LA ESCASEZ DE LÍDERES

EDITORIAL

Que levante la mano el que reúna estos requisitos

Por Walter R. Quinteros

Amigo lector, le van a golpear la puerta, lo van a aturdir con el autito de la propaladora, en la TV y la radio lo maltratarán, le van a cambiar el paisaje cotidiano con afiches de caras sonrientes y falsas mendigando un voto. Le van a cantar alguna marcha, se van a poner boinas blancas, usarán globos y toda esa parafernalia para que usted, amigo lector, con un dejo de nostalgia, les regale el voto que los haga felices.

Los candidatos para estas elecciones PASO, destinaron millones de pesos para captar gente, "militantes", que se llaman, que harán todo lo posible para ganar su confianza. Es probable que, ante tanto atropello, espere que cada timbrazo, sea efectuado por religiosos y no por estos cazadores de votos.

Lo invito a que se formule las siguientes preguntas:

¿Cree que le generan confianza?
¿Cree que ellos tienen autodominio suficiente cómo para no ser imputados? 
¿Cree que ellos le temen a la Justicia? 
¿Cree que tienen y toman las decisiones correctas? 
¿Cree que tienen una planificación para su ciudad, provincia, o para nuestra Patria? 
¿Cree que le traerán trabajo digno, o que seguirán con indignos planes? 
¿Cree que tienen la personalidad suficiente para el cargo que se postulan?
¿Cree que es suficiente esta cierta simpatía y lealtad solo demostrada en estos días?
¿Cree que ellos comprenden algo, respecto de lo que usted les diga?
¿Cree que están en todos los detalles? 
¿Cree que son y serán responsables una vez electos? 
¿Cree que con su voto, usted cooperará para que ellos se enriquezcan económicamente, o que favorecerán a su comunidad?

Piense: ¿Quién reúne estos requisitos?

Dice Miguel Hernández Terán que, para ser un buen líder éste debe mostrar nobleza, altruismo, sacrificio por las causas justas, firmeza, visión de conjunto, análisis cualitativo de la realidad y de las perspectivas. Que un buen líder debe ser incompatible con la temeridad, con la instigación para delinquir, con el abuso respecto de quienes por su extrema necesidad, son fáciles presas de la demagogia.

Piense: ¿Conoce alguno que no utilice todos los artilugios demagógicos?

Lo invito a que hagamos historia, de la buena. Resulta que  en el año 424 a.c, aparece "Los Caballeros", una obra de Aristófanes donde el gran comediante exhibe al demagogo Cleón cuando éste gozaba de su máximo prestigio social como político y militar, y utilizando para nombrarlo, el nombre de Paflagonio, y dónde denuncia las formas en que los políticos llegan al gobierno de forma democrática, pero que incumplen sus promesas o engañan al pueblo que los ha elegido.

Es decir, las mismas características que hoy comparte nuestro sistema político moderno.

Pero sigamos con esto de la historia: Paflagonio es un gobernante corrupto y despiadado, y su oponente es Agorácrito, un vendedor de salchichas iletrado, lleno de artilugios demagógicos para convencer a Demo (la ciudadanía) de sus capacidades.

Es decir que, Aristófanes, ya nos habla de los "artilugios demagógicos" 424 años antes de Cristo.

Sepa, amigo lector, que un buen líder se entrega y lucha por su pueblo. 
Que no busca enriquecerse, sino enriquecer la vida de los demás ciudadanos. 
Que procura sembrar ideales nobles para su pueblo. 
Que  es guía indefectiblemente hacia el bien común. 
Que buscará siempre orientar el ímpetu de la juventud para que sea ésta la que coseche los frutos de sus promesas, de sus obras, de sus acciones.
Un buen líder debe multiplicar sus virtudes y minimizar sus defectos para que sus seguidores enfrenten mejor la vida. 

Piense: ¿Quién reúne estos requisitos? ¿A quién visualiza? 

Evidentemente le cuesta, si no pasa por su lealtad a la boinita blanca, o a la marchita, o a los globitos. No, no encuentra a nadie que llene el formulario correctamente para ser un líder del pueblo.

Las pruebas están a la vista. 
Nos urge como ciudadanos el surgimiento de líderes que privilegien el interés general. 

Hay que ser honestos. 
Nosotros debemos ser honestos. 
La honestidad es un valor en sí mismo, al cual nunca debemos renunciar, menos aún, a la hora de votar.

Nosotros como sociedad estamos soportando líderes que han transmitido mediante mentiras, y mensajes de cierta bajeza, tanto pública como privada, una enorme cantidad de estimulantes a la inmoralidad que ya es digna de que demos lástima, porque en el mundo ahora se nos conoce más por estos hechos, que por nuestras costumbres, industrias, sueños, o cualquier belleza natural. 

Sería un acto de justicia, con su consciencia, con su familia, con sus descendientes, con sus vecinos, con su ciudad, con la provincia, y con la Patria entera que se pregunte:

¿Quién reúne estos requisitos?

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