OPINIÓN
He leído por ahí, que vivir solo puede tener efectos nocivos en la salud, les dije
Por Walter R. Quinteros
Pero esa conversación amerita una introducción al tema de la soledad.
A veces, la soledad llega a ser un momento deseado. A veces, la soledad se convierte en el espacio para estar con uno mismo, con los pensamientos propios, con las emociones que nos otorgan esos momentos vividos, o para poder disfrutarlos a través de la lectura o la música.
Casi siempre sin andar entre tantas urgencias, sin que haya elementos de presiones o exigencias, más aún de las falacias que se tejen a nuestro alrededor y que uno ya no tiene ganas de andar explicando cosas que no son.
La pregunta es: ¿Somos felices los hombres que vivimos solos?
Hay personalidades que consideran que "estar solos" es como una virtud, una especie de estilo de vida que nos aleja de algunos preceptos como la sociabilidad y, fundamentalmente, de los problemas afectivo-amorosos.
Las personas solitarias somos una especie que creo, hace que nos vean como rodeadas de un halo de misterio, donde las personas —chusmas de siempre—, activan su manual de conjeturas y piensan, calculan, o hablan qué somos. O el famoso, por algo será, algo habrán hecho.
La maquinaria de la curiosidad se pone en marcha y hace que intentemos saber —cada uno de los chusmas—, un poco más, de bucear en nuestras historias, en los desenlaces, en cómo llegamos, en los por qué. Nuestro y de los demás.
Aquí, en esta mesa, yo conozco hombres solitarios que se repliegan ante la primera pregunta, la evaden, y no lo hacen por ser depresivos, sino porque disfrutan así, estando solos, y parecen desconcertados cuando insistimos en conocer detalles. Parece que con la mirada quisieran decirme ¿vos tampoco te das cuenta que yo no sufro por estar solo?
Sin embargo, en algunos silencios de la mesa de este bar, creo que todos aquellos que estamos solos, y por una necesidad natural, deseamos encontrar una mujer que nos acompañe, que acepte que la cuidemos y que podamos pedirle que nos cuide. La compañía es aceptarnos tal cual como somos.
Hablando del tema, entre nosotros, considero que las intenciones en la búsqueda de volver a tener una compañera, va más allá del deseado vínculo amoroso. Buscamos el compromiso de una vida en pareja responsable y honesto.
Pero, ¿cuál es la imagen que mostramos?
A través de los cristales de los bares, parecemos seres simples, solitarios, de pocas palabras, algo amables por costumbre, pero con una significativa pobreza emocional al no demostrar ciertas alegrías ni tristezas por las cosas que suceden alrededor.
El escaso roce social nos vuelve torpes para algún intento de seducción o de una cierta conquista amorosa. Casi sin atrevernos a buscar en bailes o reuniones una posible compañera. No solo que estamos viejos sino que lo parecemos.
Es allí donde afloran algunas actitudes fuera de moda y eso hace que hasta nos confundan. Ya sea porque hemos perdido algo de romanticismo, o ya no se use el que usábamos, o porque igual que los tiempos, tal vez, esta nuevas olas, nos hagan ignorar algunas reglas "modernas" de cortesía, llamémoslas así. Y por eso dependemos del amigo o de algún conocido que dice que conoce a alguien para presentarnos y, que "bueno, fíjate qué onda". Claro que también, y agazapados en el montón, hay algunos que no perdieron sus viejas y actualizadas mañas. Cuidado con ellos, señoras.
Peligra la salud de los viejos babosos que miran a las chicas lindas como un sueño inalcanzable.
He leído por ahí, que vivir solo puede tener efectos nocivos en la salud. Y eso es lo que les comentaba a los muchachos que, estando en la mesa de un bar, caminamos por la delgada línea de los setenta años y estamos solos. Escuchen esto, les dije:
La Cadena CNN dice que la conexión entre estar solo y los impactos adversos para la salud ha sido bien documentada. Así se expresaba un especialista en medicina cardiovascular del Brigham and Women's Hospital. Según él, este estudio fortalece el vínculo que los expertos vieron entre el sistema nervioso y la inflamación, que contribuye significativamente a la enfermedad cardíaca. Cada vez hay más comprensión de los vínculos fundamentales entre el estrés psicológico y las variables biológicas relacionadas con la inflamación. Los niveles de inflamación estudiados también podrían haber sido diferentes si se hubieran medido a edades más avanzadas. La edad promedio de los estudiados fue de 55 años, y es posible que los impactos de las rupturas y los años vividos solos, hubieran continuado a medida que los participantes envejecían, dice el informe.
Y escuchen esto muchachos: ¿Qué se supone que debe hacer alguien que vive solo, ya sea por elección o por las circunstancias? Una sugerencia podría ser comentarles a los profesionales de la salud para que estén al tanto que componemos este grupo de riesgo y que podríamos estar viviendo con un factor de, escuchen: "riesgo social adicional que generalmente no se tiene en cuenta". Y tenemos que saber que cuando nos enfrentamos a la adversidad, ya sea de cualquier tipo, la actividad física regular y una dieta saludable pueden ayudar a nuestro bienestar, tanto psicológico como biológico. Es decir, muchachos, la soledad se ha relacionado con reducciones en la salud, el bienestar y la cognición pero, ¿saben una cosa? Vivir solo no siempre significa estar solo. Porque como la mayoría de las cosas, vivir solo tiene sus riesgos y beneficios. ¿Qué me dicen, eh?
—Si, claro.
—Mirá qué golazo.
—Para mi que estaba en offside.
—No, no, fijate que este de acá lo habilita.
—Somos seis, pidamos dos cervezas y dos picadas.
—Pueda ser que mañana esté lindo.
—Anuncian lluvias.
—¿Decías, ché?
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