CRISTINA Y MÁXIMO USAN EL TANGO 11 COMO SI FUESEN DUEÑOS

POLÍTICA

Siguen las malas costumbres


Por Rubén Lasagno 

Como señalamos en nuestra nota anterior, cuando dimos cuenta de la llegada de Cristina Fernández a Río Gallegos, esta mañana 07:40 hs arribó (vacío) el avión presidencial T-11 al aeropuerto de Río Gallegos para buscar a la vicepresidente a quien en esta oportunidad se sumó su hijo, Máximo Kirchner.

Decolaron de Río Gallegos 09:41hs y paradójicamente, la vicepresidente y su hijo, ambos involucrados en causas de corrupción, pero en el caso de CFK directamente acusada como jefa de una asociación ilícita y principal responsable del lavado de dinero con el direccionamiento de la obra pública durante su mandato, debió pasar por la puerta de Austral Construcciones, en momentos en que allí se encuentran retirando maquinarias y vehículos embargados y rematados por la justicia y hay un gran movimiento de gente, guinches, camiones y funcionarios judiciales.

El Toyota Corolla que transportaba a la vicepresidenta mientras que Máximo Kirchner llego en un Volswagen Golf que conducía Matías Bessi, junto con dos camionetas de la custodia que se desplaza donde ella va, debieron pasar frente al predio de la ex empresa Austral Construcciones, emblema de la obra pública y la corrupción estatal en los gobiernos de Néstor y Cristina, desde donde por orden judicial, martilleros y compradores de los bienes incautados, desde ayer están retirando maquinaria que permanece en el lugar desde el año 2016 y fueron rematados en noviembre/diciembre del 2021.

El faltazo

Máximo Kirchner llegó a Río Gallegos el día martes pasado, faltando a su deber institucional de estar presente en la sesión inaugural del Congreso, aduciendo que debía venir a esta ciudad porque sus hijos iniciaban las clases.

En realidad la excusa absurda para no asistir a su obligación cívica como diputado nacional, tiene su explicación en la fractura interna que posee el Frente de Todos, donde Cristina Fernández, su hijo y la Cámpora, pretenden mostrarse como disidentes de las decisiones que toma el presidente Alberto Fernández quien gobierna la Argentina junto con Cristina Fernández y el bloque kirchnerista que lo puso en ese lugar y hoy pretende desentenderse de su responsabilidad de gobierno intentando “preservarse” para el 2023.

La actitud de Máximo Kirchner es propia del kirchnerismo más rancio: si sus socios pierden, los dejan solos. En este caso Máximo, su madre y Sergio Massa, pretenden que la gente crea que son distintos, cuando son parte fundamental de este gobierno nacional con quien cogobiernan el país.

¿Mis hijos? a la privada

Una de las tareas que tuvo Máximo Kirchner en el inicio lectivo de Santa Cruz ayer miércoles en Río Gallegos, fue asistir al primer día de clases de sus hijos, pero en la escuela privada IPEI, donde inscribió a Emilia Kirchner y Néstor Iván Kirchner, a quienes sacó de la escuela pública y las incorporó al sector privado de la educación provincial, tal vez como un reconocimiento al desastroso sistema educativo que planteó, administra y lleva adelante su tía, Alicia Kirchner desde hace 6 años y medio en nuestra provincia.

De esta manera pasaron el fin de semana largo en Río Gallegos, la vicepresidente y su hijo, para quienes la flota presidencial estuvo (nuevamente) alistada, presta y con prioridad de vuelo, generando para el país un costo suntuoso, solo a los fines de responder a los caprichos y comodidad de quienes cuando se inició su gobierno, volaban en Aerolíneas Argentinas y a los pocos meses dejaron de hacerlo para usufructuar los beneficios de ser gobierno, a pesar del enorme costo que le producen a los argentinos su ridícula comodidad (como si ambos fueran estadistas y necesarios para la política nacional), donde cada movimiento de los jets insumen alrededor de 20 mil dólares que salen del bolsillo de todos los argentinos. 

(Agencia OPI Santa Cruz)


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