ALBERTO NO VIVE EN EL PAÍS DE CARLITOS

EDITORIAL 

Confirmado, el Gobierno y el Presidente son dos cosas distintas


Por Walter R. Quinteros

Mientras aquí Carlitos se sienta en una gran piedra de la costanera para ver como algunos empleados talan los árboles de sus pájaros y, con la gomera entre sus manos, traza el imaginario dibujo en el aire del puente sobre el río, que va a construir la Provincia.

A más de ochocientos veinte kilómetros de aquí, Alberto Fernández, el presidente de esta Nación, parece que vive en otro país, en otro mundo, en una dimensión desconocida. Lejos de los sueños de Carlitos.

A diferencia de Carlitos, chiquitín de los nuestros que quiere, cuando sea grande jugar en Independiente, Alberto imagina en su cabeza, la idea de hacer otra fiestita loca.

Mire, le debemos dinero a Dios y María Santísima, la inflación con todos sus científicos en el gobierno nos está dando un paseo humillante, descose nuestros bolsillos de caballeros y despedaza las carteras de las damas.

Pero el está entusiasmados porque los muchachos de la CGT, a los ponchazos, le hicieron una convocatoria masiva por el Día de la Militancia. Flor de viejos chupamedias.

Alberto traza en el aire otra fiestita. Por su cabeza debió anidar el pajarito que le decía, oye chico, eres un gran estadista...

Ese espejismo, que él considera válido y cierto, y que interpretó como un regalo de la CGT que le dio cierta fortaleza ante su vice, ante el hijo de su vice, y ante el partido de la familia y de los amigos de su vice, a ése espejismo a ésa ilusión, Alberto la quiere volver a vivir.

En sus sueños, o vaya a saber de qué cabeza loca, surgió la estúpida idea, pero él la quiere repetir. 

Diría un hincha de Talleres por estas horas... ¡Qué locura por Dios!

Claro que, los monjes negros del momento, se cuidan en decir que la idea es de él, la idea es del Frente de Todos, dicen. 

Ellos, los Maquiavelos del momento, evalúan llevar a cabo un nuevo acto el próximo 10 de diciembre para conmemorar el nuevo aniversario de la recuperación de la democracia.

¿Nos sobra la plata? ¿Se acabaron los pobres? ¿Los niños en las escuelas saben un montón? ¿Pensaron que mañana es el día del médico y que estos héroes anónimos de la pandemia tienen sueldos miserables? ¿No pensaron eso científicos?

¿Qué demostración de qué fuerza quieren forzadamente demostrar? 

Hablando con Futurock, el ministro Gabriel Katopodis señaló que: "Se planteó la posibilidad de hacer un evento, un acto alrededor del Día de la Democracia y se estaba trabajando en cuál podría ser el formato".

Para confirmar que viven alejados de la realidad Katopodis dice que: "Hay también en el Gobierno la convicción de que son fechas muy importantes para la Argentina y van marcando también una etapa y un proceso hacia adelante donde tenemos que recuperar la participación, la movilización".

¿Usted, amigo lector, puede ser tan poco instruído para creer semejante estupidez y que la misma haya sido pronunciada por un ministro de los llamados científicos?

¿En qué cabeza cabe que debemos recuperar la participación y la movilización? ¿Para qué? 

Si alcanza con ir a depositar el voto. Alcanza con pararse delante de un afiche de estos asqueantes  políticos, levantarles el dedo mayor y decirles ¡Fuck You! o ¡Tomá!

Pero ahora viene lo mejor: 

Indicando que son dos cosas totalmente distintas añadió nuestro amigo, el ministro Katopodis que: "el Gobierno y el Presidente han tomado la decisión y lo ha planteado la semana siguiente a las elecciones en Plaza de Mayo" sobre la necesidad "de tener una fuerza política más movilizada, con más presencia en la calle, con mayor participación política y social" que acompañen la gestión.

1°) Confirmado, el gobierno es una cosa, el presidente otra.

2°) A fuerza de choripanes necesitan más presencia en la calle.

Cambalache:

El ministro baja un cambio en sus espantosas declaraciones: "Lo del 10 de diciembre no sería solo para nuestra fuerza política, sino para todos los sectores, sería abierto, amplio, porque es lo que corresponde y lo que pretendemos".

—Claro, si, te entiendo, vos traé la pizza, yo llevo la gaseosa que Juan trae el Winco...

¿Quién ve como genial a esta iniciativa del Gobierno de volver a convocar a la gente a una actividad masiva? 

El cuartel de alterados emocionalmente instalado en Casa de Gobierno. Nadie más.

¿Quién ve con cierta desconfianza esta movida?

Lógicamente no todos los sectores de esta alianza. A la Cámpora no le gusta.

Dice BAE que a la Corriente Clasista y Combativa, tampoco.

Por ejemplo, el diputado nacional Juan Carlos Alderete dijo que el Gobierno debería "prometer menos" y poner más énfasis en "cumplir el contrato asumido con el pueblo en 2019" y no tanto en convocar a la militancia a un acto.

Asimismo agregaba que hoy, los movimientos sociales se congregarán frente al Congreso de la Nación para pedir que se traten iniciativas por Tierra, Techo y Trabajo y la prorroga de la Ley de Emergencia Territorial Indígena, entre otras iniiciativas.

¿Cuántas personas cree usted, amigo lector que van a ir sin que las lleven de pecho?

Y es un buen momento para pasar facturas.

"Concurrir a una movilización dependerá de si se llegó a entregar la canasta alimentaria o a pagar el aguinaldo de los trabajadores de la economía popular" y si eso "anduvo, se podrá convocar" pero en caso contrario "sería un poco arriesgado". Aseguraba. "Ahora la maquinaria política está abocada a proveerle los recursos a la gente para la cena de Navidad, si todo eso no se hizo, cualquier convocatoria puede ser un tiro en el pie porque te pueden hacer un vacío".

Por eso digo, parece que Alberto Fernández vive en otro país, en otro mundo, en una dimensión desconocida.

Mientras tanto Carlitos, un chiquitín de los nuestros, camina por la calle Juan XXIII, se para ante un vendedor de tortaparrilla y le pide un poquito. 

—¿Me da un poquito de pan, señor?

A sus espaldas, un álamo cae herido, para siempre, al costado del río.




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