ESMERADO SERVICIO DE BUFFET

EDITORIAL

Los que informan desde la chatura

Por Walter R. Quinteros

Horacio Verbitsky dice acerca del trabajo de la prensa: "Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio y, por lo tanto, molestar. Tener fuentes, pero no amigos".

Y amplía el concepto de la siguiente manera: "Lo que los periodistas pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo, lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa, que del lado bueno se encarga la oficina de prensa, de la neutralidad se encargan los suizos, del justo medio los filósofos y de la justicia los jueces".

Una de las tareas más nobles que tiene el hombre es la de hacer periodismo. El tema es bien sencillo. Para graficar me remito a una pregunta que hace Christian Sanz ¿Quién quiere contar las cosas que pasan? 

Y esa es la base, cuando uno se entera de algo y ese algo suena como tambor de guerra, hay que ir, ver, confirmar. Es sencillo. No es para nada complicado, todo lo contrario. Se trata de contarle a la gente las cosas que pasan en esta ciudad, en la provincia, en el país y por qué no, en el mundo. Remitirse a las fuentes, ser una fuente informativa. Nada hay más simple como eso. Confirmar, si el que trae la sospecha la tira en la mesa y no la confirma, queda solo en eso. ¿Hay algo más sencillo que eso sin llegar a decir estupideces de mediocres?

Una vez, confirmado el rumor y, con la fuente a mano, solo hay que tener los huevos y la formación suficiente para redactar el desarrollo de la noticia. Y no ser grandotes pelotudos que tienen que "consensuar editoriales" como he escuchado en estos días, cuando reunidos, algunos, entraríamos en la fase definitiva de una vieja idea de hacer un medio grande, un medio que informe y tenga opinión propia. 

Una cosa, que aquí parecen que no saben, es que en la prensa no hay ideologías, no señor. ¿Y los medios cruzdelejeños? Bien, gracias. Por cuatro mangos no cuentan nada, cometiendo así, el pecado más grave que se pueda cometer. Porque la única esencia de la prensa es esa: contar lo que pasa. Nada más. No la de intentar "censurar" al que la tiene más grande que el resto y por eso se anima a tirar datos que es algo como abrir hilos en Twitter, informar, en definitiva.

Entiendo que rige muchas veces la amistad y por sobre todas las cosas, la pauta y que por ello entonces, nos inundan con declaraciones vacuas de políticos intrascendentes, y jamás van al hueso. Y hasta llenan sus páginas con noticias que larga la municipalidad, y que no le importan a nadie. A tal punto que he escuchado a oyentes hacer mejores preguntas que el reportero de una triste radio. 

Otros, para disimular, para sacar al público lector de la importancia o no de lo redactado, —aunque no he tenido el gusto por aquí de conocer un redactor—, a veces, y en las redes, condimentan todo con videos graciosos y memes. O te ponen música de cuarteto según el caso.
Lo triste, es que nos quieren hacer creer que eso es periodismo. Y así le faltan el respeto al público lector, escuchador o visualizador. 

No señores, esa no es la filosofía de la prensa, ni por asomo. El periodismo es ser escéptico, desconfiar de todo y de todos, todo el tiempo, y poner a prueba las afirmaciones de oficialistas y opositores, por más que nos caigan simpáticas. Y hurgar en sus patrimonios, y descubrir hechos de corrupción. Eso sí es periodismo. Nadie se va a "comer una curva por eso". A menos que vivan de la propaganda, y se queden sin algunos pesitos para cobrar, o que reconozcan que perdieron algun espacio, pero sepan que nada de eso tiene que ver con hacer periodismo.

La explicación viene como ejemplo con lo que sucede en la municipalidad. Los medios, en lugar de indagar y cuestionar, presentan al intendente o a sus funcionarios, solo el micrófono para que hablen o digan lo que se les antoja. Que es eso lo que quiere el poder de turno, que no se hable de otro tema que no sea el que a ellos en lo personal les interesa. Y, como perritos falderos que van tras la pauta oficial, algunos "periodistas" se abstienen de indagar. Sale una foto con fritas, nada más. Informan desde la chatura.

Pero voy a dejar aquí, una necesaria división: ¿Está mal recibir pauta oficial? No, no está mal. Lo que no está bien, es que el precio sea la “autocensura” o intentar "bajarle el precio al que opina" por temor a perderla, o por una envidia manifiesta al saberse superado ampliamente en análisis y redacción que le haya quitado espacio. 

Entonces uno se pregunta: ¿Por qué La Gaceta Liberal funciona sin ninguna pauta? ¿Por qué todos los otros medios de comunicación cobran hasta las entrevistas? Muchachos, el periodismo no es para hacer dinero. Entiéndanlo de una vez. El trabajo de la prensa tiene una lógica que solo la entienden los cronistas.

¿No somos periodistas justamente para revelar chismes, rumores, noticias y llegar hasta el hueso como dice Verbitsky?

Sanz dice que él es de "los que creen que no sirven las escuelas de periodismo, porque no se trata de un oficio que pueda aprenderse en ningún libro". Y agrega que: "El hombre de prensa debe formarse en las redacciones y en las calles, sobre todo en las calles. No solo debe ser un gran observador de la realidad, sino también aquel que logre decodificarla de cara a la ciudadanía. Es algo con lo que se nace, un don innato. Una pericia que es imposible aprender en ninguna universidad. ¿Cómo alguien podría incorporar la pasión o la honestidad dentro de cuatro paredes? ¿Qué libro podría enseñar semejantes cualidades?". Les recuerdo que Sanz es docente en periodismo.

Y sigo con las preguntas: ¿Dónde quedó aquello de la honestidad, de dar una información más allá de la persona a la que perjudique? ¿Quién fue el imbécil que inventó el "periodismo militante", término que se contradice a sí mismo? Hay que entender esto, entre otras cosas, "que la ética debe estar antes que todo lo demás". Hay que ser dignos muchachos.

Leyendo a Cortés Galecio, este señala que "cada día circulan por la gran autopista de la comunicación, una serie de informaciones de las que los periodistas solo debemos llamarlo contenido 'viral', porque eso es exactamente lo que buscan: captar la mayor atención posible y sobre todo que sea compartida infinidad de veces entre los consumidores de redes, hasta constituir un número interesante para la pauta digital, la publicidad, que en la era digital repite el menú de la época del rating: pone su fuerza económica en lo que es más compartido". 

A eso me refiero cuando digo que no abunda para nada una opinión, con firma y foto y todos los datos que las leyes requieran y que conforman la otra vía, la del contenido real y documentado; investigado y contrastado; escrito o desarrollado audiovisualmente con toda la técnica y la pasión que genera el periodismo responsable.

Cuando quien esto escribe empezó a buscar compañeros para armar una página que compita con los otros medios provinciales y, a ofrecer un contenido valioso, con texto, análisis y opinión, tal cual informo más arriba, alguien, acostumbrado a otra cosa, no vio con buenos ojos la iniciativa de bien informar. Pasó a convertirse en un mero esclavo de la propaganda. 

Una especie de "esmerado servicio de buffet" para el que pone dinero para ciertas "pautas".

No hay periodista en el mundo que no vaya a mencionar una espectacular frase de Gabriel García Márquez, "el periodismo es el mejor oficio del mundo". El periodismo, ahora en su faceta digital, debe defender aquel legado. Y para eso, hay que dejar de lado el "cagonismo al que dirán", y alentar al que investiga, al que redacta, al que tiene huevos, formas, dinámica, particularidad, potencialidad y capacidad para hacerlo, y no desde la inferioridad manifiesta que claramente expone, llamando al que produce información, de "ridículo al que nadie lee". porque está denostando la capacidad de comprensión de los lectores y, tropezando así, con su bajeza moral.

Como dijo el gran maestro Ryszard Kapuscinski, "para ejercer el periodismo ante todo, hay que ser buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser nunca buenos periodistas. Si se es una buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, y sus tragedias".



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