CLAUDIO FARÍAS Y SUS DIEZ HORAS DE SOLEDAD

 OPINIÓN / LOCALES

Muchas horas después, frente al pelotón de fusilamiento, había de recordar cómo se hacen los balances

Por: Equipo de Redacción Cruz del Eje

Nada ya nos puede sorprender, así es que lo invitamos a leer la siguiente nota y le preste atención a los detalles. 

Se llama "Radio Pasillo", a lo que normalmente asociamos con chismes y rumores, es decir, una forma de comunicación informal. Sería algo así como un canal de comunicación que surge a través de ciertos hechos y actitudes que dan lugar a la interpretación que de los mismos surgen.

Pero para introducirlos más en el tema, nos vamos a leer al gran escritor colombiano Gabriel García Márquez, que comienza su obra magna "Cien años de soledad" diciendo:

"Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo". 

Bien, partamos desde ahí, y vamos a lo que ocurre en Cruz del Eje, que no dista mucho de aquel imaginario pueblo llamado "Macondo", por el genial escritor ganador del Premio Nobel de Literatura.

"Muchas horas después, frente al pelotón de fusilamiento, el intendente Claudio Farías, había de recordar aquella tarde remota en que le enseñaron a hacer balances".

¿La causa de su aplastante derrota del pasado domingo pasa por ahí, por los balances no presentados en tiempo y forma, en seis años de mandato? 
¿O por el total desmanejo de la obra pública?
¿Sus desaciertos, mentiras, errores, etcétera?
Radio Pasillo le adjudica a esos rubros, un porcentaje alto.

Pero los indicadores no se quedan con eso. Hay algo más.

Son las diez horas de soledad, son las diez horas en que ninguno de su gabinete —parece ser—, se puso las votaciones al hombro y salió a pelear el voto a voto junto al intendente y que necesitaba el gobernador Schiaretti para su proyecto de "Federalismo". Para segurar lo que le contestó a una entrevista de La Gaceta Liberal, que "Córdoba es la capital del interior". 

En esas diez horas —las horas que dura el comicio—, y que vivió el intendente en absoluta soledad, que recorrió palmo a palmo —como aquel otro José Arcadio Buendía de la novela—, los recónditos bares de la ciudad, buscando sus funcionarios.

Y como en la misma novela, esas ausencias, esos abandónicos que él llevó a enriquecerse —en algunos casos—, le hicieron ver la realidad y le hicieron esfumar sus sueños de alquimista para posicionarse en el gobierno venidero.

Hablando de abandonos: Sabemos que el sentimiento de abandono es uno de los rubros más importantes dentro de las tipologías neuróticas. Dicen los especialistas en el tema, que semiológicamente está relacionado con el deseo de compañía, contacto y afecto, con la falta de confianza y especialmente con el síntoma desvalido. Esto —aclaran—, se aplica a aquellas personas que se perciben aisladas o separadas, que sienten que nadie las quiere o que nadie las toma en cuenta. Y ampliando sobre el tema señalan que es una de las manifestaciones clínicas más inmediatas de la falta de autoestima y de la incapacidad de integrarse, sintiéndose que de cualquier manera no serán consideradas por el entorno. 

Eso debe haber pensado también el candidato a tercer diputado suplente, en sus diez horas de soledad.

¿Cómo es que se llegó a esta situación? Veamos los hechos según Radio Pasillo: 

Primero: Dicen que dicen y, aseguran varios testigos que es verdad lo que dicen, que en una céntrica heladería de la calle Eva Perón, se encontraban reunidos tres altos funcionarios, distendidos y sonrientes, hablando de lo bella que es la vida con plata en el bolsillo y en la cuenta bancaria. Dicen los testigos que afirman sus dichos con la mano sobre las Sagradas Escrituras que en el lugar estaban el presidente del Honorable Concejo Deli(be)rante, el secretario de Desarrollo Social y el director de Deportes, personas que por su cargo, debieron haber transpirado la camiseta por los barrios y no lo hicieron, mientras las urnas se atragantaban con los votos de la oposición.

Segundo: Los vales de combustible y el dinero alcanzado para mover "gente" a votar, estuvieron de más. Los vehículos de 12 asientos, apenas viajaban con dos o tres ocupados. Tal es así que —dicen—, algunos "punteros" de barrio, recordaban aquellas tardes remotas en que escucharon algunas viejas promesas incumplidas en su sector y, con la resaca de una "fiebre del sábado a la noche" encima, y que, por eso, tardaron en levantarse y reunir la tropa. Otros, —parece ser—, argumentaban que con el dinero alcanzado no cubría el asado para él y toda su familia.

Tercero: Las señoras fiscales generales en las escuelas, paseaban para mostrar sus elegantes ropas domingueras adquiridas en shopping de Córdoba entre las tristes mesas, sin mostrar un atisbo de desesperación por los datos de boca de urna. Mientras que, los fiscales generales, saboreaban unos mates y hablaban distendidamente sobre si Gallardo sigue o no, en River.

Cuarto: Nadie más los vio por ningún lado. Desertaron, hicieron abandono de puesto.

¿Por qué sucedió esto?

Por que hay "internas" que nadie las quiere contar, señala radio pasillo. Hay aspiraciones que nadie quiere lanzar. Hay egos con un "humo" enorme, como carta de amor de indio, que nadie disimula. 

Y por que hay una velada boxística que paraliza a hombres y mujeres amantes del espectáculo de las piñas...

Entonces vamos al primer choque de la noche estelar:
En este rincón Jessica León, y en el otro rincón, Carlos Segura. Que se enfrentarán por la corona de datos del Tribunal de Cuentas. Segundos afuera...

Segundo encuentro de la noche y por la corona de quién la tiene más larga, esto es para no perder ningún detalle: Se enfrentan Duilio Soria contra el peso pesado Esteban Lescano. ¡Suena la campana!

Acto seguido y como broche de oro, el jurado don Claudio Farías, dirá quién se baja del ring. Cuando vuelva de licencia. Después de diez días de soledad, buscando respuestas. 

¿Leyó bien? ¡Cuando vuelva de licencia!

Emulando a Gabriel García Márquez diríamos como cierre a la catarata de noticias de la muy querida radio pasillo que:
  
"Cruz del Eje era entonces una aldea construida a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, como por ejemplo las calles, y para preguntar por una persona, simplemente había que señalarla con el dedo". 

Ampliaremos...




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