FELETTI, EN LA LISTA NEGRA

OPINIÓN


Roberto Feletti se ha transformado en uno de los funcionarios más cuestionados en el entorno de Alberto Fernández


Por Alberto Beto Valdéz

Está al frente de la lista de negra del presidente por su alineamiento con Cristina Fernández de Kirchner. Martín Guzmán prefiere que lo despidan a Federico Basualdo.

La guerra continúa en el Frente de Todos y fracasan todos los intentos de encontrar una vía para el armisticio. Mientras desde el entorno de Cristina Fernández de Kirchner y su hijo Máximo siguen impulsando el “operativo clamor” para lograr la renuncia de Martín Guzmán, fuentes de la Casa Rosada revelan que los allegados a Alberto Fernández comenzaron a hacer lobby para que le envíe el telegrama de despido al secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti. Este funcionario K lidera la lista negra de los leales al jefe de Estado.

El costo político del altísimo número de inflación de marzo le pone más grieta a la pelea entre el presidente y la vice. Por eso, Feletti se ha transformado en las últimas horas en el funcionario más detestado por el equipo ministerial de Fernández. Sus declaraciones de la semana pasada contra el titular del Palacio de Hacienda y su participación protagónica ayer en el acto que armó el cristinismo en Ensenada para lanzar su propia “guerra contra la inflación” colmó la paciencia de Guzmán y generó un profundo malestar entre varios ministros como Matías Kulfas, Gabriel Katopodis, Santiago Cafiero y Juan Zabaleta.

“Este tipo no puede seguir un minuto más en el gobierno, patea en contra y su estilo le hace más daño a la economía real que la inflación”, decía anoche con indignación una fuente de la Casa Rosada. Evidentemente desde su llegada al Poder Ejecutivo, Feletti no hizo otra cosa que ganarse enemigos, aunque varios ministros admiten que la principal responsabilidad es del propio presidente por haberlo nombrado.

“Todos conocíamos sus antecedentes y era previsible que su objetivo principal siempre fue provocarlo a Guzmán”, agrega un funcionario albertista. La pregunta del millón por estas horas es si el presidente se va a animar finalmente a tomar las decisiones que le sugieren sus colaboradores más cercanos: sostener a su ministro de Economía, hasta ahora parece que lo está cumpliendo, despedir a Feletti y paralelamente intervenir el área de Energía que está bajo el control directo de la vicepresidenta.

Y, como si eso fuera poco, algunos le piden más sangre a Alberto. Le recomiendan poner “gente propia” en el PAMI y la ANSES, dos organismos controlados por las camporistas Luana Volnovich y Fernanda Raverta. Parece una misión demasiado complicada para un jefe de Estado que no se ha caracterizado por la audacia política a la hora de tomar decisiones y mucho menos si eso significa más guerra con Cristina.

Al parecer Fernández, según voceros confiables, viene admitiendo entre sus funcionarios y allegados más fieles que debe “oxigenar” el gabinete. Lo que no aclara es a que niveles puede llegar ese supuesto recambio ministerial. Hay que recordar el excesivo tiempo que se tomó para nombrar al sucesor de su amiga Marcela Losardo en la cartera de Justicia. Quién más energía le está poniendo a la movida contra el cristinismo es el jefe de asesores del presidente, Juan Manuel Olmos, muy resistido por el Instituto Patria y el camporismo.

El caso de Feletti no parece ser tan prioritario para Guzmán como el sector energético. Todavía sigue con la sangre en el ojo con Federico Basualdo, el subsecretario de Energía que el año pasado logró torcerle el brazo y resistir en su cargo por orden de la vicepresidenta. En el equipo económico sostienen que el ministro prefiere que, si Alberto está decidido a avanzar, vaya por Basualdo y también por el titular del área, Darío Martínez.

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