¡ESCÁNDALO! GOBERNADOR PIDE FAVORES SEXUALES PARA DAR TRABAJO

POLÍTICA / SOCIEDAD

Qué dice el acta de la declaración del trabajador que denunció al gobernador de Tierra del Fuego por presunto abuso sexual


Gustavo Melella, gobernador de Tierra del Fuego, enfrenta una investigación por presunto acoso y abuso sexual.

Por Mariel Fitz Patrick

Infobae reveló ayer que uno de los tres obreros de la construcción que denunciaron al gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, por haberles pedido favores sexuales a cambio de trabajo en obras municipales cuando era intendente de Río Grande, ratificó bajo juramento lo que había declarado originalmente ante la Justicia.

Por esta denuncia, el mandatario fueguino está imputado de abuso sexual desde 2018, aunque la causa no tuvo mayores avances en manos del juez Raúl Sahade, quien de hecho, hasta ahora, nunca lo llamó a indagatoria. Sin embargo, el expediente pareció reactivarse hace algunos meses, cuando el magistrado comenzó a ser investigado en el Consejo de la Magistratura fueguino por haber supuestamente intentado cobrar dinero para “arreglar” una sentencia en otra causa.

Melella siempre negó las acusaciones de acoso y abuso sexual relatadas por los tres obreros ante la Justicia, y ampliadas a Infobae. Alfredo Suasnabar, Damián Rivas y Mario Lovera buscaban trabajo en la obra pública municipal y terminar de cobrar unas mejoras que habían hecho en un predio para la intendencia de Río Grande.

El hoy gobernador fueguino -que compitió por Concertación FORJA para conducir la provincia, y desde el triunfo de Alberto Fernández está alineado con el Frente de Todos - le dijo a Infobae poco después de ganar las elecciones en 2019, que la denuncia obedecía a una “campaña política”. Sin nombrarla, aludió a que buscaban ensuciarlo en la disputa que tenía con su antecesora, Rosana Bertone.

Suasnabar, peón de la construcción de 55 años, oriundo de Tucumán y origen muy humilde, le contó a este medio lo que relató en su declaración testimonial el jueves pasado ante el juez Sahade. Dio detalles de lo que dijo haber vivido cuando el entonces intendente de Río Grande lo citó a su departamento con la promesa de conseguirle un empleo y pagarle un dinero pendiente de un trabajo anterior que había hecho para el Municipio. En esa oportunidad, lo sometió -según su relato- a una situación de sexo oral forzado.

Al terminar su declaración testimonial, bajo juramento de decir la verdad, el abogado del gobernador, Francisco Ibarra, le solicitó al juez Sahade que no se difundiera su contenido a los medios, y el magistrado así lo dispuso. Según le dijo Ibarra a Infobae, fue “para evitar la revictimización de los denunciantes, por tratarse de un juicio de abuso sexual, independientemente de quién sea el denunciante y el denunciado”.

El abogado de Suasnabar, Francisco “Paco” Giménez -quien también representa a los otros dos obreros que denunciaron a Melella-, no estuvo de acuerdo en mantenerla en reserva, y le dijo a este medio que el objetivo era “proteger a Melella, equiparando su honor al de la víctima”.

Infobae accedió en exclusiva al acta judicial de la declaración completa y consultó al propio Suasnabar y a su abogado si permitían su difusión. Ambos dieron su consentimiento para que se conozca.

“No tengo problema, porque esto lo hice para incentivar a otros hombres a que no se callen. No quiero que le pase a otro que necesita trabajo, lo que me pasó a mí con Melella. No me quiero callar, eso fue lo que le dije al juez”, le dijo a esta cronista cuando lo consultó.


Alfredo Suasnabar, uno de los denunciantes de Gustavo Melella, cuyo testimonio compromete al actual gobernador de Tierra del Fuego (Lihueel Althabe)

En la audiencia estuvieron presentes, además del juez Sahade, los letrados Giménez e Ibarra, la fiscal subrogante Verónica Marchisio -que reemplaza al fiscal general Guillermo Quadrini que impulsó la investigación y juró en diciembre como Juez de Cámara ante el Tribunal Oral Federal de Tierra del Fuego y el abogado de Patagonia Construcciones SRL, José Pellegrino.

Patagonia es una de las firmas investigadas en este expediente por presuntas irregularidades en la obra pública de Río Grande, cuando Melella era intendente. Fue en la investigación original sobre estas maniobras, que Suasnabar -junto a Rivas y Lovera- denunció la situación de abuso sexual que dijo haber vivido por parte de Melella cuando intentaba conseguir trabajo en la obra pública municipal.

Infobae publica hoy entera en exclusiva su declaración testimonial, y reproduce a continuación algunos de los textuales más relevantes. Casi todas las veces que Suasnabar se refiere a Melella, lo menciona como “el señor Melella”, por la imagen de autoridad que como intendente le infundía.

“Entonces, me dijo Melella que me podía dar una mano para ayudarme y poder trabajar y me pidió el número de teléfono, a lo que yo se lo di, y nos fuimos. Pasados unos días, Melella me llamó preguntándome si me habían llamado para solucionar mi problema y yo le dije que no, que nadie me llamó. Entonces él me preguntó si yo aceptaba tener ‘un novio casual’, y me dijo que si yo aceptaba yo iba a estar bien, entonces yo le pregunté si me estaba hablando en serio, y me contestó que sí. Le volví a preguntar si le gustaban las mujeres o los hombres, y él me dijo que le gustaban los hombres, y me dijo que el trabajo iba a ser nuestro, y después cortamos”. El “problema” que tenía Suasnabar era que había dejado de pagar el monotributo y no podía ser contratado como proveedor de la Municipalidad. A Melella lo conoció a través de Rivas, en busca de trabajo en una obra de la Municipalidad.

“Ahí el señor empezó a mandarme mensajes atroces, tales como que me quería chupar, que quería ‘que me la pongas’ y cosas por el estilo. Yo algunos mensajes le respondí que no moleste más, y los borraba”.

Luego, la fiscal Marchisio le pidió que describiera “con la mayor precisión y los más claro posible, tanto su posición como la del Sr. Melella, en el momento del hecho descrito en el sillón”, cuando estaban en el departamento del entonces intendente, donde lo había citado a Suasnabar con la promesa de un trabajo.

“Yo estaba sentado en una posición normal, en un sofá, uno grande como para tres personas más o menos, que estaba afirmado contra una de las paredes. Entonces el Sr Melella se sentó a mi lado. Seguidamente (se) paró frente a mí, apoyando su codo a la altura media de mi cuello, que inclusive me costó una semana y media recuperarme, porque quedé dolorido de la fuerza que hice en ese momento mientras trataba de sacar su brazo de mi cuello. Una vez que safé (sic), es decir que logré sacar su codo de mi cuello, ya ahí lo empujé, y ocurrió lo que ya relaté anteriormente”.

A continuación, Suasnabar “procedió a demostrar cómo fue la escena descripta sentándose en una silla, a fin de que los comparecientes observen de manera gráfica como ocurrió el hecho relatado”.

Fue Suasnabar -según le contó a Infobae- quien les pidió hacer esa demostración. “Hubo un señor más veterano, muy amable, que me dijo que se ofrecía para representar la situación. Lo senté en la posición en que había estado yo, y yo hice lo que había hecho Melella conmigo esa vez. Y pudieron ver cómo era que había pasado. Al demostrarlo, me creyeron”, le dijo a esta cronista.

Suasnabar detalló también ante el juez cómo fue -siempre según su declaración testimonial bajo juramento- que Melella lo invitó a su casa, pese a que él le había pedido verlo en la oficina.

“Luego, pasado el tiempo, en el mes de enero del año 2018, no recuerdo pero fue los primeros días, que me mandó un mensaje Melella, diciéndome que quería verme, que tenía un trabajo y tenía la plata para pagarme. Entonces yo le pregunté si no era mejor en su oficina, pero me dijo que no, que para agilizar las cosas que no, y yo en ese momento no podía, era un día sábado, y le dije que para el otro día (domingo) iba a estar desocupado, entonces acordamos el horario, que no recuerdo bien pero creo que fue a las 16 o las 17 horas. Fui a la calle Anadon (NDR: el número de la casa de Melella), primer piso. Cuando llego ese domingo subo y cuando voy subiendo veo las cámaras, y pensé que estábamos seguros porque había cámaras de seguridad. Melella me abre me saluda, y me hace sentar en un sofá. Yo me senté y me relajé, y él frotando las manos me dice si quería tomar algo, yo le digo que no. Me ofreció jugo y gaseosa pero le dije que no. Yo le dije que tenía apuro y que están ahí por el trabajo. Él se sienta al lado mío ‘hablamos después’, y él me dice que yo le gustaba mucho, y que le recordaba a un tipo, un hombre, que era el primero que a él lo había penetrado, que era un hombre morocho canoso, y yo le contesté que no, que yo no podía ser, yo estaba sentado relajado, y el señor Melella me apoyó el codo en el cuello, y yo procuraba sacármelo porque me estaba asfixiando, y ahí es cuando él me baja el cierre del pantalón, y se hizo más o menos una lucha, y él es ‘forzudo’ así que me costó escaparme, pero lo logré, aclarando que, en ese momento, yo pensaba unos 57 kilogramos, tenía ganas de golpearlo pero me contuve, porque era una autoridad, y tenía miedo de correr, por si me pegaban un tiro, o si me denunciaban. Ahí fue que agarré, me paré, y le dije que no era sí, que me había llamado por una cosa y había hecho otra, estaba actuando mal, y me fui. Luego, al tiempo lo fui a ver a la Municipalidad y me dijo que el trato era con (Damián) Rivas, no conmigo. Y que yo haga lo que quiera. Eso fue lo que me dijo, y eso fue lo que pasó. Yo vine hacer la denuncia, vine por bronca, porque yo pienso que un hombre debe tener dignidad, y lo hice para que no le acontezca a ningún hombre más, porque no es fácil pasar ese momento, es horrible, cuando lo vive en carne propia se da cuenta que sí hay degenerados, y no quiero que le pase a nadie más, por eso es que lo hice”.

En ese punto, su abogado Giménez le pide que diga “si cuando le bajó el cierre del pantalón, qué más ocurrió, es decir si puede decir con sus palabras qué fue lo que le pasó. Si el Sr. Melella le hizo algo o no, y en ese caso, qué fue lo que pasó y cuánto duró ese momento”.

Suasnabar dio más detalles y completó el relato de la escena que dijo haber vivido contra su voluntad. “No lo dije por vergüenza pero lo que pasó es cuando yo estaba en la posición recostado, en el sofá y con el codo de Melella en mi cuello, él me bajó el cierre del pantalón, me sacó el pene y se lo puso en la boca, es lo que hizo. Entonces mientras hacía eso, luchábamos, él me decía ‘entregate papito, entregate que conmigo vas a estar bien’. Eso duró más o menos tres o cuatro minutos, hasta que logré escaparme”.

Entonces, fue el abogado de Melella, Ibarra, quien le pidió que siga relatando lo que pasó luego. “Cuando logro zafarme, me paro, lo empujo, y el señor da contra una columna que había ahí en la casa, y le dije que yo no fui para eso, que fui porque me dijo que había trabajo, y para que me pague lo que debía. Ahí fue que salí del lugar, me retiré sin decir más nada”.

Sobre el final de la declaración, su abogado le pidió que dijera cuál era su situación económica cuando lo fue a ver a Melella, y qué pasó luego con él.

“Tenía necesidades porque era peón, no tenía un sueldo fijo, necesitaba el dinero. En ese momento estaba alquilando en la calle Moyano Nro 373. Tenía algo de dinero por las changas en la construcción, que vivía de eso. Luego de la denuncia, ya nadie me quería dar trabajo, hasta me dijeron que me vaya de la casa donde está alquilando. Además, tenía deudas”.

Orden de no difundir a los medios

Sobre el final, en el acta a la que accedió Infobae consta el pedido del abogado de Melella de mantener en reserva el testimonio de Suasnabar en el que confirmó lo que había dicho en su denuncia original. El juez Sahade accedió a esa solicitud, tal como quedó reflejado en el escrito.


Francisco Ibarra, abogado de Melella, pidió que no se difunda la declaración de Suasnabar.

“Asimismo, el Dr Ibarra, solicita que, dado la naturaleza de lo expuesto en ambas audiencias (Rivas había declarado el día anterior), y en pos del resguardo del honor y la dignidad, de las víctimas y los denunciados, que las mismas no sean publicadas en las redes ni en ningún medio gráfico, redes sociales, medio escrito, ni periodístico, a lo que ese punto Sa. (su señoría) sin perjuicio de que el proceso penal se encuentra reservado para las partes, de acuerdo a nuestro ordenamiento procesal, hace saber a las partes aquí presentes, que lo que acontece en este acto, no debe trascender de este ámbito, es decir que no debe hacerse público, quedando los mismos notificados de ello”.

Ante la consulta de Infobae, Ibarra explicó las razones de su pedido. “Fundamentalmente, por el señor Suasnabar, que ha atravesado una situación de riesgo psicológico. Fue necesaria la intervención de médicos psicólogos para ver si estaba en condiciones de declarar. Lo que pretendo evitar es esta exposición pública, a la que fue sometido desde un inicio. No es reservada para las partes, vamos a acceder a una copia mañana (por ayer). Lo que se pretende es que lo que dijo no esté circulando por todos lados. En ese sentido fue la orden del juez. Después cada parte, si quiere hacerlo, puede difundirla”.

Los nombres de Suasnabar, así como el de Rivas, ya habían sido revelados por Infobae en 2018, poco después del inicio de la causa judicial, cuanto este medio recogió su testimonio directo sobre las situaciones de acoso y abuso sexual que dijeron haber vivido con Melella, e hizo públicas por primera vez sus acusaciones.

Para Giménez, la orden del juez de no revelar la declaración de Suasnabar “se trata de una maniobra de Melella para parar la difusión de lo que declaró, que podría mandarlo preso. Sahade le hizo lugar al pedido de Ibarra para dar una señal de querer protegerlo. Pero está equiparando el honor de las víctimas que supuestamente quiere proteger, con el denunciado”.

“Sin elementos de prueba”

El abogado de Melella relativizó ante Infobae lo que contó Suasnabar en el Juzgado de Río Grande. “Fue una declaración testimonial y esas manifestaciones son contradictorias con otras anteriores, y no se encuentran acreditadas en los elementos de prueba que existen en la causa”.

En diálogo con este medio después de ser electo en 2019 como gobernador, el propio Melella había rechazado las acusaciones. “Todo fue parte de una campaña política. Yo no manejo la Justicia. La gente sabe bien cómo fue y quién estuvo detrás”, aseguró en ese momento. Melella argumentó que las denuncias de abuso se debieron a su homosexualidad, que nunca ocultó. Los tres denunciantes son hombres y mayores de 50 años.

Tiempos políticos

Hasta ahora, el juez Sahade nunca lo llamó a indagatoria pese a los reiterados pedidos del abogado de los denunciantes. Recién en noviembre ordenó una pericia psiquiátrica, sin fecha aún establecida.


El juez Raúl Sahade, titular del Juzgado Nro 2 de Río Grande, está a su vez investigado en el Consejo de la Magistratura de Tierra del Fuego.

El titular del Juzgado Nro 2 de Río Grande maneja este expediente extremadamente “sensible” para Tierra del Fuego con tiempos marcados por la política y su situación personal como juez. La causa se inició en 2018 por presuntas irregularidades en la obra pública de Río Grande pero tuvo pocos avances. De hecho, la del jueves es la primera citación de Sahade a Suasnabar a ratificar su testimonio inicial, luego de más de dos años.

Sahade está, a su vez, siendo investigado en el Consejo de la Magistratura fueguino luego de ser denunciado por favorecer el rumbo de expedientes judiciales que se tramitan en su tribunal a cambio de dinero. Su suspensión depende de lo que decida ese organismo, atravesado por intereses políticos. La suerte del gobernador Melella, del “impulso” que le imprima este magistrado a esa causa caliente en su Juzgado.

(Infobae)

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