MÁS DESPEINADO QUE NUNCA

OPINIÓN

¿Javier Milei puede remontar la abrupta caída de imagen?

Por Nuria Am

La significativa baja en la intención de voto de Javier Milei genera ruido en el mapa político. ¿Es una estabilización lógica de quien tuvo un ascenso meteórico en poco tiempo o un globo que se desinfla?

"Ya lo habíamos hablado", "no tiene sustento, "escarbás un poquito y no hay nada", comentan en el PRO. Solo algunos más cuidadosos aseguran que a Milei hay que respetarlo y que al mismo tiempo que su crecimiento exponencial no debía ser considerado a rajatabla, esta caída tampoco.

Mientras que para la Consultora de Opinión Pública CB la imagen de Milei subió en cuatro provincias (Corrientes, Misiones, Tucumán y San Juan) su nombre cae en 20 distritos de la Argentina. De todos modos, su valoración sigue siendo superior a la de políticos como Cristina Kirchner, Mauricio Macri y Alberto Fernández.

En tanto para Ricardo Rouvier, la imagen positiva del líder libertario cayó 2,6% y la negativa subió 9,6.

También para Raúl Aragón el nombre de Milei manifiesta cambios. Mientras que la mirada positiva sobre él cae 9,5% la negativa crece 8,5%.

Más o menos cerca del kirchnerismo, o más o menos cerca de PRO, todos coinciden en que Milei creció muy rápidamente en forma exponencial y que ahora paga las consecuencias de eso.

El economista se transformó en los últimos dos años en el único fenómeno político. Jugó con el péndulo entre la grieta todo lo que pudo y llegó a ser tildado de "funcional" por los de uno y otro lado.

Más tarde se consolidó y logró obtener 17 puntos en la elección porteña de 2021 molestando tanto a Juntos por el Cambio como al Frente de Todos. Había logrado poner su nombre en una pelea que en lugar de entre dos pasaba a ser entre tres.

De todos modos, la pelea viene siendo desigual. Milei no logró armar una estructura capaz de amortiguar un golpe como el de este último mes.

Frente a la velocidad que traía el candidato sus declaraciones a favor de la comercialización de órganos y la tenencia de armas no hicieron más que provocarle un violento choque de frente.

A todo esto, la personalidad del excéntrico economista no lo invita al silencio y la reflexión, por el contrario va por más y decide después del choque convocar a un acto en el conurbano bonaerense pensado para llevar a unas 10 mil personas no logrando llevar a más de dos mil.

Dentro de Juntos por el Cambio se preguntan si el documento que se firmó a fines de abril cerrándole las puertas a quien podía ser una molestia como integrante de la coalición no hizo en verdad más que levantarlo.

Saber a dónde van aquellos que hoy lo ven negativamente es toda una incógnita. A priori podría considerarse que la lógica indica que con Cambiemos y Juntos por el Cambio, de todos modos, en el Frente de Todos también se preparan para recibir a los desilusionados.

En la Casa Rosada entienden que Milei es producto de "el ecosistema opositor que puso en valor a quien ahora tiene que cortarle las alas porque se les fue de las manos"

De todos modos todos entienden que en Argentina el voto es muy volátil y que en un año de campaña pueden pasar muchas cosas.

Tan volátil como el encuentro por zoom que la semana pasada se dio entre Mauricio Macri y el libertario. El ex Presidente no quiso dar mayores detalles al respecto. Ni siquiera cuando se juntó la semana pasada con los referentes de su espacio. Con intención de no exacerbar ánimos ajenos, no soltó prenda sobre la charla de una hora que mantuvieron.

Mientras que cerca de Macri aseguraban que la reunión fue pedida por el líder del PRO para analizar posibles puntos de encuentro, cerca de Milei afirmaron que fue éste quien pidió el zoom para intentar un acercamiento. Allí de todos modos, el economista dejó claro su rechazo a una alianza con Horacio Rodríguez Larreta, quien es blanco habitual de sus críticas.

Un tropezón no es caída afirman cerca del que supo ganarse los votos de una gran porción de los jóvenes desilusionados con la política. Habrá que ver con el tiempo, si ese rol que logró ganar y construir para meterse en una discusión que hasta el momento estaba absolutamente polarizada, se sostiene en el tiempo a pesar del tropezón o si la falta de estructura convirtió su impulso en humo.

(El Cronista)


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