LOS IDUS DE MARZO

OPINIÓN

Lamentablemente, mientras nuestro país no condene a los sicarios del pasado, vivirá sumergido en la mentira para oprobio y negación de la verdad histórica

Por Luis Illuminati

Como decía el escritor Rabindranaz Tagore: "Es muy fácil hablar claro cuando no se va a decir toda la verdad". Se ha escrito tanta fábula o versión imaginaria sobre lo que implica como fecha el 24 de marzo de 1976, día en que las Fuerzas Armadas tomaron el poder en vista del fenomenal caos que sumergía a la República Argentina.

En el antiguo calendario romano los "idus" era una fecha significativa dentro de cada mes y se correspondía con el día 13, excepto en los meses de marzo, mayo, julio y octubre, en que se celebraba el 15. Según Shakespeare en su obra teatral Julio César (1599), éste le habría contestado a un vidente que le había advertido sobre el peligro que corría su vida: "Los idus de marzo ya han llegado" y el vidente o augur a su vez respondido: "Sí, pero aún no acabado".

En rigor, "los idus de marzo" (malos presagios) en la Argentina no comenzaron el 24 de marzo sino el 11 de marzo de 1973, día en que el malhadado FREJULI (Frente Justicialista de Liberación), fórmula integrada por Héctor J. Cámpora y Vicente Solano Lima, ganó las elecciones presidenciales y punto de partida de una tragedia de sangre, locura y muerte que desembocó forzosamente el 24 de marzo de 1976. Semejante caos es la causa que condujo a ese resultado.

A posteriori, cual tenebrosa secuela los responsables del descalabro trastrocaron aviesamente las mencionadas fechas, realizándose una desdichada preposteración histórica, colocando indebidamente adelante lo que está atrás. El carro delante de los caballos. Lamentablemente, mientras nuestro país no condene a los sicarios del pasado, vivirá sumergido en la mentira para oprobio y negación de la verdad histórica. La política argenta nunca fue trigo limpio y como se pasa de lista y de hipócrita, atrae siempre un ominoso karma que es el que hoy sobrelleva el pueblo.

Desde mi modesta opinión creo que a la Argentina de hoy le cabe lo que dijo Menéndez y Pelayo de la España de su época. "Si queremos tener una mínima esperanza de superar la postración que nos aqueja, tengamos en cuenta que donde no se conserva piadosamente la herencia de lo pasado, pobre o rica, grande o pequeña, no esperemos que brote un pensamiento original ni una idea dominadora. Un pueblo nuevo puede improvisarlo todo menos una cultura intelectual. Un pueblo viejo no puede renunciar a la suya sin extinguir la parte más noble de su vida y caer en una segunda infancia, muy próxima a la imbecilidad senil". Ejemplo, el lenguaje inclusivo incorporado oficialmente en transgresión de las reglas del idioma: todes, Estade, escuele, alumnes, burres.

Si la historia de un país -como ha sucedido en el nuestro- es adulterada, la inevitable consecuencia está a la vista. Las generaciones posteriores viven en la mentira y tienen por héroes a los peores malhechores de la historia.

Son hechos palpables. La discordia instalada en la Casa de las Leyes. La maltrecha democracia sufre una interminable división que como por un túnel llevará a la república a su disgregación. Ya lo estamos viendo. La locura como un doctor le dicta su ley a la destreza y la razón enviada al exilio.

A los sátrapas les resulta siempre fácil atacar las opiniones ajenas sustentando las de ellos con mentiras y medias verdades o posverdades. Cuando la impostura ha ocupado el lugar de la razón -como ha sucedido en la Argentina- prolifera en lugar del bien común la violencia, el nihilismo y el suicidio social y cultural. Como dijo el español Jaime Balmes: "Ay de los pueblos gobernados por un Poder que sólo piensa en su propia conservación.

Luis Illuminati

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