SENCILLAMENTE, UN DESASTRE

OPINIÓN / POLÍTICA 

Otra vez haciendo el ridículo. En este caso, de exportación

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Por Sergio O. Zenklusen

Alberto Fernández debería quedarse en la Argentina, antes de hacer el ridículo en México. Expresó varias estupideces juntas frente a la presencia del propio AMLO, quien evidentemente se incomodó por lo que tenía que escuchar.

La vacunación tan deliberada como discrecional de personas que no estaban dentro de las prioridades de vacunación, máxime con la escasísima cantidad de dosis que llegaron al país, estaba destinada a no pasar de los corrillos propios de chusmerío. 

La alcahueteada de Verbitsky más la confirmación de otros casos, comenzó a develar toda una trama de vacunación paralela, llena de privilegios. Nada raro para una gestión que convive con la corrupción.

Cuando el escándalo tomó fuerza, al presiente Fernández no le quedó otra que echar al ministro de Salud. Pero que quede en claro: Ginés González García se va porque el desmadre tomó estado público; si no hubiera sido así, nada hubiese sucedido y el ahora eyectado funcionario seguiría impulsando arbitrariedades con las vacunas, seguramente por órdenes superiores.

Mucha hipocresía en este gobierno. Esto es muy palpable. Ahora Alberto Fernández luce desencajado y hasta provocador, simplemente porque tuvo que echar a Ginés y porque este dislate sanitario le está acarreando la peor crisis en su corto mandato, que ya venía con magullones de todo tipo. Además, para la lógica propia del peronismo, tener que poner a disposición la cabeza de un ministro para tapar toda una trama que supera claramente la órbita de Salud, es muy reprochable. Es como entregar a las “fieras” a alguien del palo.

Alberto Fernández está desencajado porque ahora investiga la justicia un hecho que podría derivar en daños aún mayores para su agonizante gestión. Está preocupado porque los números de popularidad de su gobierno no paran de caer hasta niveles impensados unos meses atrás. Fue así que salió a criticar a todo lo que se le cruzó, teniendo a Macri y hasta a la tragedia del ARA San Juan como objetivo de sus críticas. Se equivocó feo, como siempre. Encima lo hizo en México en un sitio totalmente fuera de toda consideración.

Está muy mal el Presidente y se nota demasiado. Sabe que la gestión es un enorme fracaso y que ahora viene otro: no tener vacunas para seguir formateando el pedorro relato que siempre buscaron imponer, con la excusa de una preocupación oficial por la pandemia. Cuando esta gestión tuvo la oportunidad de mostrar un irrestricto respetar a un protocolo de prioridades, no hizo otra cosa que establecer un sistema paralelo para generar vacunados privilegiados a costa de otros ciudadanos que esperan por sus dosis porque están dentro de los grupos de riesgo.

(Revista Palpitar)

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