OPINIÓN
Con relación al proyecto del oficialismo de controlar las redes sociales
Por Luis Illuminati
Esta reflexión surge como consecuencia de la respuesta que me hiciera llegar un lector que disentía con mi nota titulada: "Control, autoritarismo y libertad", publicada hace cinco días atrás en esta misma columna con relación al proyecto del oficialismo de controlar las redes sociales (idea peregrina sobre la que trabaja el Sr. Gustavo Béliz).
Por razones de orden lógico, en primer lugar reproduciré mi primera opinión (1) que originó la discrepancia de dicho lector, el cual está totalmente de acuerdo con el proyecto en cuestión. Y, en segundo lugar, sustentaré mi posición sobre la libertad de expresión (2).
Control, Autoritarismo y Libertad.
1) No soy simpatizante ni de Macri ni del kirchnerismo. No soy apolítico, soy "orejano" (independiente) como se dice en el campo. A la inversa del tema de Serrat: "Algo Personal", yo no tengo nada "personal" contra los políticos, simplemente que no les tengo confianza. Pero respecto al tema del control de lo que diga la gente en las redes, le doy la razón a Macri. La posición contraria constituye un inadmisible caso de autoritarismo de corte nazi. El Estado debe intervenir únicamente cuando las redes se utilicen para cometer amenazas, estafas, bullying o pedofilia (grooming).
2) Ni plataformas como Facebook o Meta ni el Estado pueden coartar la libertad de expresión mientras no afecte el derecho de terceros. La libertad de expresión es sagrada. Tan es así que habiendo podido Dios crear un hombre que no desobedezca con un "chip" -por así decirlo- le dio el libre albedrío y la palabra que le permite negar y blasfemar contra su Creador, y sin embargo, Dios no lo destruye ni le corta la lengua. Cuando la Iglesia Católica -a través de un número de Papas de mente cerrada- uniformaba todas las opiniones, censuraba y castigaba con la hoguera la libre expresión en oposición a las ideas oficiales (los poderes de la Iglesia y del Estado actuaban juntos), Galileo Galilei, Giordano Bruno y muchos más disidentes fueron sus víctimas. Tan es así que después de 2.000 años el Papa Juan Pablo II (Karol Wojtyla) pidió perdón por semejante barbaridad.
Luis Illuminati
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