QUE NO QUEDE NINGUNO

EDITORIAL

Diez negritos se paran frente a los micrófonos y le hablan al gran pueblo argentino confesando sus crímenes

Por Walter R. Quinteros

Hoy les voy a hablar de Ágatha Christie, la más famosa escritora de obras de misterio a nivel mundial que, según el sitio Biografías y Vidas, nació en Torquay, Reino Unido, en 1891 y falleció en Wallingford, en 1976.

Era una niña inteligente, que recibió instrucción en su propia casa, no asistió nunca a escuelas públicas. A la edad de 24 años se casó con Archie Christie, un piloto de combate británico. Mientras él estaba lejos en la guerra, ella trabajaba como enfermera en un hospital del ejército. Durante la guerra comenzó a trabajar en la novela que presentaría al mundo a su más famoso personaje, el detective belga Hércules Poirot. Su segunda novela fue publicada en 1922, y de allí en adelante, hasta su muerte en 1976, publicó un nuevo libro cada año. Pero su novela más famosa, con unos 100 millones de ejemplares vendidos, fue sin lugar a dudas:

"Diez negritos"

"Diez negritos se fueron a cenar. Uno de ellos se asfixió y quedaron Nueve. Nueve negritos trasnocharon mucho. Uno de ellos no se pudo despertar y quedaron Ocho. Ocho negritos viajaron por el Devon. Uno de ellos se escapó y quedaron Siete. Siete negritos cortaron leña con un hacha. Uno se cortó en dos y quedaron Seis. Seis negritos jugaron con una avispa. A uno de ellos le picó y quedaron Cinco. Cinco negritos estudiaron derecho. Uno de ellos se doctoró y quedaron Cuatro. Cuatro negritos fueron a nadar. Uno de ellos se ahogó y quedaron Tres. Tres negritos se pasearon por el Zoológico. Un oso les atacó y quedaron Dos. Dos negritos se sentaron a tomar el sol. Uno de ellos se quemó y quedó nada más que Uno. 
Un negrito se encontraba solo. Y se ahorcó. Y no quedó ninguno". 

Veamos de qué se trata

Ocho extraños son atraídos a la misteriosa isla del Negro. Una vez que llegan a la Isla se encuentran con los últimos dos "huéspedes", un equipo de mayordomo y cocinera conformado por marido y mujer. En cada una de sus habitaciones se halla un poema titulado "Diez Negritos", que narra la historia de diez negritos que mueren en formas inusuales. 

En la cena, notan diez figurillas de porcelana de negritos sobre la mesa, que concuerdan con el poema. Después de su primera cena, una vez que están todos en el salón, una voz lee una lista de acusaciones contra ellos —cada uno de ellos es acusado de asesinar al menos a una persona, y han sido llevados a la isla para pagar por sus crímenes—.

Los invitados notan que cada vez que alguien muere, una de las diez figurillas de porcelana desaparece. Cuando todo el mundo comienza a sospechar uno del otro, tres de los hombres deciden explorar la isla para asegurarse de que nadie más se esconde en ella. Puesto que no hay nadie más en la Isla, ello significa que el asesino sólo puede ser uno de ellos.

La policía llega a la isla unos días más tarde, y están desconcertados por el misterio —no pueden imaginarse quién mató a todos, ya que sólo hay cadáveres en la isla, y nadie podría haber escapado de ella—. Y no quedó ninguno.

Unas semanas más tarde, un pescador encuentra una botella. 
En su interior se halla la horrible confesión del asesino.

Cambiemos eso de negritos por asquerositos politiquitos

Parémonos en la gran isla que es esta Argentina, bien separada del resto del mundo. Ahora cambiemos los diez negritos de Ágatha Christie por diez políticos que supimos elegir, y estos se paran frente a un micrófono y le hablan al gran pueblo argentino confesando sus crímenes.

Si la horrible confesión encontrada dentro de una botella por un pescador, fue escrita con rebeldía contra los españoles, y utiliza palabras como "docenta", "pudió" o "haiga", que no le quepan dudas que se trata de Axel Kicillof, gobernador de la provincia de Buenos Aires.

Si la horrible confesión encontrada dentro de una botella por un pescador, fue escrita tratando de hacerse el sabelotodo en "idioma inclusivo", que dice una cosa y a los diez minutos asevera todo lo contrario y que es el rey de los memes, que no le quepan dudas que se trata de Alberto Fernández, presidente de la República Argentina.

Si la horrible confesión encontrada dentro de una botella por un pescador, fue escrita como las pruebas "Aprender" donde siete de cada diez alumnos de bajos recursos no comprenden los textos cuando los leen, que no le quepan dudas que se trata de Jaime Perczyk, ministro de Educación que es a su vez, magíster en Ciencias Sociales y Humanidades.

Si la horrible confesión encontrada dentro de una botella por un pescador, fue un mensaje grabado dentro de un iPhone 13 Max, de 1500 dólares, que no le quepan dudas que fue escrito por Cristina Fernández de Kirchner, vicepresidente de la Argentina desde su odiado "festival de importaciones". 

Si la horrible confesión encontrada dentro de una botella por un pescador, es una contestación tajante a lo que dijo la vicepresidente de que en esta isla llamada Argentina, "no hay ningún festival de importaciones". Y sigue con eso de que "el incremento en las importaciones responde al crecimiento". Y no dice nada del 40,7% de pobreza, que no le quepan dudas que fue escrita por Gabriela Cerruti, la vocera de prensa presidencial.  

Si la horrible confesión encontrada dentro de una botella por un pescador, no reconoce la problemática actual económica del país ni del mercado cambiario, ni del salario de los jubilados, ni nada de nada, que no le quepan dudas que fue escrito por Martín Maximiliano Guzmán, ministro de Economía.

Si la horrible confesión encontrada dentro de una botella por un pescador, habla del negocio del control de millones de planes sociales, en un supuesto contexto de crecimiento económico y desempleo en baja. Está claro que fue escrito por los piqueteros Emilio Pérsico y Eduardo Belliboni que, lo único que les importa, parece ser, el negocio que significa esa repartija. Que no le quepan dudas.

Para no cansarlo con eso de la botella que encuentra el pescador, y el mensaje dice que: "La Argentina tiene respeto y relación con todos los países soberanos, pero si hay situaciones de esas características debe tomar determinadas acciones", que no le quepan dudas que eso fue escrito por Aníbal fernández, ministro de (in) Seguridad. "Ninguno de los tripulantes contaba con alertas rojas o cualquier tipo de restricción que impidiera su ingreso a la Argentina". Dijo Aníbal. Pero en todos los otros países, si. Y resulta que tenemos un avión iraní-venezolano bajo custodia, morsa.

Y si el mensaje decía que el piloto, Gholamreza Ghasemi, no es peligroso y que no es buscado internacionalmente más allá de sus vínculos con organizaciones terroristas. Le apuesto cien de los grandes que fue escrito por Agustín Rossi, exministro de Defensa hoy, titular de la AFI.

Saquemos la cuenta, ahí tenemos nuestros diez poltiquitos ridículos de la semana, tirando a once porque hay dos que son un solo corazón. Vamo' vamo' los pique, vamo' los piqueteros.

En esta novela nuestra, hay más politiquitos que debieran ser llevadas a una "Isla del Negro" para pagar por sus crímenes. Con o sin gasoil, pero llevarlos.

Tengamos en cuenta que Jurar por Dios y la Patria por un cargo, y luego cometer delito porque el autor no hace lo que debe hacer y por lo tanto produce un resultado que no debe producir. Y se "esconde en fueros", debiera ser eso, considerado un crimen. 

La lista de estos criminales aquí, es inmensa

Ni hace falta leer las acusaciones contra ellos —pero tengamos en cuenta— que antes no tenían donde caerse muertos, pero desde que tienen un cargo político, ahora son todos millonarios que solo saben repartir planes sociales con plata ajena que podría haber sido destinada a Salud, Educación, Obras y Defensa.

Empecemos por nuestros intendentes que mienten hasta en los censos, de ahí hasta el que se sienta en el sillón de Rivadavia encontraremos fácil, unos 10.000 negritos o politiquitos, —mejor dicho—, que a la Patria no le sirven para nada.

Depende de nosotros —voto mediante—, que no quede ninguno.

(©Walter R. Quinteros / LA GACETA LIBERAL)


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