EDITORIAL
Pasen por caja
En esto de ser un ávido lector y, de analizar algunas noticias locales, se me ocurrió exponer a continuación, algunas reflexiones sobre el acto democrático del día de la fecha. Y lo hago solo, porque en los otros medios de comunicación locales, nada han expuesto al respecto desde su opinión. Con nada han contribuído para ayudar a los votantes a discernir. Es como si no existiesen los editoriales. Una línea de pensamiento del medio que representan.
Los medios de comunicación jugamos un papel muy importante en el proceso electoral, puesto que de nosotros, casi siempre, depende el acceso que tengan los candidatos y partidos políticos a cada votante. Lo saben los gobernantes.
Sabido es que la democracia necesita siempre de medios de comunicación que no sean excluyentes, para así poder constituirse en vehículos de información amplia, y también, ser parte de una especie de contralores políticos dentro del ejercicio efectivo que nos brinda la libertad de expresión.
Encuadrados siempre dentro de la legislación que regula los medios de comunicación, es que deberíamos garantizar al menos, el acceso a la información de toda la ciudadanía. Lo más certera y objetiva posible, y no ser persistentes repetidores seriales.
Me resulta interesante desarrollar algunas ideas en cuanto al lamentable rol de los medios que este gobierno local "alquila". Aquí existen medios en los cuales el gobierno, a través de fijar "pautas", les brinda ciertas primicias que no son otra cosa que propaganda barata. Y justo, cuando se efectiviza la veda electoral.
Hay medios que se esfuerzan en no brindar opinión, y eso hace que no solo los "funcionarios" carguen con la responsabilidad. La actitud mercenaria de los dueños de algunos medios, sumado a la falta de analistas en sus programas, constituye que las audiencias respectivas no encuentren un lugar que los invite a debatir. A expresar que eso está mal. Que eso no es así.
Un párrafo aparte se llevan los mal llamados "bunkers" partidiarios, que no tuvieron la gentileza protocolar de invitarnos cada vez que vino un candidato. Nos quitaron el peso enorme de tener que rechazarlas. Nuestra oratoria es ampliamente superior a la de cualquier visitante que haya llegado a mendigar votos.
Lo llamativo y escandaloso de estos días, fue ver y oír a candidatos y referentes de algunos partidos políticos fotografiándose y repartiendo dádivas con los pies embarrados —cosa que solo hacen en períodos electorales, nada más—, actuaban como si fuesen unos héroes que anunciaban obras que ya habían prometido en otras oportunidades, pero sin que nadie les pregunte al menos qué grado de conocimiento tienen para lo que se postulan. O que pastilla para la memoria toman.
Aquí, en Cruz del Eje, la pauta propagandística parece que ordena, que la pauta direcciona preguntas, si es que las hay y, por lo que he visto y oído, las cuestiones que se debaten en un proceso electoral, incluyendo las plataformas políticas, han estado ausentes. La culpa, la responsabilidad ya no es total del funcionario parlante, sino, del periodista mudo y manco que asistió como invitado de lujo, no se a qué.
No hay un medio escrito que no sea éste, que haya vertido una opinión. No he encontrado un editorial, una opinión, en mi terca avidez de lector. Todo es propaganda encubierta. Ahí está, claro y a la vista, que la propaganda se paga. Aún así, debería quedar un resto de dignidad.
Creo fervientemente que los medios debemos ser imparciales al informar sobre noticias que apuntan claramente a una elección. No debiera haber programas o artículos favorables a un candidato o partido político determinado, pero no hablar desfavorablemente de ciertos funcionarios ineptos, da la sensación que si los hay. Pero aparece la pauta. Y vemos que la pauta los manda.
Si revisan las páginas informativas locales, y sus posteos, verán que nadie más que —y orgullosamente lo escribo—La Gaceta Liberal, ha educado en conceptos varios al votante. Tanto en líneas generales, como particulares de este proceso electoral.
De lo dicho entonces se desprende que estoy en presencia de un tema extremadamente interesante. Mis "colegas" no hacen el ejercicio de la opinión y con eso han dejado todo librado al votante, que se rompan los sesos en un bar, o en la mesa familiar.
Debieran jugarse por una opinión y, al no hacerlo, tienen tanto o más responsabilidades que estos candidatos, ya que, lo que han informado no es imparcial, mucho menos objetivo, salen al aire sin análisis, solo leyendo títulos y sub títulos sin desarrollar el tema para abrir debate.
Los medios de comunicación debemos tener un importante papel al determinar agendas políticas, fijando temas de interés público, que obliguen a los partidos y candidatos a seguir esas agendas, muchas veces en contradicción a sus propios intereses. Pero aquí, parecen no entender esa importancia.
Debemos establecer claramente que nuestro rol ha pasado a ser como un poder real dentro de cualquier proceso electoral. Y no, como aquí ocurre, el de simple informadores que tal o cual candidato dijo tal o cual cosa, sin vertir el análisis de cada palabra inconsistente que pronuncian.
Yo no estoy criticando al periodismo partidario que considero es legítimo, lo que critico es cuando distorsionan noticias u omiten "ex profeso" otras que son de interés general.
Y otra reflexión que de repente me aparece, es que también existen aquellos medios de comunicación que se refieren con mayor abundancia a un determinado partido o a cierto candidato, y eso, no es necesariamente una prueba absoluta de una preferencia deliberada. Pues entiendo que puede suceder que ello resulte de la mayor actividad de ese candidato o de su personalidad más interesante, que es algo consustancial al proceso informativo.
Pero... ¿Y las preguntas? ¿Y el análisis? ¿Y el editorial? ¿Menoscaban la inteligencia de los lectores? ¿Tienen terror a los comentarios? ¿No conocen lo maravilloso, exultante y hasta delicioso que es experimentar que, los que opinan diferente nos tilden de zurdos, peronchos, gorilas y otras yerbas de la lingüística popular?
Sepan que también a los medios nos cabe una importante labor en materia de denunciar las irregularidades que se pueden presentar en un proceso electoral y, en ese sentido, que debemos desempeñar una función contralora. Y esa función, quisiera encontrarla hoy, porque seguramente irregularidades vamos a encontrar.
Lamentablemente existe la pauta que a algunos los condiciona.
Salvo la honrosa opinión de Marcelo Acosta en su programa "Entre mate y mate".
En esto de ser un ávido escuchador, en el día de ayer sábado, por ejemplo y, en plena veda electoral, algunas radios de esta ciudad, informaban "obras y acciones" a través de la voz del candidato a tercer diputado suplente, extrañamente reproducidas por una emisora capitalina. Nuestro intendente anunciaba una "solución" que tapaba la desidia municipal denunciada por este medio en varias oportunidades desde el 2019 a la fecha.
Esos medios, tampoco respetaron la veda —pauta mediante—, y se olvidaron de nuestra responsabilidades a la hora de informar. La hubiesen guardado para el lunes. Para nunca, si daba lo mismo. Si sabían que era agua para su molino.
Pero... ¡Ah, la pauta! Esa cosa que a este medio no le hace falta.
A ustedes les faltó ética, análisis, opinión y criterio. Pasen por caja.
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