MARCELO ACOSTA, CRUZDELEJEÑO

CULTURA / ENTREVISTAS / HISTORIAS

Me duele mi Cruz del Eje

Por Walter R. Quinteros

En aquel barrio, el Santa Rosa, el de casitas bajas y calles de tierra, el de gente trabajadora, de bolsillos pequeños pero dueños de grandes sueños, donde lo primero y primordial era la convivencia entre familias, vecinos y amigos, ahí nació en 1962, un niño al que sus padres llamaron Marcelo.

Quizás, entre todo aquel bullicio de niños jugando a la pelota, elevando barriletes al viento, haciendo girar trompos, cambiando figuritas para llenar los álbumes "Fulbito" en los recreos de la escuela Marcos Sastre, de los entreveros callejeros de siestas largas, en aquel barrio, nadie imaginaba que el niño que ya jugaba a ser locutor, iba a trascender en Cruz del Eje como la voz más escuchada y respetada de esta ciudad.

Por estos días, desde su programa "Entre Mate y Mate" por una emisora local y, según las encuestas realizadas por La Gaceta liberal, media ciudad se paraliza de 17 a 20 horas, para escucharlo en sus editoriales que contienen un alto valor desde lo periodístico, desde su certera y perspicaz opinión y, que  se convierte en algo así como la voz del vecino, hoy por hoy tan desprotegido, tan dejado a las buenas por este arco político que parece deambular alejado de toda sensibilidad ciudadana.

Así, Marcelo Acosta lleva al oyente al análisis de la situación, tanto política como de interés general para el ciudadano.

 ¿Me podés contar quién es el Marcelo Acosta de la radio?

—Es un tipo simple que le pone a todo lo que hace, el corazón, la honestidad heredada y la responsabilidad que me da saber que estoy al frente de un micrófono. Me debo al oyente y el oyente tiene su corazoncito, su lealtad a su creencia, a su partido político. De allí, aplico el criterio, la mesura necesaria para informar, para destacar algo, para opinar. Tengo muy en claro la función del comunicador y cómo impacta en nuestra sociedad.

¿Cuándo surge tu amor por la radio?

—Creo que desde que nací, siempre jugué a ser locutor y siempre escuché radio y me decía que algún día yo tenía que habitar ese mundo mágico. Y Dios, siempre Dios, a quién todo le debemos, me dio la bendición de cumplir mi sueño. 

Hemos notado, a través de una encuesta, que tu programa tiene una gran audiencia ¿Existe algún método, norma, o manual de instrucciones para escuchar a Marcelo Acosta?

—Primero dije que soy un tipo simple, tal vez debí haber dicho humilde. Creo que pasa por la humildad, si bien yo conduzco el programa, me acompaña el oyente ¡Qué sería de nosotros sin los oyentes! Y, bueno me alegra muchísimo, me emociona esto de la encuesta que han hecho, aunque no quisiera enterarme de los parámetros que han utilizado, me animo a decirles que el oyente tiene su espacio, como lo tienen los colaboradores, ese equipo maravilloso que con sus noticias de primera mano, con sus historias, con sus opiniones, brindan un aporte que es valiosísimo y otra, la selección musical, a esa hora del mate hay que agregarle música y, la música debe ser un elemento que nos reúna a todos, tanto familiares como amigos o compañeros de trabajo. 

O sea ¿No existe una regla general que diga o nos indique por qué se escucha a la tarde a Marcelo Acosta?

—No me amino a decir que haya un manual de instrucciones, no creo estar a la altura para decir como escucharme. Solo pido que enciendan la radio y que me perdonen los errores. Solo eso. Pero me conforma y entusiasma saber que están.

Como hombre de radio ¿Qué lugar crees que ocupa la radio en los hogares?

—A pesar de los avances tecnológicos que, para bien de la humanidad han surgido y surgirán, la radio ocupa un lugar primordial, porque entiendo que la radio primero debe informar y luego entretener, siempre con responsabilidad. Considero que un oyente bien informado es igual a un ciudadano bien comprometido con su pueblo.

Los políticos te escapan, más que nada a tus preguntas...

—Es que me duele mi Cruz del Eje, me duele la falta de políticas que se adecuen, a esta mi ciudad, me duele verlos sin plan de trabajo, distorsionando nuestra realidad, desde los pocos minutos que los concejales le dedican a sesionar, hasta los funcionarios que los ves y no sabés para qué están. Creo que hay algunos que no entienden su rol, que no asumen que fueron elegidos para representarnos. Fijate una cosa ¿Qué ha pasado para que sólo haya algunas pocas industrias? Me duele mi Cruz del Eje...

Entre otras cosas me enteré que fuiste Maestro de Ceremonias en Festivales de la provincia.

—Si, como te dije, valoro mucho a quienes se fijaron en mi voluntad por hacer las cosas bien, yo siempre puse lo mío, y lo mío es dejar el alma en las cosas que hago. Digo siempre que detrás de un micrófono me siento pleno, íntegro, auténtico y comprometido.

Unas horas antes de que se instale al frente del micrófono, Marcelo Acosta —lo vemos—prepara el contenido de su programa, revisa las noticias, les da el orden de prioridad, llama a quienes entrevistará, coordina con el resto de los integrantes los temas a tratar, no se le escapa la música que irá programada, ni el estado del tiempo, ni el pronóstico. Está en todos los detalles. Estamos ante un profesional.

Cuando eras niño, soñabas con ser locutor, ahora sos el locutor de la tarde mejor calificado de Cruz del Eje... ¿Qué ha cambiado de aquel Marcelito a este señor Marcelo?

—Qué pregunta jodida, déjame recordar, aquel Marcelito era un niño muy feliz, muy pero muy feliz, un chico extrovertido, travieso, pero por sobre todas las cosas, muy obediente con sus mayores y sus "manuales de instrucciones", como decís vos. Y ahora, este Marcelo de ahora, te diría que este Marcelo sigue igual. No he cambiado en nada.

(Walter R. Quinteros / La Gaceta Liberal / Fotos: Facebook / Néstor M Ponce)