VIVIENDO EN EL MANICOMIO

EDITORIAL

La política es una actividad cuyo objetivo es el de resolver pacífica y razonablemente conflictos entre las personas y los grupos humanos

Por Walter R. Quinteros

Elizabeth Jane Cochran, conocida por su seudónimo como Nellie Bly, era una periodista, escritora y empresaria estadounidense.

Fue la primera reportera de periodismo de investigación y pionera del periodismo encubierto. Tenía tan solo 23 años cuando se internó en un manicomio para exponer las horribles condiciones en las que vivían los pacientes. Lo primero que nos mostró Bly fue lo sorprendentemente fácil que era para una mujer convencer a todos de que estaba loca. Estamos hablando del año 1887.

Apareció una noche,  en una pensión con un nombre falso y una apariencia desordenada, las autoridades fueron llamadas. Un juez la internó en el Hospital Bellevue donde, después de unos días, los profesionales médicos la internaron en el Asilo de Mujeres Lunáticas de Roosevelt Island.

Sólo pasó diez días dentro de la institución como paciente. Mientras estuvo allí, presenció y experimentó abusos físicos por parte del personal, tratamientos inhumanos ordenados por médicos descuidados, infecciones por picaduras de bichos, comida podrida, agua no potable, y habitaciones cubiertas de heces.

El informe de Bly fue publicado por primera vez en un periódico, y luego como un libro titulado "Ten Day in a Mad-House".  Su trabajo tuvo un impacto inmediato cuando Nueva York aprobó un proyecto de ley para aumentar los fondos para las instituciones mentales. 

Informar, valió la pena.

Nosotros estamos haciendo algo parecido a lo que en aquellos años, hizo nuestra maestra en periodismo de investigación. Solo que, en vez de un hospital, estamos en Argentina, en Córdoba, en Cruz del Eje, ciudad que debe andar rondando los 46 mil habitantes. 

Los que aquí vivimos, ya no disfrutamos de la llegada del otoño, nuestros poetas ya no escriben sobre las hojas que en un desesperado adiós, se desprenden de las ramas de los árboles y empujadas por el viento, mueren con el dolor de ya no ser. Los días son más cortos, el cielo se vuelve plomizo, algunos amores mueren, otros se aferran a la esperanza. En otoño, los hombres, solo miramos fotos viejas, buscando en la memoria, momentos vividos que nos hagan sonreír.

En el día de los trabajadores de Prensa, miré a la gente, a mi gente en la calle, vecinos, conocidos, transeúntes. Estamos como Nellie Bly, dispuestos a vivir no como ella, diez días en un manicomio, sino un año y tal vez más, en este manicomio electoral. Hasta las próximas elecciones. Es que tanto las cuestiones económicas como políticas nos están volviendo locos.

Una clara muestra de nuestro comportamiento, se refleja en los posteos y comentarios por las redes sociales, unos a favor de un candidato, otros a favor de otro. Unos denostando a un candidato, otros denostando al otro. Y lo que es peor, algunos de estos "comentaristas", son "comunicadores sociales" que, a su vez, buscan complicidad en otros para denostar a otros, Una bajeza que solo habla de su formación, de su estilo de vida. Y poca hombría. Felíz Día.

Viviremos un año y tal vez un poco más en el manicomio y, como Nellie Bly, encontraremos en los comentarios, agua y comida podrida, abusos psíquicos y físicos, y posteos escritos con heces fecales. Porque algunos, han perdido la cordura, las manifestaciones de respeto y solo coordinan sus fantasías fanáticas políticas. Nunca he oído o leído, una buena propuesta de hacerle llegar a la gente la sensatez, nunca un reportaje que haga conocer a la persona que hay detrás de cada candidato. Parecen no entender que en todo político siempre se esconde un personaje como el de la novela de Robert Luis Stevenson; "Dr Jekyll and Mr Hyde".

La gente, especialmente la que vota, es la que tiene el sigiloso deber de discernir, de llegar a la reflexión a través de hechos, de consecuencias, y no de juicios u opiniones formadas a partir de indicios o datos incompletos o supuestos. Como los que aquí acostumbran hacer, en beneficio de sus patrocinantes.

Sabido es que aparecerán candidatos, y por mal que nos pese, nos parecerán muy extraños unos, y otros que arrastrarán viejas "mañas", pero que engrosarán nuestra lista para entrevistar. Tal vez, encontremos algunos expulsados de sus Partidos. Otros que argumenten que todo hay que tercerizar, que hay que llevar todo a las organizaciones privadas para controlar la sangría económica municipal. Otros que empleando claras diatribas dirán que el Estado debe estar presente en todo, generando con esa excusa, que todo el mundo es bueno con dinero ajeno y así viviremos, entre candidatos con más intrigas que otros. Nos enteraremos de figuras líderes de un Partido que trabajaron secretamente para otro y de los que enfrentarán acusaciones inextricables.

Será una suma de hechos fascinantes sobre unos y sobre otros. Candidatos que ciertamente anuncien que van a estimular el amor por la ciudad. Y los que también ayuden a formar variados puntos de vista sobre la actual situación. Lo mismo pasará por las propuestas y promesas quiméricas que abundarán desmesuradamente. Seguramente, eso nos llevará a buscar un stand en los mercados para promover los chismes de último momento. Y a esos se le sumarán los opositores que digan: "No me importa que aquel 'vaya' a mentir una vez, me molesta que 'siga' mintiendo". Empleando esa jactancia perversa que los caracteriza.

No muchos de estos hombres —posibles candidatos—, poseen las habilidades de oratoria para cautivar a los votantes, escuchas o lectores, como para que se pueda creer en él. En este caso, el momento más importante del periodismo, es estar presente para clarificar las horas más oscuras de la política en salvaguarda de la democracia, permitiendo así, que todos los candidatos puedan tener un interés equitativo en la sociedad. La política es una actividad cuyo objetivo es el de resolver pacífica y razonablemente conflictos entre las personas y los grupos humanos.

Hasta el día de hoy, no me es difícil señalar a un "colega" por hacer campaña o que intenten a través de comentarios, presentar una alternativa para los votantes. Pero me parece que algunos están acostumbrados a "otra cosa".  Creo si, que ya todos están desilusionados por el sistema de las falsas promesas donde les hicieron creer que con las próximas elecciones llegaba el final de los poderes corruptos de los gobiernos.  

La inspiración para este artículo, viene a raíz que, luego de haber publicado una entrevista, un mal llamado "comunicador social" me tildó de "anciano que denostaba a sus colegas" y, anteriormente, de "ridículo escritor". Queda entonces aclarado que la bajeza expuesta en estos comentarios habla más mal del que las escribió, que de mi persona. Digo por esto que estamos viviendo en un manicomio.

Hace mucho tiempo atrás, les di a conocer un proyecto donde estemos los "comunicadores sociales" agrupados, ya sea en un sindicato, gremio o círculo, desde donde estemos sujetos a tribunales de disciplina, amparo legal, y donde por nuestra labor seamos reconocidos. La misma persona que me sigue insultando —en vez de competir—, se opuso señalando en sus argumentos que quien esto escribe poseía demasiado "ego". Ni hablar cuando propuse la creación de un diario digital local con todos adentro.

El periodismo, tal como nos enseñara Nellie Bly, está para que denunciemos a través de editoriales, esto que, en apariencia suena normal o habitual en los políticos, pero como verán se debe incluir también a personas que viven del "ego" de ellos.  Y por consecuencia, la de llevar a conocer estos verdaderos casos salvajes e inadecuados que afectan a la población, a la sociedad en general. Estamos para informar, no para difamar y espero, que eso valga la pena.

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