VIEJAS MAÑAS: ESPEJITOS DE COLORES POR VOTOS

POLÍTICA / OPINIÓN

De Colón a Mariel Fernandez



Por Gustavo Ladelfa

Un nuevo oasis seco en el desierto te presenta el oficialismo Evitista, en marcha directa hacia las elecciones de medio término de este año. El anuncio de la construcción de alcaidías y penales en la provincia de Buenos Aires, con fondos controlados por Naciones Unidas (o sea no pueden manosearlos), fue presentada con bombos y platillos con la presencia del Ministro de Justicia Julio Alak a fines del año pasado.

Seis meses después el Gobierno de Axel Kicillof ni siquiera ha hecho efectiva la compra de los terrenos del Vergel en Cuartel V; traspasados al fisco a través de la figura de la expropiación por utilidad pública.

Nadie escapa a la trágica realidad que vive el país en materia de inseguridad, que sobrecarga de trabajo a las fuerzas policiales y a la justicia. En ese sentido Moreno no es la excepción, con una cifra estimada en el millón de habitantes con índices elevadísimos de pobreza y desocupación desde la crisis del 2001; producto del estímulo del ex Intendente Mariano West y sus secuaces con el ruin propósito de elevar la cifra de votantes año a año.

La situación salta al tapete a raíz de la solicitud desesperada del ejecutivo local de descomprimir las celdas de las comisarias del distrito, superpobladas con más 200 detenidos permanentes en las ocho dependencias del distrito.

El manejo de la crisis del alojamiento carcelario es endémico y se profundizo bajo los 8 años de la gestión de Daniel Scioli; en donde se desmadro por completo la delincuencia agregada a la inacción civil sobre la verticalidad de la policía de la Provincia de Buenos Aires. La bomba le explota a la ex Gobernadora María Eugenia Vidal, que asume con una serie de motines e intenta un reordenamiento y saneamiento del sistema penitenciario, pero que finalmente decide retrasar la construcción de carceles. Sin dudas un yerro garrafal en materia de administración de la cosa pública, más emparentado con una medida demagógica y especulativa, que con una seria decisión de acabar con el problema.

Y es en este juego de la silla, que le toca a Kicillof resolver sobre la cuestión sobre la cual la Corte Suprema de Justicia volvió a expedirse nuevamente; la necesidad de resolver presurosamente la situación de hacinamientos en los penales de la República Argentina. Justo a un gobierno de tinte comunista (de la boca para afuera), que impulso desde su comienzo la suelta indiscriminada de detenidos que finalizo con la liberación de 4.500 presos so pretexto de la pandemia (muchos de ellos profugados).

De esta manera el Gobernador bonaerense no tuvo más remedio que cuasi decretar la edificación de alcaidías y penales en el corredor oeste/sur de la provincia. En esta repartija a la localidad de Moreno le tocaría en suerte uno de cada uno. La alcaidía diseñada para unas 300 plazas, no cubriría las necesidades mínimas indispensables de la ciudad, azotada por la delincuencia; producto del pillaje menor, entraderas, salideras y en la modalidad motochorros, pero también de narcotráfico, desarmaderos y trata de personas.

La medida gubernamental no fue bien asimilada en el seno del Frente de todos, mucho menos en la pata peronista que todavía pone el pecho a los dislates de los Fernández. El revuelo de la novedad no duro demasiado; propios y extraños saben que, si el oficialismo pierde las elecciones de medio término, la intención quedara en el terreno de las fantasías; tal como fuera el tren bala, el polo cinematográfico de la isla Demarchi y otros bolazos kirchneristas.

A modo de demostración de algún tipo de éxito en cuestión de seguridad, Mariel Fernández decide elevar un Director de área a la Secretaria en cuestión. Se trata del sociólogo de izquierda Juan Manuel Ciucio Flores, extraído de La Matanza, sin ninguna experiencia o formación en la materia. Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo parafraseaba Albert Einstein, al emprender el difícil camino del cambio.

La situación del conurbano profundo sur/oeste es terminal y la única manera de descomprimir la región es la estimulación de la migración de por lo menos siete millones de habitantes a sus lugares de origen o a zonas despobladas del país. O sea, la acción contraria de lo que se vino desarrollando hasta aquí. Eso llevara a que Ciucio y otros teóricos de cafetín, se dediquen a sus verdaderos quehaceres y dejen de poner la atención en las consecuencias en vez de atender las causas.

(© Tribuna de Periodistas)

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