LA MONEDA ESTÁ EN EL AIRE

EDITORIAL

Los políticos solo quieren vivir en una burbuja llamada "La vida es bella"

Por Walter R. Quinteros

La moneda está en el aire. Lo que suceda en las votaciones puede llegar a convertirse en un dato sin mayor trascendencia. Pero lo que nos mantiene con cierta angustia, es qué sucederá con la situación económica y social del país. Esa es la realidad que nos rodea.  

Hay una sensación que va desde la mesa familiar, el trabajo, las actividades cotidianas, la mesa de un bar, que la decadencia de la Argentina ya llegó a un punto fatal de un quiebre irreversible. 

Lo que si debemos hacer nosotros, es estar atentos y tomar decisiones respecto a estos sátrapas. 

He observado con asombro que tanto el oficialismo como la oposición han empleado en sus campañas tácticas diversas estrategias de polarización que, apuntan a lo mismo: empujar al electorado a elegir entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio, sin considerar las otras alternativas. Que nunca hay que desechar.

Esa polarización eliminó toda chance de lograr un entendimiento de fondo sobre las cuestiones que más nos afectan y preocupan. 

Ellos armaron un show. Es como que sobre un ring pusieron las figuras y los desaciertos de dos ex presidentes. En un rincón el ¡Ah, pero Macri! y en el otro el ¡Volvimos más choros! 

El problema insisto, es que los espectadores de este show, seguiremos penando por pagar nuestras deudas, por comer. No nos interesará demasiado quién haya perdido por "nocaut". 

Aunque si, nos haga mirar con atención, casi con cierta cautela, el futuro de nuestros hijos y nietos, en las intenciones de los brazos en alto de los triunfadores del domingo.

No estoy seguro de haber escuchado o de saber si hubo dirigentes que encararon un proyecto de acercamiento entre gobierno y oposición. Con una idea clara para lograr un acuerdo básico sobre políticas de Estado que trasciendan a los cambios de esta desastrosa gestión. 

Ni que hayan sumado a una convocatoria a las estructuras de los otros partidos emergentes como los liberales, a la Izquierda o como con los empresarios, la CGT, y los Movimientos Sociales en una gran mesa de concertaciones. 

Llevar a formalizar un diálogo es desde ya, una iniciativa muy pretenciosa, es como aspirar a que cada uno se baje de su caballo llamado Ego, o Doctrina, o Soberbia. Y que todos juntos tiren del carro llamado Argentina. No, el manual que aplicaron los partidos políticos en pugna, niega toda lógica de llegar a un acuerdo.

Las circunstancias demostradas por ellos a lo largo de escuchar palabras como "modelo" y otras hierbas, nos depositaron al borde del abismo. Nuestro dinero no vale nada.

Esta campaña, buscando posicionar a legisladores en las Cámaras, es potencialmente descalificadora, escasa de argumentos valederos, donde ha reinado todo el directorio de las mentiras.

Me ha tocado en suerte, entrevistar a políticos. He salido con las manos vacías. Créame, es como si me hubiesen dicho, "que tenemos que esperar para después de las elecciones, a ver qué pasa".

Leí de un colega que en Chaco, su gobernador Capitanich dijo que "ningún diputado o senador puede prometer trabajo y hacer obras, eso lo hacemos los que gobernamos". Y en esa frase está el desprecio hacia nosotros, los espectadores que miramos el show que brindan arriba del ring. 

Fíjese en este dato tomado al azar. Si miramos los números sobre la creación de empleo público y privado, son reveladores. En la última década, los empleados formales del sector privado pasaron de ser en todo el país 6,1 millones de personas, en 2012, a 5,8 millones en 2021, mientras que los empleados formales del sector público (nación, provincias y municipios) fue absolutamente inversa: pasó de 2,5 millones de agentes en 2012 a 3,3 millones en la actualidad.

A veces pido, cuando me invitan, en "pensar la ciudad", a ellos a los políticos entrevistados, les he pedido "pensar la Patria". 

Pero no, ya todo se hace más insostenible. No estamos hablando de una década de expansión y crecimiento, todo lo contrario, estamos hablando de una década o más en que no crecimos y nos fueron empujando, con sus políticas, a este borde del abismo donde hacemos equilibrio para no caer definitivamente. 

Solo ellos, los que se subieron al ring, pugnan por entrar en esa burbuja mágica que tienen los políticos, que los aleja de la problemática en que vivimos nosotros, y que a ellos  les hace ver, a través de sus salarios, que la vida es bella.

Anoche, estuve en una reunión de vecinos autoconvocados, aquí en Cruz del Eje, con la secreta esperanza de formalizar un grupo que le solicite a los políticos que "no nos mientan más". Entre todos, parecía como que elevábamos oraciones al cielo para que alguien "piense" la ciudad donde vivimos, mediante pedidos concretos, de regularizar para bien y para siempre, la problemática del agua, de electricidad, de gas, de transporte. Solicitábamos el bienestar que ha procurado el hombre a través de los años.

¿Pero sabe una cosa amigo lector?

Aunque tercero en la lista de suplentes, ocupa ese lugar el más inepto de los intendentes de esta ciudad a lo largo de los años. Imputado y flojo de papeles. Y sigue, por ahora, encerrado en esa histriónica burbuja que solo le hace ver puentecitos de colores.

Aquí, en esta humilde ciudad, tampoco hay diálogo con la oposición, no se "piensa" la ciudad, ellos están arriba del ring y encima de un caballo llamado Ego, Soberbia, Doctrina o cómo se llame, haciéndonos creer que boxean y que cada puñetazo lanzado, sabemos, es por lo arriba graficado, una falsa promesa más.

Ellos quieren seguir respirando el aire puro de su burbuja llamada "La vida es bella para los políticos".

Cuando la moneda que hemos lanzado al aire caiga este domingo, sabremos qué intenciones tienen los ganadores que levanten los brazos triunfantes. Mientras tanto, seguiremos nosotros tratando de llevar el pan a la mesa, como sea, por que somos dignos.

Vamos a votar. La moneda está en el aire.





Comentarios