CULTURA /
Presentamos un poema de A. E. Quintero
Amaneció sin saber
de qué color es el amarillo,
o cuál es su dirección;
o si amarillo es el nombre de algún hueso que duele
o de algún hijo.
Fue olvidando las cosas
que lo sentían cerca.
Luego olvidó como ir al baño.
Y podría hacer una lista,
llenar una libreta, un cuaderno de notas, una receta médica
de todas las cosas que lastiman.
Pero el Alzheimer es un dolor cansado,
un cansancio que duele, un agotamiento de estar pendiente, de seguirlo,
de no poder hacer nada.
A veces él hablaba en otra lengua
o eso parecía; otras veces
hablaba cosas poéticas
porque decía una palabra por otra
y perro significaba ventana, significaba niño,
significaba mañana o silla; y él no se daba por enterado.
Era como vivir en la Edad Media
y acudir a remedios. Hacerlo fumar porque nos dijeron que el cigarro
borra del pizarrón cerebral
el Alzheimer,
y ésta su traba de letras.
Pero él nunca supo fumar; y nunca quiso.
Al principio todo el mundo, toda la familia, quería estar cerca.
Al final de su vida, en los últimos años
ya no sabíamos si ese señor era un hombre
o si era sólo una parte de la casa.
La parte
más sola de la casa.
de qué color es el amarillo,
o cuál es su dirección;
o si amarillo es el nombre de algún hueso que duele
o de algún hijo.
Fue olvidando las cosas
que lo sentían cerca.
Luego olvidó como ir al baño.
Y podría hacer una lista,
llenar una libreta, un cuaderno de notas, una receta médica
de todas las cosas que lastiman.
Pero el Alzheimer es un dolor cansado,
un cansancio que duele, un agotamiento de estar pendiente, de seguirlo,
de no poder hacer nada.
A veces él hablaba en otra lengua
o eso parecía; otras veces
hablaba cosas poéticas
porque decía una palabra por otra
y perro significaba ventana, significaba niño,
significaba mañana o silla; y él no se daba por enterado.
Era como vivir en la Edad Media
y acudir a remedios. Hacerlo fumar porque nos dijeron que el cigarro
borra del pizarrón cerebral
el Alzheimer,
y ésta su traba de letras.
Pero él nunca supo fumar; y nunca quiso.
Al principio todo el mundo, toda la familia, quería estar cerca.
Al final de su vida, en los últimos años
ya no sabíamos si ese señor era un hombre
o si era sólo una parte de la casa.
La parte
más sola de la casa.
Nació en Culiacán, Sinaloa en 1969 y radica en el Distrito Federal. Es Licenciado en Lengua y Literaturas Hispánicas por la Universidad Nacional Autónoma de México. Estudió el doctorado en Teoría de la Literatura en la Universidad Autónoma Metropolitana. En 1996 ganó el Premio Nacional de Poesía Enriqueta Ochoa por el poemario Los postigos del verano.
En el año 2011 obtuvo el Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes con el Poemario Cuenta regresiva. Su libro La telenovela de las cuatro no se detendrá porque alguien logró matarse fue seleccionado como mejor libro de poesía del 2014 en La Feria del Libro Independiente de la AEMI.
(Fuente: Porque a veces el corazón se siente como ir montado en un caballo. Poesía reunida 1996-2019, México, Editorial De otro tipo, 2019 / Foto ilustrativa: sanitas.es).
Por Redacción Cultura de La Gaceta Liberal
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