ASPIRO A SER DIPUTADO

HISTORIAS / 

Porque si yo ando en libertad, es que no hay justicia, señores

Por Roberto Arlt

Aspiro a ser diputado, porque aspiro a robar a lo grande y a acomodarme mejor. Cierto es que quiero robar, pero ¿quién no quiere robar? 

Mis camaradas también quieren robar, es cierto, pero no saben robar. Venderán al país por una bicoca, y eso es injusto. Yo venderé a mi patria, pero bien vendida. Yo remataré al país en cien mensualidades, de Ushuaia hasta el Chaco.

Para robar se necesitan determinadas condiciones que creo no tienen mis rivales. Ante todo se necesita ser un cínico perfecto, y yo lo soy, no lo duden señores.

En segundo término, se necesita ser un traidor, y yo también lo soy, señores. Saber venderse oportunamente, no desvergonzadamente, sino, evolutivamente. Y no sólo traficaré el Estado, sino que me acomodaré con comerciantes, con falsificadores de alimentos, con concesionarios, le regatearé el pienso al caballo del comisario y el bodrio al habitante de la cárcel, y carteles, impuestos a las moscas y a los perros, ladrillos y adoquines.

Y si ustedes son capaces de enumerarme una sola materia en la cual yo no sea capaz de robar, renuncio Ipso Facto a mi candidatura. Incluso, me propongo vender el Congreso e instalar un conventillo o casa de departamentos en el Palacio de Justicia, porque si yo ando en libertad, es que no hay justicia, señores.

(Escrito por Roberto Arlt / "Discurso que tendría éxito" / Aguafuertes Porteñas (año 1930) /
Ed. Ameba 1981 Obras Completas)

Comentarios