PABLO ROBERTO LÓPEZ: CRUZDELEJEÑO

LOCALES / ENTREVISTAS / SOCIEDAD

"Apunto a tratar de contribuir al cuidado de nuestra casa común, que es Cruz del Eje"

Por Walter R. Quinteros

Cuenta la leyenda, que para encontrar un tipo de los buenos, solo hay que seguir la estela que traza en el cielo, el paso de una estrella fugaz.

Así, llegamos al barrio Santa Rosa.

Para quienes vivimos en Cruz del Eje, conocer a fondo a quién mantiene con eficacia un emprendimiento es como un acto de reconocimiento, primero a la persona, luego a saber de qué se trata lo que hace, y en qué nos beneficia.

Aquí, en esta ciudad, Pablo Roberto López, cruzdelejeño, trabaja el abono orgánico. Vamos a conocerlo un poco, para no quitarle su precioso tiempo y, a aprender algo de él. 

Pablo, háblanos de tu familia, de tu infancia.

—Mi familia está conformada por seis hermanos, tres varones y tres mujeres, Mirtha, Eduardo, Emanuel, (yo), Gabriela y Paula.  Mis padres, Nora del Valle Balmaceda y Diego Roberto López. De mi infancia puedo contar que fue muy feliz en el barrio Santa Rosa junto a amigos y a mis primos donde disfrutábamos del rio. Muchas veces salíamos a pescar y también colaboraba en la empresa López Hermanos Mayorista, que era de mis tíos y de mi padre. Allí trabajábamos todos, primos y hermanos.  Hacíamos el reparto local y por los alrededores, y así pude  conocer muchos lugares junto a mi padre, que me llevaba a trabajar y a viajes de compra de insumos. Creo tener los mejores recuerdos de esa empresa. Y en las vacaciones nos íbamos a las salinas, a los baños de Unquillo, que está como a 50 km. de la localidad de Quilino, hay aguas termales que tienen un alto poder terapéutico que proviene de la combinación del calor y la salinidad, allí pasábamos semanas enteras junto a mis hermanos disfrutando de la naturaleza. En eso mi viejo nos fue dando esa impronta, de estar en contacto con ese lugar mágico, y después de sostenerlo en el tiempo, amando lo natural.

¿De dónde surge esa idea de trabajar el abono orgánico? 

—Mi profesión es la de jardinero y productor de insumos orgánicos. Hace ya cinco años, recolectaba mucha materia prima de mis trabajos y decidí llevarlos a un campo de la familia que cuido y mantengo. Se me ocurrió entonces que habiendo tanta materia prima, incursionar en la realización de abono, por que no me parecía que se debía quemar o degradar en montañas y que terminen en un basural a cielo abierto. Y así comencé a hacer cursos y a prepararme para ver si se podía vender.  Gracias a Dios tuve buena aceptación en la ciudad y localidades de alrededores. Pero quiero también agregar que tuve la gracia de participar en el 2004 a una misión de los cascos azules en Haití y recuerdo que en ése país había grandes basurales y se depredaba la naturaleza. Esa experiencia en cierta forma, me ayudó a tomar conciencia ambiental, era muy impresionante ver pobreza más basura, en algún momento explota todo y a la basura no la podés controlar. Debemos ser agradecidos de lo que tenemos, pero si no lo cuidamos, nos superará.

¿Cómo llegaste a Haití?

—Yo era soldado voluntario en 1998 en Córdoba, estaba destinado en la IV Brigada Paracaidista, Compañia de Infanteria Paracaidista C "Curupaytí" una compañía nueva que se había formado a fines del 1996 y se disolvió en el 2018. Desde esa prestigiosa Compañía tuve la suerte junto a otros camaradas de ir a la misión de Haiti en el año 2004 denominada MINUSTAH (MIssion des Nations Unies pour la STAbilisation en Haïti) Fue la primera unidad de combate con soldados voluntarios en ir a una misión humanitaria orgánicamente fuera del país. Fuimos los primeros en estar en un país con un idioma diferente.

¿En qué consistía aquella misión?

—La misión básicamente era estabilizar nuestra zona de trabajo que fue Gonaïves, la zona mas golpeada por la pobreza, ésa fue nuestra tarea. Era nuestro "Chek point" (punto de control) y brindábamos el apoyo a las organizaciones humanitarias del mundo que ayudaban a ese país.

¿Recuerdas alguna anécdota, algo que te haya marcado?

—Si, la misión tomó otro rumbo cuando nos sorprendió el huracán Jeanne y allí fue mas intensa nuestra tarea, fue mas humanitaria por la devastación del país. Quiero decirte que mi mirada sobre la vida común cambió a partir de ahí, y nos cambio a muchos de los que participábamos... Aquellos integrantes de la Compañía Inf. Parac. C "Curupaytí", aún nos seguimos juntando cada 22 de septiembre, el día de la Compañía.

Amigo lector, sepa que Pablo, mañana se levantará temprano. Irá al campo a trabajar en su vocación, el abono orgánico. Es probable que nosotros estemos muy preocupados en nuestras diarias menudencias y, al acostarnos, no sabremos nada que habrá varias bolsas preparadas por "La Pandilla" (nombre de fantasía de su emprendimiento) para abonar la tierra que embellecerá nuestro jardín, nuestro patio, nuestras macetas. 

Volvamos a hoy, al ahora: Los abonos orgánicos, ¿son sustancias que están constituidas por desechos de origen animal y vegetal?

—Si, el abono es la degradación natural de los materiales orgánicos. Los desechos de la cocina y los de un jardín y el guano de los animales sirve para hacer abono. Nosotros, los de "La Pandilla" aceleramos ese proceso para acortar los tiempos de degradación. Para eso, controlamos las materias primas que se usan para así conseguir cosechar un buen producto que sea un insumo bien receptado por las plantas.

¿Qué aportan esta clase de abonos? 

—La importancia de los abonos es que renueva los nutrientes de la tierra y alimentan las plantas para que puedan crecer con mayor fluidez y tener los nutrientes beneficiarios para su vida.

Te cuento Pablo que, cuando yo vivía en Brasil, tuve la oportunidad de visitar un establecimiento que utilizaba la crianza y el manejo de las lombrices en cautiverio, así, ellos obtenían el famoso "humus de lombriz" ¿Te dedicas a eso también?

—Si, se llama vermicomposteras de lombrices rojas californianas.  También tengo lombrices, es el mejor abono natural que existe. Es más lenta la cosecha pero es muy bueno tanto como abono en tierra y foliar liquido, que se denomina lixiviado de lombriz.

¿Y qué es el abonamiento verde? 

—Es cuando se aporta a la tierra sustratos,  sirven para airear la tierra, para darle más cuerpo y así abonarla preparándola para una mejor siembra.

¿Nos podés explicar que es el compost y dónde se aplica?

—Es la degradación natural de los residuos orgánicos, rico en nutrientes y sirve para fertilizar la tierra, y su aplicación va directamente al suelo, a reponer la tierra de las macetas o del jardín como a grandes sembradíos también.

¿Cómo hacemos para obtener tus productos?

—En Facebook me pueden encontrar como Abono Orgánico. El nombre es largo Don Gato y su Pandilla, no lo acepta Facebook (Risas). Sino aquí, en Pellegrini 1356. Gato, es mi apodo de chico y lo uso de forma graciosa para darle un poco de humor a este emprendimiento sustentable.

¿Qué horario le dedicas a tu emprendimiento?

—El trabajo me requiere todo el día. Los fines de semana más aún, porque es cuando tengo más tiempo libre, durante la semana recolecto materia prima y los fines de semana trabajo allá.

¿Quién te ayuda? 

—Es mucha la gente que me ayuda, ellos son "la pandilla", mi hijo Franco y mucha gente que en mi vida me fue ayudando... Te cuento que a esa pandilla no la olvido jamás...

¿Qué esperas lograr con tu emprendimiento para la familia cruzdelejeña?

—Apunto a tratar de contribuir al cuidado de nuestra casa común, que es Cruz del Eje. Y que la gente se sume a realizar su propio compost con todos los residuos de su hogar y así comenzar a tener una conciencia ambiental, partiendo de la base de los residuos del hogar, la disposición inicial de los residuos.

Recorramos juntos el paisaje de la frase que nos dejó Pablo: "Apunto a tratar de contribuir al cuidado de nuestra casa común, que es Cruz del Eje". ¿Leyeron bien?

Ahora mando un mensaje para los pequeños bribones que están sentados en un escritorio provisto por el Estado y que se hacen los que no ven, ni escuchan nada. Nuestro invitado de hoy se llama Pablo Roberto López, anoten, sabe cómo usar una pala, sabe de la Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos y, de yapa, nos regala una última frase: "Sólo quiero visualizar el cuidado del Medio Ambiente en ésta, mi ciudad".

(Walter R. Quinteros / La Gaceta Liberal)