aquel reconocimiento de Ramiro hacia quienes informamos a la sociedad. Como en un ejercicio de análisis, debo observar cada nombre que me alcanzaron de los presentes. 

Y no puedo dejar en suspenso este otro aspecto de la narración, pues se impone.

Estaba presente, y fue uno de los primeros en llegar, aquel que me censuró. 

Estaba presente y fue uno de los primeros en llegar, aquel que decía que no tenía "ego alguno" ni quería "reconocimiento alguno".

Ahí los tienen, contando las chispitas de una amoladora sobre un riel. Así de rápidos.

El fenomenal trabajo de Ramiro Renato Raschetti, no solo puso en valor a los que con opinión personal, hemos informado. Quedó demostrado que no todos estamos en la misma bolsa.

Esta parte, de la perspectiva en esta narrativa, me lleva a decir que claramente se podría reconocer, los rasgos de los que perdieron la careta. Por el solo hecho de estar presentes.

Espero, estimados caraduras, le hayan agradecido a Ramiro Renato Raschetti, por perder algo de su valioso tiempo al servicio de la comunidad, para agasajarlos. 

Ahora me toca el remedio de las 14 horas. 

Ha sido un gusto.

(©Walter R. Quinteros)

 

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