AÚN NO SE VACUNÓ A TODO EL PERSONAL DE SALUD

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Calcule cuando le tocará a usted



Por Natalia Lazzarini

El caso del periodista Horacio Verbitsky, que se vacunó contra el Sars-Cov-2 sin respetar la lista de espera, no sólo provocó la renuncia del ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, sino que puso de manifiesto las falencias del país a la hora de administrar un recurso tan escaso en el mundo como son las vacunas contra el Covid-19.

Argentina se encuentra en el selecto grupo de los países que ya comenzaron a vacunar. Pero todavía las dosis son insuficientes. Con tres vueltos provenientes de Rusia y otro de India, recibió hasta el momento 1.753.115 fórmulas (de las cuales 580 mil son de la marca AstraZeneca y el resto, Sputnik V). De ellas, 1.173.115 habían sido distribuidas –hasta el jueves pasado– y sólo 241.662 argentinos se habían protegido con las dos dosis, según información del Ministerio de Salud de la Nación.

La cartera sanitaria nacional estableció pautas claras para optimizar un recurso escaso siguiendo los lineamientos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En primer lugar, deben estar cubiertos los 763 mil trabajadores sanitarios que se desempeñan en el país (según cifras de Nación), comenzando por los de primera línea: terapias y guardias.

En Córdoba, hay alrededor de 60 mil agentes de la salud. Sólo el Consejo de Médicos de la Provincia tiene 19.800 matriculados. Y hasta el viernes pasado, 21.173 cordobeses habían recibido las dos dosis y 35.083, las dos, contando todos los grupos priorizados por la Provincia.

El problema se suscitó el miércoles pasado, con el arribo al país de las 580 mil dosis de la fórmula Covishield elaboradas por el Instituto Serum de India, con la tecnología de la Universidad de Oxford y AstraZeneca. Desde Ezeiza, González García anunció que esa partida permitiría acelerar el ritmo de vacunación en Argentina, para alcanzar a los mayores de 65 años. Y estimó que, entre agosto y septiembre, iban a estar protegidos todos los argentinos en condiciones de ser vacunados.

El anuncio generó un primer desconcierto, ya que la Unión Europea no autoriza la AstraZeneca en mayores de 65, por considerar que faltan datos que demuestren eficacia y seguridad en ese grupo. Pero la duda fue saldada rápidamente con un memorándum del Ministerio de Salud de la Nación, que habilitaba esa fórmula desde los 18 años en adelante. El documento aclaró que la indicación fue recomendada por el grupo de expertos en inmunizaciones (Sage, por su sigla en inglés), de la Organización Mundial de la Salud, tras una consulta efectuada por la Comisión Nacional de Inmunizaciones (Conain).

Sin embargo, persistieron inconvenientes en la organización. La Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba) habilitó la vacunación en mayores de 80 años. Y, en un día, el turnero de la página web y el número de atención telefónica colapsaron. En Córdoba, la Provincia habilitó la vacuna en mayores de 70, previa inscripción online, pero desde el miércoles pasado ya la estaba aplicando en ese grupo a los que se habían anotado.

No alcanza para todos

Es que las dosis aún son insuficientes para abarcar a esta población. Según datos de Nación, los mayores de 60 en el país suman 7.375.000. En Córdoba, se estima que son más de 600 mil. Y la información de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) de 2019 revela que, sólo en la capital provincial y Gran Córdoba, viven 188.556 mayores de 65 años.

Priorizar a los agentes sanitarios, administrar el recurso escaso y dar pasos de a poco es la recomendación de los especialistas que asesoran tanto a la Provincia como a la Nación. Y si a los mayores nos dirigimos, garantizar la cobertura en residentes de geriátricos y hogares, por ser lugares cerrados donde se dificulta el distanciamiento social.

“Cada provincia debe adoptar una estrategia, dependiendo de la cantidad de dosis que reciba y del número de trabajadores de la salud que tenga. Si las vacunas son suficientes, se puede pensar en una campaña progresiva y paralela, que abarque al mismo tiempo a los agentes sanitarios y a los adultos mayores. Si no alcanzan, hay que priorizar a los trabajadores, porque tienen mayor exposición”, recomendó Pablo Bonvehí, director científico de la fundación Vacunar y asesor del Ministerio de Salud de la Nación.

La infectóloga Silvia González Ayala –quien representa a la Sociedad Argentina de Infectología en la Comisión Nacional de Seguridad en Vacunas– destaca que primero hay que cubrir al personal de salud. Después, proteger a los adultos mayores que viven en geriátricos, para recién avanzar en aquellos que residen en viviendas particulares.

Bonvehí informó que, hace unas semanas, apenas el 60 por ciento de los agentes de salud se había protegido. Pero esa proporción comenzó a aumentar, a medida en que llegaron más estudios que demostraban eficacia en los estudios de fase tres de la Sputnik V.

¿Hay que proteger al equipo de salud completo? Para Juan Pablo Caeiro, infectólogo y asesor del Ministerio de Salud provincial, primero hay que inmunizar a los profesionales de primera línea y luego avanzar con los demás, porque, aunque no estén destinados a la atención de pacientes con sospecha de Sars-Cov-2, “uno nunca sabe si la persona que llega a un centro de salud puede ser asintomático”.

Criterios de la OMS para priorizar el orden de vacunación

Frente a la escasez, la clave es jerarquizar con fundamentos sanitarios.

1) Trabajadores de la salud públicos y privados, alrededor de 763 mil agentes en el país. Se comienza con los más expuestos (terapias, guardia).

2) Adultos mayores que residen en geriátricos y personal de estos establecimientos. Luego, los mayores de 70 años.

3) El resto de los adultos mayores de 60 años. Estos dos grupos suman 7.375.000 personas.

4) Personal de Fuerzas Armadas y de seguridad (cerca de 500 mil ).

5) Adultos de entre 18 y 59 años con factores de riesgo (alrededor de 5.653.000).

6) Docentes y no docentes (1.300.000).

7) Personal estratégico; por ejemplo el de la industria alimentaria.

(La Voz)

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