CRUZ DEL EJE: UN TEMA CULTURAL

EDITORIAL

Necesitamos una transformación mental

Por Walter R. Quinteros

Creo que es hora que la ciudadanía de Cruz del Eje, vaya tratando temas que desde los diferentes ámbitos nos preocupan. Que no sólo tengan que ver con las próximas elecciones y sus candidatos a nivel provincial o nacional. Creo que es hora de comprometerse para que, no nos metan tanto "rally" y operaciones frívolas que desvían atenciones como si fuese algo esperado por todos, y nos dediquemos a la parte política - económica de la ciudad. A conocer qué pasa en la tesorería de la municipalidad, por ejemplo.

La participación ciudadana como contralor de actividades parece relajada, la prensa, salvo honrosas excepciones, no arremete con preguntas, la relación entre los distintos bloques políticos, no es de oposición ni tampoco debate ideas, todo parece un club de amigos.

"Estas noticias generan un impacto desagradable que los afectan como ciudad, pero adelante con la verdad". -Me dice un colega de Buenos Aires y a la vez colaborador de este medio-.

Entonces creo que Cruz del Eje necesita una transformación mental, y eso pasa a ser un tema cultural. No basta con decir que a este mal gobierno ya les queda poco, que este mal gobierno ya se va. Basta con fortificar nuestras instituciones y éstas van a ser más sólidas en la medida en que se lleve a cabo una transformación mental en nosotros, los ciudadanos.

Desde mi humilde opinión, nos debe fortalecer el hecho de querer mejorar. Empezando desde las bases, desde los barrios y a través de la conformación de ejemplares Centros Vecinales. Con un pensamiento que nos permita tener sentido de pertenencia y con la solidez de verdaderos equipos de trabajo. Sean estas personas, del partido político que quieran, porque con eso, se logrará que no se produzcan grandes desequilibrios en la ciudad, cuestión que sabemos, es la más compleja por estos días de tormentas políticas.

No tenemos en esta ciudad, un gobierno capaz para emprender estos desafíos. Para muestra, bastan las obras inconclusas, el estado de las calles, la falta de señalización, la Terminal de ómnibus. Aquí, y en estos momentos, solo se pintan colorinches carnavalescos. 

¿Es esa nuestra identidad o un desvarío de funcionarios?

Y esto tiene que ver con la educación, la cultura y los valores. Nos conformamos con una pequeña, austera, carrera de rally y el Quilpo race, que ocupará incluso, un predio de Educación, como es el IPEA. ¿Y el respeto a las instituciones?

¿Nos conformamos con tan poco? ¿Nos conformamos con saber si viene o no viene algún artista cuartetero, que a conocer detalles oscuros de esta pésima administración?

Queda el desafío de saber a qué nivel social se va a producir esa transformación mental. Y el desafío para todos es saber cómo traspasamos a través de personas comprometidas, esa transformación mental hacia los sectores populares que siguen creyendo y cayendo en el paternalismo del Estado para que les solucione los problemas mientras ven pasar los días. 

Estos pequeños circos programados que vienen como una dádiva y, que tampoco podemos ver, hacen parecer que nuestra ciudad,  que nuestra sociedad, se conforma con nada. 

La clase política no nos trajo ninguna industria, no ha generado fuentes de trabajo genuina, pero eso si, ahora salen en todas las fotos por cualquier hecho, sea este eventual o no, con una desagradable sonrisa, y sin mostrarnos los balances de su execrable gestión.

La ciudadanía debe trabajar en el ámbito de una reflexión histórica, sociológica y cultural. Y de paso, que recojan este guante los futuros candidatos. Necesitamos eso y no que repartan vergonzosas bolsitas con alimentos de terceras marcas.

Y porque más que cultura política, lo que necesitamos es una cultura cívica. Es una cultura en su contexto general, en sus actitudes, en la forma en que vamos a enfrentar la vida, en cosechar los frutos de nuestro esfuerzo personal, y en la cultura del desarrollo individual para decir que vamos a salir adelante. Sin estas abominables dádivas políticas.

Entonces ciudadanos, sentémonos y veamos qué hay de mito y que de verdad en todas esas historias que son las que han determinado nuestra identidad y cultura cruzdelejeña, y que nos hace actuar de esta manera tan sumisa e indigna. 

Porque Cruz del Eje carga una historia de ciudad próspera. No de carreritas de autos o de motos. ni de concursos de pesca para entretenernos. Nos merecemos mucho más. 

Veamos hasta qué punto es cierto eso de que hemos fallado en elegir estos gobiernos. Si fue por razones culturales o ideológicas y que por culpa de eso, hemos descartado personas con cierta integridad y honradez, sólo por no pertenecer a un partido político popular.

Yo soy un convencido de que Cruz del Eje ha sido y es un pueblo paciente, que ha soportado demasiadas penurias con el cierre del ferrocarril y con el récord mundial de falta de ideas de estos políticos, ahora ricos, que se exhiben en fotos sin problemas económicos.

Nosotros nos merecemos mucho más. Nuestro destino es volver a ser prósperos, si tan solo supiésemos elegir a quienes tengan la responsabilidad y el compromiso certero de manejar el futuro que soñaron aquellos primeros pobladores.

Insisto con la frase inicial:  Es hora que la ciudadanía de Cruz del Eje, vaya tratando temas que desde los diferentes ámbitos nos preocupan. Que no sólo tengan que ver con las próximas elecciones y sus candidatos a nivel provincial o nacional. Pensemos esta ciudad.

Y veamos quiénes por aquí asoman el copete para futuros intendentes, para que desde ahora, les contemos las costillas.

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