CRUZ DEL EJE: RECLAMO FRENTE A TRIBUNALES POR CHANANO

LOCALES / SOCIEDAD

Hoy se congregaron familiares, amigos y vecinos, para pedir avances en la investigación por la dudosa muerte de "Chanano" Luna

Por Walter R. Quinteros

Lo estaban buscando, casa por casa, en los vecinos, en los amigos, en todo el barrio y más allá. "Chanano" Luna no aparecía, y aquella primera preocupación por no encontrarlo, le dio paso a la angustia de todo un barrio. Chanano no está, no aparece.

Al final del día 31 de mayo, le dijeron a don Domingo Miguel Luna, que querían hablar con él de la Fiscalía. La resignación que agobiaba a un padre, que tanto había buscado a su hijo, llegaba a través de una noticia del Poder Judicial. Chanano fue encontrado muerto.

Los medios locales lanzaron sus crónicas el 1 de junio sobre el hallazgo del cuerpo sin vida en un canal de riego del paraje San Isidro, en el Departamento Cruz del Eje. 

Decían que un repartidor de agua de la Secretaría de Recursos Hídricos, que pasaba por el lugar, fue el que denunció a la policía el hecho, lo hizo tras encontrar el cuerpo a unos 200 metros del camino público que une la RA175 con la RA185, en el canal maestro de riego.

Se dispuso entonces llevar el cuerpo a la ciudad de Córdoba, para que se le practique la autopsia correspondiente. 

Eduardo "Chanano" Luna tenía 35 años —me cuenta su padre—, un hombre de caminar pausado que tiene todo el dolor encima y que solo busca respuestas sinceras, certeras, y rodeado por más de setenta personas entre familiares y vecinos que se congregaron frente a Tribunales de Cruz del Eje, para pedir justicia.

Su hermano Darío Daniel me cuenta que Chanano, tal como todos lo conocían, "era un chico discapacitado, que tenía síndrome de Down, muy querido, querido por la gente del barrio y también por todo Cruz del Eje, era un chico muy bueno que no molestaba a nadie, no se alejaba, no se iba a ningún lado". 

¿En medio de este dolor, vienen a pedir justicia y si hay avances en la investigación?

—Si, estamos aquí, frente a Tribunales para saber cómo va la investigación, por que él no se iba con nadie, probablemente el que lo llevó era un conocido, porque el no subía con nadie, menos con un desconocido, y el que lo llevó, tiene que pagar las consecuencias de lo que le hizo a mi hermano.

¿Ustedes sospechan de alguien?

—No, hasta el momento, no.

¿Tu hermano tenía estudios, iba o fue a alguna escuela?

—Si, fue a una escuela diferencial donde hizo todo el primario y con muy buenas notas.

¿Qué recuerdas de ése último día con ustedes?

—Como todos los días, se tomó el té, él tomaba té, después, como todo un niño que era, salió con su gomerita, jugaba así...

¿Cuándo notaron su ausencia?

—Yo salí a buscarlo el sábado a la noche —me dice don Domingo Miguel—, pensando que estaba en alguna casa por ahí, anduve por todos lados y tuve que avisar a la policía. Después la policía volvió, me hicieron sentar y me dieron un vaso con agua, les pregunté que es lo que pasaba, y me dieron la noticia.

¿Quiénes ayudaron en la búsqueda?

—Casi todo Cruz del Eje, lo buscamos por todos los lugares donde él siempre se iba —agrega Micaela, una sobrina que lleva puesta remera blanca con la foto de Chanano—,  Cuando nos dieron la noticia, de repente todo se vino abajo, fue un día gris, un día muy triste para todos los que lo buscábamos.

¿La Justicia entonces no los tiene informados en cuanto a algunos resultados?

—No, por eso venimos a pedir que alguien salga, que alguien de la cara y nos diga cómo va todo, que esto no quede en el olvido. Y aquel que lo llevó que hable, porque nosotros no vamos a parar hasta que se haga justicia. Señaló Micaela.

El bueno de "Chanano" se levantó aquel día aciago, desayunó su tecito con pan, tomó su gomera como todos los días y salió, con toda su inocencia encima, con una carga invisible de sueños que nosotros no sabemos distinguir. Nunca más nadie del barrio lo vio.

Está en manos de los investigadores dar respuesta a las preguntas que ellos mismos se deben formular: ¿A qué hora? ¿Quién lo llevó? ¿En qué lo llevó? ¿Por qué apareció su cuerpo tan lejos de su casa? ¿Qué control falló? 

Y nosotros como sociedad, ¿en qué fallamos?

Duele pensar en los últimos minutos con vida de Eduardo "Chanano" Luna, el pibe bueno que viajaba en el trencito celestial que lleva las almitas al cielo, mientras todo el barrio lo buscaba por aquí.

Duele ver los rostros de la gente que tanto lo quería, pidiendo justicia en las puertas de Tribunales. Y a su padre, que camina arrastrando su tristeza y con los ojos llenos de sigilosas lágrimas que le brotan como tenues destellos.

Y bajo este cielo color gris, créame amigo lector, el dolor se hace mucho más profundo.

(Walter R. Quinteros / La Gaceta Liberal / Cruz del Eje Foto: Néstor Ponce)
 

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