LLENAME EL TANQUE CON TERAPIA PREMIUN

OPINIÓN

La inflación de marzo ha sido escatológica: lo veremos cuando la publique Indec

Por Adrián Simioni

La Argentina está ingresando a la estanflación. Falta gasoil para la cosecha y el transporte. A meses del invierno, la perspectiva de que falte gas no es descabellada. La inflación de marzo ha sido escatológica: lo veremos cuando la publique Indec. La crisis energética presionará aún más sobre los precios y el abastecimiento, no sólo de alimentos. Muchas industrias no funcionarán por falta de gas. O tendrán que usar energías más caras. A los transportistas les pasará lo mismo. Es imposible escapar a la disyuntiva: las cosas serán más caras o no habrá cosas en los estantes.

En semejante contexto, el gobierno de Alberto Fernández aparece apabullado, abombado. No tiene ni libreto.

Hace dos semanas el presidente firmó un acuerdo con el FMI donde se prevé una inflación máxima de 48% para este año. Y ahí nomás declaró la guerra contra la inflación. Pero la guerra duró dos semanas: los ministros de las áreas económicas ya avisaron que se conforman con pelear el 60%.

Ayer, el gobierno convocó por segunda vez en dos días a gremios y empresarios para "dialogar", como si el gobierno creyera que los precios se frenan conversando. Pero lo único notable que salió de esas mesas de café fue una insólita invitación del Presidente, que los llamó a hacer "terapia de grupo", algo que va a quedar en la historia de las frases bizarras, algo imposible de imaginar en la boca de gobernantes de cualquier país medio pelo.

Sólo quedó clara una cosa: Fernández se ha quedado sin libreto para hablar en público. Tiene un libreto -no está escrito pero está implícito en el acuerdo con el FMI-. Pero no lo puede recitar en voz alta. Porque es el mismo libreto de los dos últimos años de Macri. Y porque Cristina Fernández le impide decirlo en público, dado que hablar a calzón quitado implicaría admitir que todas las teorías económicas K están equivocadas. Y admitir que lo que viene va a doler. Si no pueden llamar a las cosas por su nombre, cómo vamos a esperar que puedan hacer algo con ellas.

Mientras eso no cambie, Alberto seguirá hablando al voleo, desde un mundo extraño, raro, alienado, un delirio donde daría la impresión de que el tanque de los camiones puede llenarse con terapia premium.

(AS / Cadena3)

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