LA VIDA SOBRE LA ECONOMÍA, ESO SI, LA VACUNA MÁS BARATA

EDITORIAL / OPINIÓN

Confinados, acuartelados, recluidos y seguimos con los récords

Por Walter R. Quinteros

Hace unos días, el ministro Santiago Cafiero decía que: El Gobierno “optó por un mecanismo del 10% de las dosis por una evaluación de costo-beneficio y oportunidad”. “De haber sido una mayor cantidad de dosis, se debería haber anticipado mayor cantidad de dólares contra un contrato que no ofrecía, en ese momento, ninguna garantía respecto del plazo de entrega, vacunas a entregar y condiciones contractuales”.

En sus respuestas a preguntas que le hicieron los senadores nacionales, el funcionario estimó que “si se hubiera elegido cubrir un 20% de la población, se tendría que haber anticipado más de US$ 60 millones en aquel momento y la situación que tendríamos hoy sería igual a la actual”. “Fue una relación costo-beneficio más que oportuna”.

Pero recordemos a nuestro presidente con cara de "yonofui" decirnos a todos por televisión en marzo del año pasado que para justificar la necesidad de la cuarentena obligatoria, que "si el dilema es la economía o la vida", él "elige la vida", y que una vez que "la crisis sanitaria pase" verá "cómo ordenar la economía".

"Muchos me decían que iba a destruir la economía con la cuarentena. Si el dilema es la economía o la vida, yo elijo la vida. Después veremos cómo ordenar la economía. Elegí preservar la salud y la vida de la gente. Cuando la crisis de la salud pase, veremos cómo todo empieza a ordenarse", afirmaba.

Eso si, la vacuna, la más barata que consigamos, y en lo posible que venga del mejor amigo de la Argentina. ¿Se entiende eso ahora de "Costo-Beneficio"?

Para estar confinados, debiéramos tener un policía en la puerta, interpretando el diccionario, estamos acuartelados, porque si llevamos la ciudad a lo que sería un cuartel suena mejor, la guardia está en las puertas de la ciudad/cuartel. Estamos recluidos. No podemos salir, pero... El Ministerio de Salud de la Nación informó que, en las últimas 24 horas, se registraron 539 muertes y 30950 nuevos contagios de coronavirus, aún así.

Con estos datos, el total de infectados desde el inicio de la pandemia asciende a 3.915.397 y las víctimas fatales son  89.411. Hay 7.668 personas internadas en UTI hasta ayer.

Del total de ingresados a unidades UTI por coronavirus en todo el país, el 65% perdió la vida. Y de ellos, el 68% requirió asistencia respiratoria. Lamentables, dolorosas cifras.

El prestigioso economista Roberto Cachanovsky dice ayer en Infobae que a todos estos gastos de subsidios por hacer cuarentenas por no vacunar a tiempo, hay que agregarle la caída del PBI por día que implica cerrar la economía.

Claramente, no hay vacuna más cara que la que no se compra. Basta con ver los datos publicados por la Oficina de Presupuesto del Congreso lo caro que sale no comprar vacunas.

En efecto, para este año hay previsto un gasto destinado al COVID-19 de $164.591 millones de los cuales solo $43.000 millones están destinados a la compra de vacunas y traslados. El resto son planes sociales: IFE, AETP, Repro y una serie de subsidios por mantener inmovilizada la economía a fuerza de cuarentenas.

A todos estos gastos de subsidios por hacer cuarentenas por no vacunar a tiempo, hay que agregarle la caída del PBI por día que implica cerrar la economía, aproximadamente unos USD 1.000 millones diarios.

Si se interna a una persona en terapia intensiva por no haberla vacunado a tiempo, el costo promedio diarios en una clínica privada es de $37.000, más otros $60.000 por medicación, estudios y atención. O sea, casi $100.000 diarios, que traducidos a dólares al tipo de cambio oficial da USD 1.000 por día. Con eso se compran 50 vacunas de Pfizer por cada día de internación en una UTI.

Cuánto más gente se hubiese vacunado en tiempo y forma, menos costos de internación en UTI, tratamientos, caídas del PBI y subsidios por cuarentenas

Un contagiado de COVID sin estar en terapia intensiva, tiene un costo de $20.000 diarios, el equivalente a 10 vacunas Pfizer por día.

En definitiva, lo que más caro le ha salido a Argentina por no asegurarse la mayor cantidad de vacunas para frenar el COVID y no tener las 14 millones de dosis que se habían pactado con Pfizer, es el costo de no haberlas comprado.

Para este año hay previsto un gasto destinado al COVID-19 de $164.591 millones de los cuales solo $43.000 millones están destinados a la compra de vacunas y traslados

Cuánto más gente se hubiese vacunado en tiempo y forma, menos costos de internación en UTI, tratamientos, caídas del PBI y subsidios por cuarentenas. Y ni hablar de las pérdidas humanas: no hay cálculo económico que pueda estimar esas pérdidas. Cierra el economista.

Agrego un dato, el FMI le recomienda al gobierno: "Guarden los recibos"

Y el ministro Cafiero nos habla de costo/beneficio. De no creer.

Y el presidente nos decía en abril del año pasado y, ante el periodista Jorge Fontevecchia que: “De la muerte no se vuelve. En cambio, de los problemas económicos, sí. Siempre pongo el mismo ejemplo. El año anterior a que asumiéramos con Néstor en 2003, la economía había caído 11 puntos, 11% de caída del PBI, 57 puntos de pobreza, 25 puntos de desocupación, y volvimos. Todo eso se puede recuperar, lo que no puedo recuperar es una vida. No dudé, porque además es una falsa dicotomía, un dilema falso”.

Y aseguraba que: "No podría vivir en paz sabiendo que ocurren muertes evitables por no tomar las medidas necesarias frente a la pandemia". 

“No quiero pensar qué sería de mi conciencia si dejara que murieran 40 mil personas. No duermo más, no vivo más en paz. Eso no fue nunca un dilema, nunca dudé de eso”, afirmaba.

¿Vivirá en paz? ¿Qué será de su conciencia? ¿Cuánto vale la vida de un argentino?

Costo beneficio, que le dicen.

(Walter R. Quinteros / La Gaceta Liberal)


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