SE CUMPLEN 33 AÑOS DEL ATAQUE TERRORISTA AL REGIMIENTO DE LA TABLADA

OPINIÓN

Habían elegido esa fecha para realizar el ataque porque era un domingo en pleno verano, momento en que el regimiento estaba con mayor cantidad de personal de licencia por las vacaciones o de franco 

Por Jorge Tisi Baña

Hoy se cumplen 33 años desde que el 23 de enero de 1989 se produjo la última incursión armada de una agrupación terrorista de izquierda en nuestro país. Ese domingo, 46 miembros del Movimiento Todos por la Patria (MTP) (40 hombres y 6 mujeres) atacaron el cuartel del Regimiento de Infantería Mecanizada 3 “General Belgrano” y del Escuadrón de Exploración de Caballería Blindado 10 “Coronel Isidoro Suárez”, con asiento en la localidad de La Tablada, partido de La Matanza. Algunos de ellos habían combatido con el ERP y en Nicaragua con el sandinismo. Otros tenían muy poca preparación militar.

Habían elegido esa fecha para realizar el ataque porque era un domingo en pleno verano, momento en que el regimiento estaba con mayor cantidad de personal de licencia por las vacaciones o de franco y que otros regresarían esa misma mañana.

Ingresaron por la puerta de la guardia, arriba de un camión de Coca Cola robado que atropelló el portón de entrada ubicado sobre la avenida Crovara y el Camino de Cintura, en La Tablada, seguido por una pick up Toyota, un taxi Ford Taunus, un Renault 11, una Ford Ranchera, un Ford Falcon y cinco Renault 12. Tras ser sorprendido, el soldado conscripto Tadeo Taddía que se encontraba barriendo la calle de entrada fue asesinado por los terroristas, siendo la primera víctima de ese penoso día.

Todos los cuadros políticos de relevancia del MTP participaron del ataque, excepto el ex terrorista del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) Enrique Gorriarán Merlo (NG: Ricar”, el mismo que había comandado 15 años antes el ataque al cuartel de Azul), quien supervisó la operación por radio desde las inmediaciones de la unidad militar, junto con su esposa Ana María Sívori (NG: “Sonia”) y sus hijas mellizas Cecilia y Adriana.

La idea era simular un supuesto golpe militar aprovechando la coyuntura que se planteaba dentro de las Fuerzas Armadas con el movimiento carapintada, pretendiendo fingir una sublevación militar para desencadenar como respuesta una «insurrección popular» y con los vehículos blindados del regimiento emprender una marcha hacia la Casa de Gobierno.

Los atacantes estaban comandados en el terreno por el abogado Jorge Baños, el mismo que, curiosamente, unos días antes del ataque, en una entrevista con un cronista de La Razón, había realizado la denuncia de una conspiración peronista/carapintada encabezada por “los tres turcos”: Menem, Seineldín y Lorenzo Miguel, para derrocar a Alfonsín.

Hay quienes sostienen que la SIDE y una parte del gobierno conocía la intención del MTP y lo dejó seguir adelante buscando obtener un rédito que perjudicara a la candidatura de Menem en las elecciones que se llevarían a cabo en marzo. Lo cierto es que las primeras noticias oficiales informaban que el ataque estaba comandado por oficiales “carapintadas”. Al día de hoy no se sabe si los terroristas inventaron la hipótesis de un golpe de Estado que nunca existió para incitar a una rebelión popular, o si fueron víctimas de una operación de inteligencia para perjudicar a Menem en las próximas elecciones.

Los atacantes estaban organizados en 5 pelotones, cuyos objetivos eran la Guardia de Prevención, la compañía A, la compañía B, el casino de suboficiales, el comedor de tropa y los vehículos blindados, que estaban guardados en los parques del fondo del cuartel. Inicialmente lograron hacerse fuertes en el casino de suboficiales y en algunas compañías, pero encontraron una inesperada resistencia por parte de los efectivos militares y no pudieron lograr su cometido.

Encabezando la defensa se encontraba el recientemente nombrado como segundo jefe del regimiento, mayor Horacio Fernández Cutiellos, excelente camarada, soldado y profesional, quien la noche anterior había pernoctado en el cuartel y cayó valientemente en la acción a las 9,20 del lunes 23, combatiendo a los atacantes desde una columna frente a la Plaza de Armas, poco después de haberse comunicado con su jefe y decirle: " -Usted ocúpese de los refuerzos, mi coronel, yo voy a morir defendiendo el cuartel".

Pese al efecto sorpresa y las bajas iniciales, no sólo los defensores lograron repeler el ataque, sino que con el correr de las horas fueron ganando espacio hasta neutralizar el intento de copamiento. Los atacantes fueron rápidamente rodeados por efectivos de la Policía de la Provincia que les impidieron la fuga y tropas del Ejército recuperaron el cuartel a sangre y fuego. Como resultado hubo treinta y nueve muertos, cuatro desaparecidos, sesenta heridos, en algunos casos con mutilaciones severas, cinco cadáveres que nunca pudieron identificarse y veintiún guerrilleros presos. El cuartel quedó totalmente destruido.

El Ejército tuvo 9 muertos: el mayor Fernández Cutiellos, el teniente Ricardo A. Rolón, los sargentos primeros Ramón W. Orué y Ricardo R. Esquivel, el cabo primero José R. Albornoz, y los soldados conscriptos Leonardo M. Díaz, Domingo Grillo, Roberto Taddía y Héctor Cardoso. La Policía de la Provincia de Buenos Aires tuvo también dos muertos, el comisario inspector Emilio García García y el sargento primero José Manuel Soria.

Recordemos que en 1989 un presidente constitucional gobernaba el país, por lo que los resabios del terrorismo setentista nuevamente atentaban contra un gobierno democrático para intentar favorecer una situación social que fuera más amigable a sus objetivos violentos.

Los terroristas fueron juzgados y condenados pero en 2000, debido a una conmutación de penas ordenada por el presidente Fernando de la Rúa, varios de los terroristas del MTP recuperaron la libertad. Y en 2003, el presidente Eduardo Duhalde dictó una amnistía para los que restaban.

Mientras todos los atacantes gozan de su libertad, el general Alfredo Arrillaga, quien comandó la recuperación de las instalaciones del cuartel, fue condenado en abril 2019 a cadena perpetua por el supuesto homicidio de José Alejandro Díaz, uno de los cuatro terroristas del MTP que aún continúan desaparecidos.

Una vez más, el Reino del Revés.

Jorge Tisi Baña 



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