CUANDO EL GENERAL VIDELA ESTUVO EN EL DEPTO. CRUZ DEL EJE

ENTREVISTAS

El Maestro, el Presidente y el documento histórico

Por Walter R. Quinteros

EL MAESTRO

—Yo estaba ahí, estaba con mis alumnos formados, y el abanderado portaba la bandera. Después de salir del encierro por sindicalista y estando en Pichanas, en la escuelita, recibimos la visita de un oficial del Ejército que nos pide que los alumnos, al día siguiente, vayan y formen en dónde se estaba construyendo el dique porque venía una persona muy importante. Así, con la directora de la escuela vamos y formamos a los alumnos, había policías, civiles y los del Ejército. Hasta que allá a lo lejos, en el horizonte de nuestros paisajes, aparecen en el cielo cinco helicópteros que descienden donde hoy sería el lecho del lago del dique. Y baja el general Videla (en aquel momento Presidente de la República) y, digamos que nos pasa revista a todos los allí presentes. Cuando se para frente a mí y frente a los policías que unos meses antes me habían tenido preso en la comisaría, me dice dándome la mano: "Felicitaciones, los maestros son el pilar de la cultura de nuestro pueblo..." Me lo dijo a mí, no lo podía creer.

—¿Hay documentos sobre eso?

—Si, si claro, si no ocurrió alguna eventualidad, algún desastre, en el Libro de Visitas de la escuela debe estar su firma y el motivo de la visita, porque se que él firmó su visita. Debe estar guardado.

Me decía el Maestro Hugo Quiroga, en una entrevista anterior del año pasado, donde hablábamos de su carrera artística y algunas anécdotas de su vida.

Nos volvimos a encontrar y el documento apareció.

EL PRESIDENTE

Se trataba de la visita del expresidente, Tte. Gral. D. Jorge Rafael Videla al establecimiento escolar José Manuel Estrada, del Paraje Piedras Amontonadas.

—¿Qué recuerdas de aquel día?

—Eso fue el día 28 de abril del año 1977, pero un día antes, había llegado un teniente con unos soldados, ellos pusieron puestos de guardias con ametralladoras sobre las lomas.

—¿Cómo se presentaba el día en lo climático?

—Era una mañana apacible, no había nubes, no había viento. Me acuerdo perfectamente.

—¿Y de repente?

—De repente por el horizonte aparecen cinco helicópteros que descienden en el llano, donde ahora es la base del embalse Pichanas y él encabezando la comitiva me saluda. Al único que saluda es a mí.

—¿Qué te dijo al saludarte?

—Algo que nunca me voy a olvidar, me da la mano y me dice; "Felicitaciones, los maestros son el pilar de la cultura de la Nación Argentina", palabras más, palabras menos.

—¿Estuvo mucho tiempo en el lugar?

—No, no. Habrá estado una hora viendo, controlando, dando directivas... Luego le pedí que firmara nuestro Libro Histórico, a lo que aceptó de muy buena gana.

—¿Cuántas personas más de la Escuela había en ese momento?

—Se encontraba la directora suplente, personal no docente y algunos padres de los alumnos, además de los periodistas que vinieron con él, de Canal 11 de Buenos Aires, seguro.

—¿Qué impresión te dejó?

—Imaginate, dos meses antes había estado preso por el mismo proceso que él encabezaba... No, no me conmovió nada en absoluto, lo tomé como un visitante más que venía a la escuelita. Fue algo natural. Pero caí en que se trataba del presidente y eso debía quedar documentado.

—Cumpliste, trajiste el documento.

—Cumplí.

PIEDRAS AMONTONADAS

Desde una oficina de Turismo nos señalan que toda esta extensión del noroeste cordobés atesora un gran patrimonio cultural e histórico heredado de los asentamientos originales del lugar. Que es posible encontrar en la zona restos de pinturas prehispánicas, lo que es un fiel testimonio que reafirma la posesión vernácula de estas tierras.

"Piedras amontonadas" bien puede venir el nombre por algunas paredes que se encuentran en el lugar y que datan del siglo XVII construidas bajo el sistema "Quilmes", lo cual no es normal por esta zona, a menos que hayan sido construidas por personas de dicha ascendencia.

Y agregan que el dique Pichanas fue construido entre 1966 y 1978 para riego y atenuación de crecidas. Que posee un área de embalse de 440 Has. y una altura de 53,30 metros. Esto permite la práctica de actividades acuáticas sin motor y pesca. Siendo su principal afluente el río Salsacate y por el mismo desagua, perdiéndose en las proximidades de las Salinas Grandes.

EL DOCUMENTO 

Piedras Amontonadas (Depto. Cruz del Eje) Abril 28 de 1977.

"Propiciando la visita del Excelentísimo Sr. Presidente de la Nación Argentina, Teniente General Don Jorge Rafael Videla, a la obra del dique de embalse Pichanas, se da por iniciado oficialmente el presente, que obrará en este establecimiento escolar 'José Manuel Estrada', Como Libro de Oro o Libro Histórico, por intermedio del suscripto Ramón Hugo Quiroga, quién por iniciativa propia, con la aprobación de la Directora del citado instituto escolar, Srta Mirta Griselda Sagulo (suplente) dona el mismo como modesto testimonio de su trayectoria por estas aulas y en el que constarán los hechos más sobresalientes que protagoniza nuestra escuela, registrándose en su oportunidad, la firma de cuanta personalidad visitara el lugar o el colegio, previendo para el día de mañana 29 de del cte. el saludo personal del excelentísimo S. Presidente de la Nación, por parte del suscripto en nombre del personal docente, no docente, alumnos, padres de los mismos y comunidad. Y la correspondiente rúbrica de la alta autoridad citada al pie de la presente". (Cada aclaratoria de puño y letra del firmante).


 Hugo Quiroga                    Tte. Gral. Jorge Rafael Videla                  Griselda M. Sagulo
Maestro de Grado                     Presidente de la Rep. Argentina                        Directora suplente

Este acontecimiento, desconocido por muchos, forma parte también de nuestra historia. Tiene una relevancia enorme. Y eso nos hace pensar que cada uno de los ciudadanos comunes, los que concurrimos regularmente a los bares, no somos otra cosa que un conjunto de aromas, de sensaciones y de recuerdos. Cargamos con una mochila llena de acontecimientos que son dignos de ser mencionados. 

Como el Maestro Hugo Quiroga, nosotros somos eso, unos cuerpos curtidos por el paso de veranos y de inviernos con sus lluvias y sus vientos. Pero nuestra memoria es casi igual, al vuelo de una flecha.




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