EDITORIAL
Yo creo
Por Walter R. Quinteros
¿Se cree una familia tan iluminada para que ellos y solo ellos puedan conducir los destinos de una ciudad?
Déjeme pensar la respuesta y mis respuestas son largas. Mire, yo creo, creo en el amor, en el perdón, en la reconciliación, en los hombres de buena voluntad, en la gente que sale a buscar trabajo, en la que trabaja honradamente, en la amistad, en la mirada franca, en la sonrisa de los que toman café, en los milagros que produce la risa de los niños felices, en los milagros del beso. En la sinceridad.
Yo creo en los amaneceres, en los atardeceres, en las noches agradecidas. En el viento reparador, en la lluvia que cae alegre y nos moja, tanto a la tierra como a los hombres.
Perdón, pero yo creo que me ilusiona vivir feliz.
A mi me importan los adioses en las madrugadas que se da la gente que sale a trabajar, el desayuno de los niños que van a la escuela.
Y me importa la gente que piensa que considera la posibilidad que tenemos de cambiar. Los que se preocupan por eso y en los que creen que todos debemos ocuparnos de eso.
Por que me apenan ver las mesas tristes, las sillas vacías, las tumbas sin flores, las calles sucias y rotas, la falta de agua, las cloacas que revientan, las malas costumbres, los desencantos y, las constantes mentiras. Eso creo, que me apena bastante.
Y me da bronca, el argumento torpe y falaz de los políticos que quieren justificarse. Y creo que esta circunstancia merece una consideración especial, porque a ellos no les falta el pan, ni la torta, ellos tendrán una feliz Navidad. La política es el "negocio" que más prospera, nunca quiebra.
Perdón, pero también me apena y bastante que la gente se conforme con tan poco. Y que ellos, los políticos quieran cada día más y, se les permita.
Por eso creo en la rebelión del ciudadano de bien.
Creo, en que esa rebelión sería un buen camino para que no nos impongan que simples caprichos personales, que sus impulsos testiculares, se transformen en medidas que nos dan asco y asqueen nuestras vidas. Oponerse, mostrar una total resistencia a una persona o a una cosa, especialmente a algo que se impone por la fuerza o por costumbre, es rebelarse.
Y yo creo que debemos contribuir para que, cada uno desde su puesto, se rebele. Y que así sea.
Salta a la vista que el nepotismo explícito de esta gestión municipal y de las otras pasadas y las por venir, asquearon a la sociedad.
Nepotismo, señores, es el trato de favor hacia familiares o amigos, a los que se otorgan cargos o empleos públicos por el mero hecho de serlo, sin tener en cuenta otros méritos.
Y la rebelión parece nacer en estos tiempos, a travéz de las redes sociales, donde nos hacen saber cosas como éstas:
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👀👉"Que el intendente Claudio Sebastián Farias, tiene como secretario a su sobrino.👎
👉Que la secretaria de Protocolo es la novia del sobrino del intendente.👎
👉Que el ayudante del secretario del intendente, es primo del sobrino del intendente. 👎
👉Que el secretario de gobierno es primo del intendente. 👎
👉Que la Secretaría de la mujer👩 y el polo de la mujer👩 está a cargo de la mamá del intendente. 👎
👉Que aquellas mujeres y ex amantes del clan Farías / Lezcano👧👩👩👩 están "acomodadas" en lugares de poder".😡😡 (Sic) Dice el meme que circula por las redes.
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Por estos "detalles", fácilmente comprobables, creo que el enfoque de las redes sociales es absolutamente adecuado para tratar. Se merecen un análisis que vaya más allá del humor del momento y nos lleve a la reflexión. Por eso debemos avanzar en esta dirección, debemos como sociedad hacer más al respecto.
Puede ocurrir que en este contexto existan o, aparezcan aún grandes diferencias, ya sea por lealtad partidaria, por amistad, por compromiso, por una chapa, por un "bolsito" o, por enemistad manifiesta.
No obstante, yo creo que con esto solo no basta, debemos alcanzar un buen compromiso ciudadano para que esto del nepotismo, este problema que tenemos de inoperantes dentro de la municipalidad, a este tema debemos darle solución. Exigir que no exista más.
La pregunta a contestar es ¿Se cree una familia tan iluminada para que ellos y solo ellos puedan conducir los destinos de una ciudad?
No, para nada, van todos a tomar de la teta que proporciona el Estado.
Pero yo sigo creyendo en las instituciones, que hay que respetarlas, pero también creo que a los hombres que están dentro de las instituciones hay que hacerles recordar que el ciudadano aporta, a través del pago de tasas e impuestos para las vacaciones de ellos, parece.
Y como creo en mi gente, creo que se los recordará, aunque sea manifestándose por las redes.
Los mensajes subliminales deben ser tenidos en cuenta. Este tipo de protesta merece más atención. Como la merecen los votos en las urnas.
Perdón, pero insisto en que me apenan las mesas tristes, las sillas vacías, las mentiras. Me apena bastante ver los jóvenes con título bajo el brazo, los otros con experiencia comprobable, los que demuestran capacidad, los que merecen una oportunidad, que anden repartiendo sus currículum desde los amaneceres, que esperen un llamado por los atardeceres, que duerman confiados en sus noches agradecidas y, que al día siguiente, con lo poco que les queda, manden sus hijos a la escuela.
Porque creo que no solo yo, no tolere más, esta imagen de viles embusteros dadivosos para con ellos mismos, de nuestros políticos, y la ostentación que hacen de su nepotismo explícito.
Comienza todo por las redes sociales y me hace pensar que nada es imposible, mientras los brujos entonen alrededor del fuego, aquellas viejas canciones de guerra.
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