OPINIÓN / EDITORIAL
¿Es feliz el cruzdelejeño viendo destrozada su ciudad?
Por Walter R. Quinteros
Aunque ustedes, los que no me conocen personalmente no me crean, leo mucho, bastante, pero no lo suficiente. En estos últimos tiempos me he topado con la EE, o la Ética Eudemia.
Es un libro de Aristóteles que busqué por una frase que se me ocurre cada vez que veo a Magui, una nietita de corazón que merodea mi humanidad para hacerme feliz con sus ocurrencias, y que anda luciendo sus primeros cuatro años.
Cuando nos vemos nos decimos ¡Qué momento feliz! Y hacemos como que, a ese momento, lo guardamos en una bolsita para los momentos felices.
Pero, ¿qué es la felicidad?
Hay un excelente resúmen en el sitio Wikipedia que dice que Aristóteles, en la Ética Eudemia considera que “la prudencia, la virtud y el placer están en el alma” (1218b 32) y la virtud es el mejor modo de ser de toda entidad que tiene un fin (1219a 8-9), luego como la función del alma vivir, su virtud es vivir una vida buena y como tal la felicidad; por consiguiente la felicidad es lo mejor y los fines y bienes mejores están en el alma (1219a 27-35); así pues la felicidad es la actividad de un alma buena (1219a 27-37).
Para Aristóteles el hombre es principio de un movimiento, pues la acción es movimiento. Aristóteles enfatiza la importancia de la educación para la adquisición de las costumbres buenas: "...el fin es el principio del pensamiento, pero la conclusión del pensamiento es el principio de la acción. Ahora bien, si la razón o la virtud son la causa de toda rectitud, si no es la razón, entonces el fin, aunque no los medios que conducen al fin, será recto gracias a la virtud." Ética Eudemia, (1227b 33-35)
El ser humano es el único animal que es principio de ciertas acciones y la virtud resulta de los mejores acciones y pasiones de esta. Aristóteles introduce la felicidad afirmando que existen tres bienes que conducen a ella: la virtud, la prudencia y el placer. Además, que existen tres géneros de vida:
La vida política, que se ocupa de las nobles acciones (las que se desprenden de la virtud).
La vida filosófica, que se ocupa de la prudencia y de la contemplación de la verdad.
La vida del placer, que se ocupa del goce y de los placeres corporales.
La felicidad, se encuentra en la vida filosófica, porque este es el mayor y el mejor de los bienes humanos; es la mejor de las cosas que puede realizar un ser humano (1217a 23-28).
Debemos, por tanto, hablar de la virtud.
Para Aristóteles, la virtud es la disposición que resulta de los mejores movimientos del alma y es a la vez la fuente de las mejores acciones y pasiones de esta (1220a 30- 32). “Es por tanto, ese modo de ser que nos hace capaces de realizar los mejores actos y que nos dispone lo mejor posible a un mejor bien u obrar, que está acorde con la recta razón” (1222a 8).
En la Ética Eudemia Aristóteles define dos clases de virtud, la virtud ética y la virtud intelectual, así: y puesto que las virtudes intelectuales se acompañan de razón, éstas pertenecen a la parte racional, la cual, por tener razón gobierna el alma; en cambio, las virtudes, las virtudes éticas pertenecen a la parte irracional, que, a pesar de ello, por su naturaleza es capaz de seguir la parte racional. (1220a10-12).
Ahora bien, aquello por la cual se obra es el término medio, del que la virtudes la causa por un acto de elección, aunque no se elige el fin, sino los medios adoptados a causa del fin, pero la virtud es la causa de que sea recto el fin de la elección (1227b).
Por ejemplo, la dignidad es un término medio entre la antipatía y la obsequiosidad, la moderación es el término medio entre la intemperancia (1230b-1231a) y la amabilidad es el término medio entre el desabrimiento y la adulación (1233b 30).
Concluye que el hombre es la única criatura que se parece a Dios porque puede pensar, por lo que la meta más alta del hombre es razonar (1249b 14–20). Como vemos, es por demás interesante.
La pregunta siguiente, y volviendo al barrio de esta ciudad donde vivo, y si hubiese una encuesta:
¿Es feliz el cruzdelejeño viendo destrozada su ciudad?
Claramente no. Porque la felicidad es una condición de los individuos y no de los grupos.
Entonces: “¿Es usted feliz en Cruz del Eje, así cómo está?”
El problema estriba en que la felicidad es una entidad subjetiva, que cada ser humano entiende a su manera, viviendo aún en la máxima indigencia.
No es como tener trabajo y un salario, ni como la expectativa de vida, o porque uno aquí ha encontrado al amor de su vida que, más o menos, es la misma cosa para todos y que, digamos, se pueden demostrar objetivamente, ese poco de felicidad que uno tiene.
El asunto no es menor, pues la felicidad es el propósito de todo ser humano, o sea, es el tema más importante posible en nuestras cortas vidas.
La Ética Eudemia, también conocida como Ética a Eudemo, es un libro escrito por un Aristóteles que era todavía joven, tratando de independizarse de la doctrina de su maestro Platón, quien sostenía que la idea absoluta del bien determinaba la ética.
El discípulo establece que la conducta humana tiene una finalidad y que esa es la eudaimonía, el ser poseído por el buen espíritu, la felicidad expresada en palabras e ideas griegas.
Este estado maravilloso no es natural, sino que cada uno debe conseguirlo.
Puede lograrse con el cultivo de las virtudes y de las acciones que proceden de ellas. La felicidad así entendida no solo que no puede ser definida igual para todos los seres humanos, sino que cada uno ha de lograrla a su manera.
Se establece entonces que toda persona tiene derecho “a buscar la felicidad”, no "a la felicidad", porque no es posible.
Mensaje para los políticos de Cruz del Eje.
Las entidades políticas deben proporcionar a sus votantes, las posibilidades de realizar esa búsqueda. Aunque considero difícil que a esto, lo hayan entendido.
Las primeras condiciones para hacerlo son los otros dos derechos, vida y libertad, que deben garantizarse a cualquier precio. Aunque considero difícil que a esto lo hayan comprendido.
El derecho a buscar la felicidad es aún más evasivo y complicado de determinar, porque la inmensa mayoría de seres humanos no tiene un concepto claro de su propia felicidad.
Volvemos: ¿Qué es para usted la felicidad?
En esta ciudad desvastada por la falta de planes conceptuales de diagramarla, con la falta de mantenimiento, con la desidia de su intendente y funcionarios, llena de carencias, resulta inexplicable leer por ahí que aquí, en esta ciudad, alguien se puede sentir feliz, así como está.
A menos que, admitamos, nos conformemos con muy, pero muy poco.
Uno o dos grupos musicales para apenas un centenar de personas, paradas en calles sucias y veredas destrozadas, conforman la idea de que el espectáculo veraniego ideado por la municipalidad es la felicidad misma de toda esta ciudad.
La municipalidad vuelve a fracasar con esto de imponer a sus vecinos y contribuyentes, su propia idea de felicidad a través de la música de cuartetos y lucecitas de colores, menoscabándonos a todos.
No la de arreglar las calles, no la de invertir en un hospital de lujo, no en acomodar el desatre institucional de sus propias instituciones, no la de pensar en el transporte, no la de aliviar el desencanto de los desagües, ni coordinar nada en materia de seguridad, de provisión del agua y, así puedo enumerar todas las falencias que sostengan que el cruzdelejeño, en su conjunto, no puede ser feliz.
Hay un marcado abandono por parte de la "autoridades", que nos hacen infelices.
Pero los políticos, en busca de su propia felicidad monetaria, al llegar las elecciones, nos hablarán de promesas que nunca cumplirán y, después de lanzar al aire su repertorio de mentiras, se irán a descansar con una sonrisa de falsa felicidad.
Alejados de toda ética. De toda Virtud. Carentes de toda moral. Basta simplemente, con repasar el 2020 y leer algunas Ordenanzas.
Con Magui, mi pequeña mejor amiga de cuatro años, cuando vuelve a su casa, guardamos ese momento, el de la despedida, en la bolsa donde se guardan las cosas tristes.
(La Gaceta Liberal)
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