NO SE POR QUÉ

OPINIÓN / EDITORIAL
Hay en Cruz del Eje, un ciudadano común que se volvió político

Por Walter R. Quinteros

No se por qué. 

Pero el tipo quiere salir de su zona de confort.

De repente, quiere ser el próximo intendente. 

Está al acecho y por eso, todavía no muestra sus manos limpias, su ficha limpia. 

Él quiere ser intendente, para eso —le escuché decir—, espera que baje un iluminado por los votos de la elección anterior y lo señale, lo abrace, le levante la mano y nos arengue a votarlo. 

¿Necesita eso? 

No se por qué.

Orgulloso, se pasea sin abrir la boca, sin fotos, desde el supuesto anonimato, y hablando a solas con ciertas personas allegadas que conocen sus secretas esperanzas.

Él mismo aclara que el supuesto iluminado por los votos, algún día bajará a esta ciudad, y será cuando las aguas ya no estén tan turbias. Señala en una clara expresión de deseos.

Para que las personas allegadas lo ayuden en sus sueños, éste ciudadano común, muestra como prueba irrefutables lo que está pasando en la ciudad, y la transparencia de cómo le daría solución a semejante desastre actual. Así y asá. Rápido y furioso.

Claro, no pensaba en eso hace una década atrás.

Pero de repente, ante tanto espacio vacío, ante los egos, la desidia, la estructura rota de un partido —partido en mil pedazos—, el ciudadano común vio la oportunidad. 

Seguramente como todos —y a esto si que él lo sabe—, a cambio de dinero —algo que todos también sabemos—, aparecerá un ejército de comunicadores que lo catapultará, hará lo que este ciudadano con aspiraciones les pida que digan, que muestren, que señalen. Recibirán instrucciones al respecto. El diablo sabe por diablo.

Los mercenarios de los medios son capaces de falsificar documentos, de hablar maravillas,  de mutilar archivos, de exaltar relatos, y lo convertirán en una especie de Mesías para demostrar que él —y sólo él, y nadie más que él—, es la salvación a nuestras intenciones de convertirnos en una gran ciudad libre de pecados. 

Aparecerán vídeos, reportajes, gacetillas, entrevistas pactadas, que lo instalarán desde ya, en una imaginaria campaña electoral.

Hasta yo, envuelto en una especie de "espíritu navideño", me propongo tirarle un slogan de campaña gratis. Gratis dije: “Cruzdelejeños, vamos a pasar de la indignación a la acción”. 

De nada, ciudadano común.

No se por qué. 

No, mil disculpas, si lo se. Es porque no tengo pauta política, ni de ninguna otra clase. Ni me interesa tenerlas.

Lógicamente y, copiándome como lo han estado haciendo todo este tiempo, las aves negras que lo secundan —como si fuese yo el que habla—, le apuntarán que tenga siempre en cuenta las emociones básicas de la recreación literal de la realidad, a la concresión efectiva de sus probables franquezas. 

En criollo, basta de falsas promesas y de demagógicas escenas repudiables hechas costumbres.

Para que sepan los enemigos de los diccionarios, el arte de comunicar temas tan álgidos y delicados como es el derecho de los ciudadanos, es que éstos deben ser respetados.

Porque los ilusionistas cayeron heridos de muerte con esta infame gestión actual. 

Y porque siempre, en la infinidad de escenarios y momentos que se le presenten, el futuro candidato deberá respetar más al honorable ciudadano que a sus proyectos.

De nuevo, de nada, ciudadano común con aspiraciones.

Calculo que se encontrará en un aprieto desde el mismo instante, en que tenga que convencer al iluminado de los votos, cuando éste baje con el legajo con su nombre y apellido, y lo entronice como su candidato.

Allí,  deberá intensificar la creatividad para no causar daños en la confianza que se le deposite y, tal vez, aceptar que se le formularán ciertas y sospechosas alianzas. Sonría para la foto.

Son ocho los Orozco, los conozco.

Nadie, le debe ver y escuchar situaciones ficticias muy similares a las que nos tocó sufrir de aquellos candidatos y que hoy, son un total desgobierno por dónde se los mire. 

Y sepa —ciudadano común con ciertas aspiraciones—, que la claridad de los conceptos serán sin duda, uno de los elementos fundamentales de su comunicación con la gente. (Hoy y siempre ausente en sus diferentes facetas, y que esgrime con cierto desatino esta actual horrible y espantosa gestión municipal).

No se por qué, estoy formando un político desde esta prestigiosa Redacción.

Pero no se puede —pequeño gran candidato—, que a nombre de esa claridad comunicacional, que usted realice, permita que le dicten mensajes confusos y difíciles de asimilar. 

Lo tenemos que entender, comprender, creer. Creer. CREER.

No es publicidad —enemigos del diccionario que abundan en los medios—, se llama propaganda, al género usado en una campaña gubernamental. Y sepan, que vale la pena quemar un par de neuronas más para lograr un buen impacto en un mensaje que toque las fibras sensibles de los temas que nos aquejan como ciudadanos. Deberán para eso, despojarse de todo fanatismo y lealtad.

Conclusión

No se por qué, pero a mi me gustan las personas que se las juegan solos. 

Porque sabrán resolver situaciones solos.

Las que no esperan nada de nadie y asoman la cabecita sin ayuda, del cascarón. 

Haciendo las cosas bien, los padrinos y las alianzas, aparecerán de repente. Se ofrecerán solitos a "acompañar la gestión".

Y a eso, un empresario lo sabe. 

No se por qué, pero lo sabe.



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