EDITORIAL
Cruz del Eje parece una ciudad asolada por la corrupción y la inequidad social
Por Walter R. Quinteros
Resulta tan abrumadora, esta sensación de que la política es un escenario decadente en el cual se pasean personalidades oscuras, alejadas de las virtudes, de los valores y que son tan incapaces de ejecutar acciones que fortalezcan las necesidades colectivas a las cuales dicen servir, que ya nos estamos acostumbrando, sin protestar.
Nuestros políticos parecen desconocer ciertas prácticas honorables como mantener la palabra, o cumplir con las promesas. Y nosotros impávidos, sin alterarnos.
Hay una frase de Kant sobre lo que es la política: "dar sentido y proyección a las promesas del progreso, libertad y justicia". Nada de bolsones, bolsitas o retazos.
Esto quiere decir que la política debe inclinarse ante la moral y el derecho porque solo así será posible crear las condiciones que hagan viable tanto de la libertad como la de la felicidad.
Los políticos locales, según consta, solo buscan fortalecer sus intereses económicos a través de oscuras relaciones comerciales y también por medio de otros mecanismos cuando es posible y los réditos positivos les sean previsibles.
La triste imagen de la Fiesta del Olivo —ya no más "Festival"—, es una clara muestra de ello.
Nadando en su incapacidad por organizar algo, todo ocultan. Regalaron, estos auténticos decadentes —según palabras de nuestro intendente—, una "noche para la familia" pero con contratos cuyas cifras por obra y gracia de estos inoperantes no accedimos ni accederemos, porque conforman esa temida parte más oscura de sus movimientos. Las cifras de los contratos son y serán desconocidos. El balance, una utopía.
Cruz del Eje parece una ciudad asolada por la corrupción y la inequidad social. Un secretario inaugura su flamante casa, el intendente también con una pileta que da envidia por sus medidas, a él no le falta el agua. Mientras no hay una sola casa construída para las familias necesitadas con los servicios básicos instalados.
La gente todavía carece de agua por incumplimiento de las promesas. Carece de buen transporte de pasajeros por falta de planificación. De cordones cunetas en sus estropeadas calles. De iluminación en los barrios.
Parece que los políticos hacen que la política sea igual que en otros lados donde noy hay derecho a protestar. Leyeron del manual solo el capítulo que habla para la conveniencia de ellos. Ya obtuvieron los votos, que nosotros nos arremanguemos, por tontos.
A ver si coincide conmigo, si le daban la organización a personas probas de esta ciudad para la realización de nuestra Fiesta del Olivo, mediante una "Comisión encargada", las cosas claramente hubiesen salido mejor. Por lo menos los papeles estarían al día. Ellos mismos los hubiesen exigido.
Y hasta creo, que las particularidades propias de nuestra cultura, se hubiesen puesto de manifiesto en todo su esplendor. Y no bailando torpemente sobre un escenario. Deteriorando la "esencia" de la Fiesta.
Tal vez, esta comisión —de haber existido—, más el Centro Comercial y todas las fuerzas vivas, hubiesen desempeñado un mejor papel. Más colorido, más auténtico. Con desfiles de carrozas que expresen a qué se refiere nuestra fiesta. Con representaciones que exalten nuestros valores. Con humildad. Vocación. Entusiasmo. Palabras que ellos parece que no entienden.
Hasta pienso que voluntarios se habrían manifestado entre el público presente repartiendo aceitunas, entre nuestra gente y los visitantes y, a la vez, con ferias destinadas a nuestra gastronomía regional. Mostrando todos nuestros productos que esta tierra nos regala por nuestro esfuerzo diario.
Y seguramente, con la participación de nuestros artistas locales, hoy casi todos ninguneados. Es decir, una fiesta para que el mundo nos vea. Para vendernos ante el planeta.
Pero los auténticos decadentes de esta municipalidad, que dicen que estamos sin recursos económicos suficientes, realizan un "esfuerzo importante" para beneficiar a actores que nada tienen que ver con nuestra tierra. Ah, pero cantan "cuarteto". Solo eso. Mientras nuestros conjuntos de música de cuarteto mantenían en silencio sus instrumentos. Esperando esperanzados en un rincón, la efímera oportunidad.
Financieramente hablando, ¿en qué ha contribuído este desmanejo con el mejoramiento de las condiciones de vida de la población?
Hasta el momento en nada. Y nosotros somos una población que ya se encuentra deteriorada por la corrupción de estos políticos, por la pandemia misma, y por la escasez de recursos.
Pero el otro mal que padecemos, es la ausencia de liderazgos vigorosos por parte de la oposición. No tenemos un partido político ni organización alguna que, imponga puntos de vista y soluciones. No hay una visión colectiva que incorpore la diversidad de opiniones de nuestra sociedad. Quedamos huerfanitos como pueblo, empobrecidos cívica y materialmente. Sin educación y sin rumbo. Como si el "cuarteto" fuese todo para el cruzdelejeño.
Como ciudadanos estamos deambulando desconcertados buscando políticos convencidos de sí mismos, y de la real posibilidad de actuar moral y jurídicamente para buscar el bien común. Deambulamos desconcertados, como buscando más dirigentes que se destaquen por su entrega al servicio público y su amor por la ciudad. Les aviso que como analista político no he visto a ninguno.
Pero esta situación me llama a efectuar una reflexión, parece que nosotros también somos tan frívolos como la mayoría de estos políticos envilecidos por su hipocresía, y por la incoherencia de su actuar con su falso discurso de ser serviciales a su gente.
Porque los estamos dejando pasar. Sin reproches.
Y eso, alguien algún día, nos lo va a reclamar.
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