LA DECADENCIA

OPINIÓN / LA COLUMNA DE LUIS ILLUMINATI

Y una nota al pie de página

Por Luis Illuminati

Hace poco tiempo atrás en esta Gaceta o diario digital quien suscribe la presente nota, les hablaba de mi amigo el español Javier Martínez Gracia, oriundo de la ciudad de Burgos -Cuna del Mío Cid-, como divulgador del pensamiento del filósofo José Ortega y Gasset, creador del link “El lector de Ortega y Gasset”. En su último vídeo https://www.youtube.com/watch?v=K8FtuZ65V-U concisamente y brevemente expone el grave problema de la “fragmentación” en las relaciones humanas como fenómeno social y psicológico, tanto en la Cultura cuanto en el Arte avasalladas por un relativismo radical que nos ha llevado a un caos y a la dispersión de la razón y es por eso que vivimos y padecemos en una sociedad esquizofrénica. 

Desde su punto de vista -con el que coincido totalmente- esta fragmentación es clara señal de la decadencia. La parte -o el fragmento- no puede prevalecer sobre el todo. Dice Martínez Gracia: “Todo tiende a la unidad, todo está relacionado con todo. Por eso dice Ortega y Gasset que la realidad no es más que el síntoma de que una cosa ejerce influjo sobre todas las demás y de ellas los recibe y que una cosa es necesaria para que el resto subsista. Pero hoy día en nuestra cultura se está discutiendo esta idea por caminos contrapuestos. 

El filósofo y crítico de arte Ernst Fischer lo dejó dicho de esta manera: “En las obras contemporáneas se expresa una y otra vez la fragmentación del hombre y su mundo. No queda ninguna unidad, ninguna totalidad. No parece casual que esta perspectiva coincida con la esquizofrénica Renée que en su “Diario de una esquizofrénica” también describía al mundo como si este se presentara del siguiente modo: abro comillas, en partes, dividido, rasgado, un pedazo aquí y otro más allá (1) donde cada parte es independiente de la otra y no tiene relación alguna con la siguiente”. 

Cuando yo le pregunté a Martínez Gracia si podría darme más datos del tal Fischer y de la tal Renée y su Diario, me dio las fuentes de donde extrajo las citas: Louis A. Saas: “Locura y modernismo”. Madrid, Dickinson, 2014, p.494, nota 30 y “La realización simbólica y diario de una esquizofrénica” de M.A. Sechehaye, Fondo de Cultura Económica, agregando las fotos de las tapas de ambas obras.


(1) Esto me recuerda un poco a la canción de los Chalchaleros que dice: “Un pueblito aquí, otro más allá y un camino largo que baja y se pierde”. Un pueblito vive feliz mientras no sea una brutal megalópolis, una nueva Babilonia o una feroz Cosmópolis como AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires), Londres, Nueva York, Sao Paulo, Tokio o Singapur. En efecto, me parece a mí enriquecedora la observación del pedazo o parte separada del todo, que habla Ortega y repite Javier Martínez Gracia. Pues el hombre no se encuentra a sí mismo si no es a través del otro, no puede vivir para siempre como un Robinson Crusoe en una isla. Pero no hay salvación posible en un país como la Argentina que vive en un solipsismo mental, espiritual y cultural como ningún otro país del mundo. Pues si bien es como dijo el poeta John Donne: “Ningún hombre es una isla. Todo hombre está unido a su hermano como un istmo al continente”, no por ello tengo que copiar, seguir o soportar a “mi prójimo”, si éste es violento, ladrón y mentiroso, ya sea mi vecino, mi hermano o mi amigo y plegarme a la doxa, que es la opinión corriente del vulgo, con sus errores, vicios y demás violaciones del sentido y transgresiones de la razón hipostasiada, en burdo reemplazo del espíritu vivificador de la verdad, aliviador de la angustia del hombre común y farol encendido contra la esquizofrenia general. Para ello yo le opongo al mundo la Para-doxa y le digo, gracias por vuestros ofrecimientos e invitaciones de conquistar el mundo y viajar a Marte o la Luna, ya que como dijo el autor de El Principito: “En algún lugar del desierto hay un oasis oculto” o mejor aún, predicar en el desierto, seguramente me llevará a la Parábola del tesoro oculto en el campo, que Jesús relató a sus discípulos (Mateo 13:44), parábola que ha sido representada por artistas como Rembrandt.

Luis Illuminati



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