CRUZ DEL EJE: AROMA A SOSPECHAS Y MENTIRAS

OPINIÓN / EDITORIAL

Perfuman a nuestros funcionarios

Por Walter R. Quinteros

En este Cruz del Eje, puede encontrar usted, un montón de señores. No serán tipos lindos, tal vez tengan muy poco humor, pero le hablarán pausado y lo mirarán a los ojos. 

Ellos, suelen tomar un café con sus amigos y conocidos, los he visto. Saludan dando la mano con cierta firmeza. 

Quizás nos parezcan pocos elegantes en su forma de vestir, pero lo hacen con toda la dignidad, pues se ubican a la altura de quien les habla y lo saben escuchar con atención.

Es probable que no tengan títulos, ni universitarios ni secundarios y que, como todo mortal que conozco, tengan un muerto escondido en el placard. Pero eso es harina de otro costal.

Al lado de nuestros funcionarios municipales ostentan largamente el título de "señores".

Tengo el inmenso honor de reunirme con muchos de ellos, algunos en la calle Mitre, o en el bar de la esquina de Rivadavia, o en el bar de mitad de cuadra aquí, al frente de la Redacción, o cerca del glorioso Instituto de Tráfico, o en la carpintería donde funciona el "Club Social Nosotros Los Muchachos". 

Es que ninguno de ellos estuvo "metido" en la política.

Entonces no hay motivo para mentir, no habrá nada falaz en sus dichos.

Puedo decir que son poseedores de un cierto "señorío", porque ellos razonan ante las pasiones, y me siento un amigo más y los amigos, son personas extremadamente confidentes.

Por eso, y ante las barbaridades cometidas por nuestros funcionarios e intendente y, públicamente expuestas por quiénes somos dueños de opinar sin temor a la "pautadependencia" oficial de algunos medios, digo que tengo la espalda suficiente para preguntar:

¿Qué político, funcionario actual, me puede increpar diciéndome que él es un señor?

Ninguno. Ninguno sino, ya hubiese tenido un último atisbo de dignidad y hubiese renunciado.

¿Qué pasó en esta ciudad que la llenamos de políticos a los que no podemos llamarlos de "señores" y, sólo en  algunos casos por un simple acto protocolar?

¿Dónde y cuándo hemos perdido a esa gente decente y empezamos a elegir, para que rijan el destino de la ciudad, gente que huele un fétido aroma a sospechas y mentiras?

¿Qué nos ha llevado a votar a esta gente que ha demostrado ausencias de dignidad?

¿Qué nos ha llevado a votar gente que son incapaces de asumir su propia incapacidad?

¿Y qué ha pasado con eso de pedirles la declaración jurada de sus bienes cuando asumieron y compararlos al día de  hoy?

Y... ¿Cuánto tiempo hace que pasa eso?

Nos preguntamos en muchísimas ocasiones, los señores reunidos en distintas mesas de distintos bares y otros puntos de buena fama que, cómo es posible que Cruz del Eje, se dirija sin prisa pero sin pausa al abismo de las ciudades rotas, al desorden de sus calles y, busque desesperadamente un poco de aire entre la basura que nos asfixia.

El lapidario informe de ayer del Dr. Pablo Olmos en su página, sobre la Oficina de Turismo en la rotonda de la ruta 38, más los informes uno tras otro de quien esto escribe en este diario, con cuarentena o sin ella, más las editoriales del periodista y locutor Marcelo Acosta, ya hablan de claros hechos de corrupción que nunca fueron refutados. Por ninguno.

Por eso huelen a sospechas y a mentiras. No son creíbles. Se han enriquecido. Han negociado sólo para sus bolsillos. Le han dado la espalda a la gente que los votó. Malversaron nuestro dinero.

Pero no hacemos nada. "Quédate en casa", "usa el barbijo", "no te metás".

Y hasta en su informe el Dr. Olmos señala que en la Justicia le contestaron: "Que todas estas denuncias que realiza es porque no pudo ganar en las urnas". 

Dicho comentario, habla de la desquiciada necedad del dueño/a de la respuesta formulada a su denuncia.

De ser así, quién eso le haya contestado, huele igual. Tiene el mismo tufillo. Carece de fundamentos para cumplir con la tarea por la cual percibe su salario.

Mienten, habla el intendente de "mejorar la calidad de vida de los vecinos", de "sigamos avanzando", y no muestra un miserable papel. Una miserable obra de que eso sea así. 

Eso si, sabemos todos y sin temor a equivocarnos, que su "calidad de vida es lo único que sigue avanzando".

Estos funcionarios son los dueños absolutos de las falsas promesas, de extraños y turbios acuerdos, de desbaratar cualquier cauteloso proyecto de la oposición, de fomentar la perversidad de no escuchar ni atender, de ser personas atarvanas que finalmente, se llevarán como recuerdo por su paso, como integrantes de esta miserable gestión, el repudio generalizado que puedan brindar los testigos de su perfidia permanente y voraz.

Serán los portadores de la pesada carga de saber, que nadie más les llamará de "señor", ni por simple educación. Se merecen, porque se lo han ganado, el mayor de los desprecios.

Pero lo insólito, según el informe del Dr. Pablo Olmos publicado en nuestra página ayer, es que tenemos integrantes de la Justicia que los benefician y les permiten seguir gobernando a pesar de las pruebas en su contra. 

¿Qué hay detrás de eso?

Esa bravuconería que evidencian, hace que de una vez por todas, pidamos que aparezca un "señor o señora" con todas las letras, como dice el diccionario: “señor” como "Persona respetable que muestra dignidad en su comportamiento", para que cambie el rumbo adónde nos llevan.

Porque estos "funcionarios" y el intendente que tenemos, han tomado de rehén a nuestra ciudad, y no podemos seguir viéndola hundirse en las pestilencias de semejante mediocridad.

(La Gaceta Liberal)

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